Estoy en problemas, lo sé, porque aun con todo lo que ha sucedido y sé que no está bien, tengo ganas de unir nuestros labios como si no fuera él mi jefe… como si mi esposo no existiera o la pareja de él. ‘¿Qué rayos te pasa? ¿Te gusta el pervertido? ¿Acaso quieres perder tu virginidad con el hombre que tantas dudas te ha hecho tener?’ me pregunta mi mente. Sé que no está bien, como todo lo demás que ha pasado y donde siento que no debería hacer con él, pero, sigo como tonta sintiendo cosas extrañas que me hacen querer seguir explorando o experimentando con el hombre que tanto me hace sentir. — Quiero besarte. Pero, como estoy, terminarías con tanto semen en tu vagina, que concebirías a mi primogénito esta noche. — dice él y yo confirmo que estoy perdida. — Deja de decir tonterías. — digo sintiendo que mi cuerpo reacciona a ello, pero, no de una manera apropiada. ‘Está casado, tiene una mujer que es su amante y ama más que su esposa… además, tendrá un hijo co
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