Daisy. -” Pues veras Dasy es una historia muy interesante, complicada por culpa de mi impaciente cuñada, y mejor amiga...”- comenzó a decir Connelly con una sonrisa, pero fue interrumpida por una más que ofendida Amelia. -” ¡Oye, Betty Boo, a mí no me mentas en tus cosas! Yo no te dije que volaras a Las Vegas, al día siguiente de tu boda relámpago, y furtivo en Gretna Green.”- le dijo la segunda hija de los Miller. -” Si claro, mi mejor amiga se casa, con mi hermano, y yo ni voy a la boda, pero al menos, tengo que ir al banquete... o la fiesta posterior, antes de que nuestras madres los ejecuten a los dos, por fastidiarles la boda del año*.”- le dijo la exmodelo, aunque tengo que decir que yo en este punto estaba bastante perdida, algo que debió de notar Ailan, que estaba junto a mí, y por eso fue ella la que habló a continuación. -” Oye niñatas, quieres centrase, me están dando dolor de cabeza.”- dijo la hija mayor de los Miller en tono de advertencia, mientras Mia, Bea, Carly y R

Daisy. -” No tengo nada contra la familia Miller, ni pretendo vengarme por lo que pasó con ese que por desgracia, fue mi hermano, se lo merecía, nadie más que yo, sabe de lo que es capaz Vermont Lascalles, en realidad mi problema es tu maldito hermano, y su tendencia a humillarme, aunque comprendo que tu familia se lo tomé como algo personal, cuando se trate de uno de los suyos.”- le dije poniendo mis cartas sobre la mesa, ya que ocultarla algo, a estas alturas, no tenía sentido, tome aire, preparándome para el enfrentamiento que se supuse que íbamos a tener las dos, por culpa de Marcus. Pero de nuevo Ailan me sorprendió soltando una carcajada, y mirándome con humor. -” Tranquila, relájate, abogada, nadie de mi familia sabe de esto, menos lo sabe mi hermano Marcus, si estas preguntas se la hiciera directamente ese experto Robin Hood, gracias a su mayor habilidad, la de escabullirse, y pasar desapercibido, negaría todo, ni con pruebas podría hacer que soltara prenda. Veras Dasy, ser

Marcus. -” No me fastidiases Nevin, no me digas que es tan difícil encontrar a una simple mujer por muy enmascarada que estuviera, en algún momento, cuando huyó de la habitación tuvo que ser captado por alguna cámara de seguridad del pasillo, o de la entrada. ¿No has podido usar las grabaciones que te han proporcionado la dirección de hotel?”- le pregunté al jefe de información, y secretario, del desaparecido, voluntariamente, abogado Lean. -” Abogado Miller en las grabaciones proporcionadas por el hotel, faltan una franja de horario que corresponde con la huida de la señorita que nos mandó a investigar, al preguntarle al director del hotel sobre las grabaciones que faltaban, nos comentó que en ese periodo el sistema estaba en optimización de sistema, por orden de su hermana Ailan, y algunas cámaras estaban fuera de uso.”- le dijo el asistente investigador, debí extrañarme que mi hermana se metiera en esas cosas, pero pensé que ella y mi cuñado habían hecho alguna perversión que ha

Narrador. -” ¡Eres un maldito idiota! si sigues tratándola así, la perderás, y luego te arrepentirás, ¡Maldito gilipollas!.”- esta fue la reclamación, que estaba recordando Murray, y que le había dicho su mejor amigo Finlay, meses atrás, tras un comentario que le había hecho su esposa, por como Murray estaba tratando a Carly. Mientras él leía la carta que tenía delante, aún no daba crédito a lo que estaba leyendo. Durante un segundo, volvió a leer la carta, pensando que se trata de una ridícula broma, pero las palabras estaban allí muy nítidas, en el típico tono profesional e impersonal que usaba Carlota con otros, y que últimamente, había usado con él, como venganza por el trato que le había dado, este último año. Siempre que Murray, de mal humor, y con frialdad, le exigía que no se dirigiera a él usando lo de señor Campbell, o su título de Milord, ella negaba con la cabeza, diciendo que, ya que él la trataba como una trabajadora contratada a su servicio, ella lo trataría con la ed

Narrador. Pronto la cajita, que hasta ahora no había visto, mientras iba a servirle vino a su esposa, llamó su atención, ni siquiera se dio cuenta que su Amelia había tapado su copa con su mano, para que no le sirviera vino, sólo miró la caja, y luego a su esposa, como esperando el permiso para que ella le dejara abrirla. -” Ni se te ocurra, primero comemos algo, y en los postres la abres.”- le dijo Amelia a pesar de que en su interior deseaba que la abriera en ese momento. Ella sabía que Angus era muy curioso, seguro ni llegarían a los postres antes que ese hombre, que odiaba tener curiosidad por algo, no saltara sobre la cajita de regalo para matar la incertidumbre, así que decidió cronometrar cuantos minutos, con sus segundos, tardaba el gran CEO en saltarse la orden que ella le había dado. Y como esperaba no pasó de los aperitivos, antes de que, al tomar la copa, esta con su base, tocó la tapa de la cajita, y la abrió fingiendo un accidente disimulado. -” Lo siento, no fue mi