La llamada se cortó, pero el eco de aquella voz seguía retumbando en mi mente, había logrado asustarme y mucho. Mis pies descalzos apenas hicieron ruido mientras corría por el interior de la casa, evitando mirar hacia las ventanas, cada sombra afuera me hacía imaginar lo peor. Mi única opción era llegar a la despensa; el único cuarto sin ventanas y con una puerta gruesa que podía asegurar.Llegué y cerré la puerta de un golpe, girando el cerrojo con rapidez. El pequeño espacio estaba lleno de estanterías, latas y cajas de provisiones. Me apoyé contra la madera y traté de calmar mi corazón, pero el silencio se sentía peor que cualquier ruido.Llegué a la conclusión de que lo más sensato sería llamar a la policía, estando tan alejada del pueblo sería una presa fácil si tratara de escapar, así que eso fue lo siguiente que hice, marqué a la estación de policía de Bloodwood, luego de dos tonos escuché la voz de un hombre.- Policía de Bloodwood ¿Cuál es su emergencia? – dijo al descolgar.
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