Capítulo 21. La copia maldita.Rodrigo se acercó un paso más. Había algo en sus ojos, mezcla de celos, rabia… y miedo.-- Santiago Soler está investigando cosas que no entiende. Y tú te estás metiendo con él sin saber lo que arrastra. El tipo viene por tu apellido --Paula se rió, seca.-- Mi apellido ya está podrido, Rodrigo. Quizás él me ayude a entender por qué ---- Te va a destruir ---- O me va a salvar --Rodrigo la miró, incrédulo, seguía sin creer que su esposa haya cambiado tanto. Asi que con las mismas como ingresó se marchó.Pero lo que ninguno sabía... era que Santiago ya estaba allí. Observando desde el otro extremo del pasillo. Martín lo había visto entrar sin anunciarse.-- ¿Santiago? -- la voz de Paula fue firme, cortante, cuando lo encontró en la sala contigua al área de archivos. Estaba de pie, revisando una de las vitrinas de cristal con la soltura de alguien que conocía el lugar desde siempre.Santiago se giró sin inmutarse.-- Vaya, el lugar tiene mejor decoració

Capítulo 23. El regreso de la jefa.Santiago no podía quedarse quieto. La necesidad de ver a Paula era ahora una urgencia visceral. Pero sabía que ella aún estaba fuera del país, y que Rodrigo estaría al acecho.De hecho, su celular vibró justo en ese momento.Era una llamada de Rodrigo Tafur.Santiago lo dejó sonar. No pensaba contestar. No después de saber lo que sabía. No después de entender la magnitud de lo que había intentado ocultar.Pero entonces recibió un mensaje:“Sé lo que escuchaste. Pero no te atrevas a mostrarle esa grabación. No tienes idea de lo que pondrías en riesgo.”Santiago apretó los dientes. Tecleó de vuelta.“Ella merece saberlo. Y tú no vas a detenerme.”La respuesta fue instantánea:“Estás equivocado. Paula es más frágil de lo que crees. No sobrevivirá a esto. Ni tú tampoco... ¿no me digas que le has dicho toda tu verdad? Ya sabes, ella no sobrevivirá y tú tampoco” , --Rodrigo no mentía.Lo sabía. Y por eso se encontraba ahora en el despacho del fiscal Falc

Capítulo 25. El inicio del fin...Paula ingresó y cerró la puerta detrás de ella, el anciano levanto la mirada y se asombró de verla.-- ¿Tu? ---- Sí señor Falcone. Soy yo. Paula Green ---- No tienes derecho… -- comenzó a vociferar, pero no tenía tanta fuerza y poder en los pulmones como en su época de fiscal, asi que su grito se perdió en la habitación.-- ¡Tengo todo el derecho! Mi vida fue una mentira. Mi matrimonio un trato. Mi apellido una sentencia. ¡Y usted firmó cada uno de esos pactos! ---- Fue tu abuelo Federico -- murmuró Falcone convencido. -- Él fue quien suplicó, fue él quien estaba en problemas, que ganaba yo con esa idea... fue Federico, él se metió en problemas y quería salvar su nombre. Su retiro --Paula lo miraba con indignación, pero no podía evitar dudar, su abuelo mismo le había dicho muchas cosas desde pequeña, frases que en ese momento no tenían sentido, pero que ahora si las unía a todo lo que había averiguado sí.-- Tu abuelo me ofreció el vínculo con lo