ANDROMACAMe voy de espaldas contra la pared en un intento por proteger aquello que duerme en mis manos, la sombra se acerca desatando pánico en mi interior y más me aferro a lo mío buscando como escapar. pero por mas que me reviento la mente no encuentro una via de escape la cual me aleje del mal que significa ser la obsesion de Josep.Se quien es, su porte físico me lo dice todo provocando que la boca del estómago se me contraiga debido al pánico desatado, el miedo se me sale por los poros y es como si lo oliera ocasionando que mis latidos se carguen de un pavor que me pone a temblar las piernas, sin embargo, tengo presente que debo ser fuerte enfrentándome a mi peor enemigo.—¿Qué quieres Josep? —se queda en las sombras y no puedo verle el rostro—¿vas a quedarte ahí?—Ven conmigo—su voz me estremece completa—ahora Andrómaca.Siento tanto temor que ganas de hacerme en los pantalones no me faltan, sin embargo, doy un paso confiada en encontrar una forma de escapar ya que aquí me tien

ANDROMACA—Tampoco ha sido culpa de ellos—dice Bellanca—ademas la diferencia aquí radica en que ellas irán hacia el demonio por sus propios medios y eso me llena de angustia.—A todas nos preocupa la situación, pero cuenten con nosotros para ayudarlas al menos en el trabajo—comenta Carmina—pero quiero que lo piensen bien chicas, es peligroso enfrentarse a ese demente. Me da miedo que les ocurra algo de lo cual nos podamos arrepentir.—Tenemos que irnos—dice Marquesa—nosotros nos haremos cargo de la empresa Arty, así que no te preocupes por nada, ya los abogados están adelantando el tema de la muerte de la chica, esperamos que todo resulte bien.Con tanto lio, no pude ayudarla con ese tema.—Tengo una cita con un cliente importante—dice Acacia—ustedes niñas son mis heroínas., las amo y admiro demasiado, así que cuenten conmigo para lo que sea, porque ese desgraciado de Josep no podrá con ustedes.Marquesa y acacia se marchan, las demás bajamos a la sala donde se encuentra Mirtajil con

JOSEP WHITELa imponencia de Grecia la observo desde el piso 83 de unos de los mejores hoteles de la ciudad, le doy un sorbo mas a mi bebida mientras escucho como la puerta se abre dándole paso a mi cómplice que no luce muy contento que digamos.—Estas haciendo las cosas mal—dice mientras miro por encima de mi hombro como busca la licorera—muchos problemas y tienes a la policía detrás de ti.—Mi identificación—no tiene que decirme lo que yo ya se—sin el no puedo moverme como tanto quiero.—Aquí tienes—lo tira en la mesa—un trato por otro, quiero a Anker muerto.—Porque no lo matas tú, si tanto quieres a su mujer—inquiero molesto, detesto recibir órdenes—no soy yo quien quiere a la insípida esa.Bebo un poco más, soy hombre de admirar bellezas y esta vista es una de ellas.—Para eso te tengo a ti, no te saque de la cárcel solo por tu locura—sonrió—recuerda que si me da la gana te jodo con el movimiento de un dedo.Me giro sacando mi arma y apuntándole, no me gusta recibir órdenes, ya q

MIRTAJIL—Deberíamos entregarnos—arrugo mi entrecejo con sus palabras y se aparta de su esposo que hasta aquí percibo su aura toxica—no quiero que más personas mueran por su…—Cállate maldita sea—Stavros la toma del cuello y pienso lo peor—que el mundo se queme, que muera quien tenga que morir, pero a ti no te sacrifico me entiendes.—Es que…—Nada—la interrumpe—sin ti me muero, puedes entender eso—asiente—no voy a permitir que te toque un dedo porque primero lo mato.Le plata un beso que me obliga a salir dejándolos solos, esos dos son demasiado sexosos y ni siquiera una situación como esta les baja el calor.Hablo con la seguridad del lugar, necesito que estén atentos a las señales porque en cualquier momento este desgraciado puede atacar nuevamente, aunque se que no lo intentara pronto, o eso quiero creer.Le envió antes de irme el mensaje a Stavros y Gulio, informándoles lo encontrado en Acacia y que acciones vamos a tomar, tomo prestadas una de las camionetas del millonario y voy

ANDROMACAAumenta el empuje de su cadera hasta límites inaguantables, renaciendo en mi cuerpo aquellas sensaciones que siempre experimento cuando me hace suya, a si a lo bruto queriendo partirme en dos y llevándome al ya las brasas incandescentes del sexo.Mi hombre es una bestia la cual en cuatro me penetra como una bestia desatando un río caudaloso de jugos cálidos que se mezclan con la sensación de ardor de mi vagina, me sujeta fuerte de las caderas mientras sus pelotas chocan una y otra vez contra mi sexo que lo aprieta en tanto gimo al sentirlo tan profundo y rico.Me estremezco en jadeos entrecortados por los balbuceos de frases amorosas y pasionales que suelta más fuerte sus embates desatando un sonido obsceno que inunda nuestra habitación.—Nena—musita besándome la espalda y llevando su dedo a mi clítoris mientras sale lento y entra de una sola estocada que me pone a vibrar integra—te amo nena.—Te amo mi amor.Contesto llevándolo contra la cama y montarlo como tanto me gusta.