~Analía~Me encantaría irme encima de Alex por todo lo que me ha hecho, quisiera poder acabar con su vida yo misma y sacar todo el odio que hay dentro de mí, pero no puedo hacerlo, ahora más que nunca necesito mi libertad y no pienso dañar la misión y terminar de joderme por su culpa. Eso no pasará. Quise irme al departamento, y por alguna razón no me dejó ir, los dos estamos sentados bajo la fría noche que envuelve nuestros cuerpos, y la brisa que mueve nuestro cabello. Tal vez, debí tomar la decisión de irme, sin embargo, Alex insistió tanto que quise escuchar todas las mentiras que salen de su boca. Mis pies cruzados y mis labios temblando pueden ser por el frío, o, simplemente, porque mi mente no deja de pensar en todo lo que está pasando, aún no asimilo que viví bajo mentiras este tiempo.—¿Por qué siento que estás actuando raro? Puedo sentir que no estás bien. Podemos hablarlo si quieres.Alex rompe con el silencio que había.—Me gustaría saber qué te está pasando, Analía, per

~Alex~Siempre he pensado que estar enamorado es para personas que son demasiado valientes o demasiado estúpidas, la segunda opción me convence más, no hay nada más complicado que saber que otra persona tiene el poder de hacerte sentir miserable si se lo propone. Es darle poder de llevarte al cielo y dejarte caer sin paracaídas y sin estar preparado.He roto muchos corazones, que ahora tengo miedo de que me rompan el mío. Es la ley de la vida.Analía apareció en mi vida sin yo esperarla, fue capaz de hacerme sentir lo que otra persona no logró, por eso me molesta tanto que no crea en mi palabra, fui sincero con mis sentimientos, no puede ponerlo en dudas simplemente porque piensa que soy un desastre que no puede querer a alguien. Ella hizo que me enamorara, su forma de ser me cautivó desde el primer día que la conocí, aunque me hiciera sentir que la odiara, en realidad, la deseaba, y todo el deseo que sentía se convirtió en algo más, algo que solo Analía puede causar y nadie más puede

~Analía~~Horas antes~—¿Estás bien?Me dice Sam al abrir la puerta y ver qué me le tiro encima, mientras las lágrimas corren por mis mejillas, puedo sentir lo rápido que late mi corazón, y cómo la ansiedad invade mi cuerpo, necesitaba un abrazo y ella es la única que me ha demostrado que puedo confiar, que estará para cuando la necesite.—Yo… quiero dejar de…sentir…Trato de hablar envuelta en el llanto.—Dime qué te pasó, ¿por qué lloras así, cariño?No doy para responder.—Llora, si te hace bien, hazlo.Me hace entrar a su departamento.Me siento tan mal que daría todo por sanar el dolor que hay en mí, la confesión de Alex me dejó mal, por más que me quise hacer la fuerte ya no puedo guardar tanto dentro de mí porque me estoy haciendo daño, y encima de eso, saber que Alejandro es mi hijo y que está enfermo. Son tantas cosas que me tienen mal que me estoy quebrando. ¿Por qué vine donde Sam? Porque no he dormido bien y siento que si no hablo me voy a romper en muchos pedazos y ya no

~Analía~La molesta luz en mi rostro me hace abrir mis ojos, siento mi cuerpo pesado, debe ser por toda la anestesia que me colocaron para la cirugía. Las náuseas también deben ser a causa de lo mismo, no encuentro otra explicación para lo que siento. —Despertaste.La voz del padre de Alex me hace reaccionar, no lo había visto sentado en el mueble de enfrente.—Señor.—Ya sé que te sorprende despertarte y verme aquí.Definitivamente, tiene razón, es a la última persona que pensé que vería cuando despertara de la cirugía.—Mi hijo Manuel está con Alejandro, estuvo aquí esperando que se te pasara la anestesia, pero tuvo que ir a verlo. Me acomodo en la camilla como puedo, la herida me fastidia. —Eres una buena chica, salvaste la vida de mi nieto —me dice, mirándome desde la distancia—. Estoy agradecido contigo por lo que has hecho, ha sido un buen gesto.—Se lo merecía, es un niño adorable que merece seguir viviendo su vida como si nada hubiera pasado —resoplo—. No me gustaría que Al

~Abraham~—¿Seguro de que en esta discoteca la vamos a pasar bien? Quiero tomar hasta olvidarme de mi nombre.Me dice Alex viendo el lugar al que lo he traído, no parece muy convencido.—Confía en mí, la pasaremos bien.Lo abrazo.—Vamos, entremos.—Te dejo sin huevos como no me guste. Quiero mujeres y alcohol.—Demasiado alcohol tendrás, mujeres las buscas tú.Nos reímos y entramos al lugar.No hay que ser adivina para saber que Alex no está en buenos pasos, lo conozco y todas las veces que me ha puesto excusa para vernos me ha hecho sospechar, no he preguntado nada porque me va a mentir, prefiero seguir haciendo como si nada. —¡Se ve interesante el lugar!Me dice Alex, abrazándome.Nos vamos a la barra por unos tragos, el lugar está lleno, todos están bailando llenos de emoción, y es que el lugar lo amerita, la música es buena y el trago es delicioso. Buscamos dónde sentarnos, Alex no deja de bailar y las chicas no dejan de verlo, él sabe lo guapo que es y lo sabe usar a su conveni