Música del capítulo: Middle of the night (violin) Joel Sunny, Dramatic ViolinStefanosNuriaMe alejé del comedor en cuanto Stefanos me dio permiso.Mi corazón aún martilleaba contra mis costillas, cada latido reverberando la energía de las notas que acababa de tocar.Ah, qué bien se sentía volver a ser yo.Pero las palabras de Johan resonaban en mi mente como una alerta silenciosa.El chico no estaba contento con las reacciones de su tío.Y eso significaba problemas.Ignoré la inquietud que empezaba a arrastrarse bajo mi piel y apresuré el paso, subiendo las escaleras deprisa hasta el silencioso pasillo del segundo piso.Abrí la puerta de la sala de música y entré.El aire allí dentro era diferente.Más puro.Más mío.El polvo se levantaba en suaves remolinos mientras deslizaba el paño sobre la tapa del piano de cola.El silencio de ese lugar era casi reverenteY, por un instante, pude respirar.No era un silencio malo, de esos que aplastan. Era un silencio que respiraba, que traía u

Música del capítulo: Cheap Thrills - Vitamin String QuartetNuriaMe vestí despacio, no por capricho, sino porque la voluntad simplemente no existía.Cada prenda de ropa parecía un recordatorio silencioso de la obligación que me esperaba. La cena. El momento que Stefanos exigió.Me pasé la mano por el violín, sintiendo el peso familiar reposar en mi palma. La madera lisa bajo mis dedos era lo único capaz de hacer que este lugar fuera menos sofocante, menos cruel.Respiré hondo, enderezando los hombros antes de salir de la habitación.El pasillo estaba sumergido en un silencio frío, el aire cargando ese olor amaderado de la fortaleza. Mis pasos resonaron suavemente mientras me acercaba al comedor, pero en cuanto crucé la puerta, algo pareció... incorrecto.Él no estaba allí.Fruncí el ceño, vacilante.Uno de los soldados me lanzó una mirada rápida antes de volver a mirar un punto fijo frente a él, como si esperara que yo simplemente lo aceptara sin preguntas."¿Dónde está el Alfa?", mi

NuriaEl olor a pan caliente y café fuerte llenó la cocina cuando entré, sintiendo todavía el peso del sueño en mis hombros.Jenna estaba sentada en la mesa, balanceando las piernas mientras mordisqueaba una rebanada de pastel. Su mirada se encontró con la mía en cuanto cerré la puerta detrás de mí."Buenos días, parece que no durmió nada esta noche", dijo, con una sonrisa juguetona en sus labios.Bufé, acercando una silla y dejándome caer en ella."Lo poco que dormí, no valió la pena."Ella se rio, empujando una taza de café en mi dirección."La ama de llaves te quiere en el salón después del café. Las ventanas necesitan ser limpiadas."Acepté la taza con un asentimiento de cabeza y tomé un sorbo. El calor del líquido amargo ayudó a espantar el letargo de la mañana."Genial. Nada como empezar el día dejando el salón reluciente."Jenna levantó las cejas, divirtiéndose con mi sarcasmo."Oye, mejor que quedarse en la cocina escuchando a los sirvientes chismear sobre quién se acostó con

NuriaLa melodía flotaba por la habitación, pero mi mente estaba en otro lugar.Stefanos estaba en la bañera, su presencia llenando el espacio como un trueno a punto de caer.Mis dedos se deslizaban sobre las cuerdas del violín, produciendo notas suaves, casi vacilantes. La música debería calmarlo, pero dudaba que algo fuera capaz de eso.El agua caliente subía alrededor de su cuerpo, pero no se llevaba su tensión. Sus hombros seguían rígidos, su mandíbula apretada.Pero no era solo irritación.Era dolor.Él estaba intentando esconderlo, negándose a mostrar cualquier señal de debilidad, pero yo lo veía.Los músculos tensos.La respiración corta.Los puños cerrados bajo el agua.Los cortes en la espalda, aún abiertos.Yo debería simplemente tocar e irme. Debería mantener distancia. Debería ignorar.Pero algo dentro de mí se negaba a hacer eso.Mi loba se revolvió inquieta, captando el olor metálico que persistía en el aire.Había algo mal.Lo miré de reojo, intentando no mirarlo fijame

StefanosLa quietud de la habitación contrastaba brutalmente con el caos que aún ardía en mi mente.No estaba acostumbrado a este tipo de silencio.Mis ojos se abrieron despacio, y el techo de madera oscura me recibió como un recordatorio de que estaba de vuelta. Pero algo parecía… mal.Lo último que recordaba era el dolor corriendo por cada fibra de mi cuerpo. El veneno quemando en mis venas, haciendo que cada respiración fuera un esfuerzo.Pero ahora...Nada.Parpadeé algunas veces, ajustando mi visión a la penumbra. El fuego en la chimenea ya se había transformado en brasas, proyectando sombras vacilantes por la habitación. El aire estaba cálido, cargado con el olor de la madera quemándose lentamente.Y entonces, otro olor me golpeó.Sutil, pero inconfundible.Nuria.Mis sentidos se agudizaron al instante.Mi mente recordó su toque, sus dedos presionando mis heridas mientras yo luchaba contra el sueño. ¿Pero dormí?Mi lobo gruñó, irritado por su propia vulnerabilidad. Me moví brusc