Serena se sintió más tranquila. Daniel le daba la confianza que necesitaba para no pensar que esto era realmente malo e indecente.—¿Sabes? Tu me has dado mi primer beso. —Serena dijo apenada y Daniel abrió los ojos en demasía.Ella quería brincar, correr, y gritar a los cuatro vientos que Daniel Reed era su novio y su primer beso. Sin embargo, Daniel creyó que estaba bromeando cuando le dijo que nadie más la había tocado antes.Pero ahora que lo meditaba era demasiado lógico. Aunque besarla era muy ardiente, también podía sentir como se movía con torpeza. La idea de enseñarle a besar llegó a su cabeza, porque podía imaginarse besándola a cada momento, solo para que no se le olvidara como hacerlo.Este pensamiento lo hizo sonreír.—¿Te estas burlando de mí? —Serena formó un pucher

—Tu no vas a ir a ninguna parte, jovencito. —Su padre dijo con su voz severa, mirándolo de igual forma—. ¿Crees que no me iba a enterar de que no has acudido al instituto?—¡¿Qué?! —Daniel refutó sorprendido. ¿Quién le había dicho a su padre de sus faltas? Apenas lo averiguara, juraba que le cosería la boca.—Hablaremos después de eso, Daniel. Ahora es mejor que nos acompañes a la cena.Daniel miró a su padre con resentimiento, se mordió la lengua para no tener que maldecirlo y escupirle todo el rostro.—Señores, la cena esta lista. —La anciana entró a la sala, dando las indicaciones.Daniel caminó hacia el comedor sin ánimos de nada. Odiaba cuando estas reuniones se convertían en familiares, detestaba pasar mucho tiempo con sus padres. Tomó asiento y miró como Ethan y su hermana se sentaban frente a él, mientras ella colgaba del hombro de Collins.Todos eran tan patéticos, según Daniel. Lo único que quería era irse de una buena vez por todas, y beber hasta olvidar toda esta mierda, p

La sede de la convención se encontraba en una zona apartada de la ciudad, inmersa en la tranquilidad del campo. El tema central de discusión giraba en torno a la agricultura y la ganadería, algo que Ethan y Serena esperaban con entusiasmo.El aire fresco y la presencia de una variedad de animales de granja expuestos para la ocasión, junto con las diferentes técnicas de crianza y productos, ofrecían un espectáculo visual fascinante para todos los presentes. Los agricultores estaban en busca de inversionistas visionarios que estuvieran interesados en colaborar con ellos.—Ya hemos dejado nuestras pertenencias en las habitaciones y la conferencia comenzará esta noche. Todavía tenemos tiempo, ¿qué les parece si damos un paseo por aquí? —sugirió Ethan, mientras contemplaba con admiración la diversidad de productos que las granjas ofrecían.Estaba ansioso por probar cada uno de ellos. Serena, igualmente impresionada, nunca antes había estado en un entorno como ese, a pesar de su familiarida

—¿Cómo me has llamado? —Le preguntó con sus labios pegados a su oído.Daniel descendió la cabeza, quería terminar lo que había empezado. La idea de que Serena lo llamara así, mientras la tenía debajo de su cuerpo, hizo que el fuego de su entrepierna se intensificara, pero antes de que pudiera hacer otro movimiento, la voz de Ethan los puso alerta.—¿Serena, estás aquí?Ambos chicos soltaron una expresión de alarma. El fuego que estaba sintiendo Daniel, fue remplazado por el pánico. Ethan no podía verlos juntos, y si se le ocurría abrir la puerta como él lo había hecho, los vería ahí.Daniel actuó rápido cuando unos golpes sonaron al otro lado de la puerta. El chico se dirigió a su habitación, dejando a solas a Serena.Ella trató de tranquilizar su agitado corazón y respondió mientras se acicalaba su cabello.—¡Voy! —Serena dijo antes de abrir y ver a Ethan del otro lado de la puerta con una gran sonrisa—. Hola, sí, aquí estoy.—Hola, Serena. Que bueno que estes aquí. ¿Ya comiste? He t

Se apresuró a cubrirlo con una manta y separarle el cabello del rostro, buscaba ver si estaba herido de su cara, pero la falta de luz complicaba su tarea. Necesitaba hacer algo más.—Voy a pedir ayuda o buscar algo con que curarte, no puedes quedarte así…Serena le dedicó una última mirada y se movió para hacer lo que le dijo que haría cuando de repente Daniel la tomó de la mano, la jaló hacia él y luego la colocó sobre la cama, cubriendo el cuerpo de su prima con el suyo.Serena soltó un grito de sorpresa y elevó sus sobrecogidos ojos, encontrándose con la mirada de Daniel en menos de tres segundos.—Serena, la inocente Serena… —Daniel musitó muy cerca de los labios de su prima.Ella percibió el aroma al alcohol que desprendía, y la seriedad en la que sus palabras salieron de su boca mientras la señalaba con el dedo.—Daniel…—Deja de sonreírle de esa forma y mándalo a la mierda antes de que yo lo haga, por que te advierto que detesto compartir lo que es mío y tú, eres solo mía.Por