C270- CONEXIÓN.La fortaleza Dark Shadow resplandecía esa noche.El salón principal se había preparado con esmero para la cumbre. Candelabros altos, largos tapices, mesas con frutas, carnes y copas de hidromiel ocupaban los laterales, mientras los alfas invitados llegaban uno por uno, con sus ropajes ceremoniales y rostros serios, arrastrando consigo el peso de sus territorios.El ambiente era elegante, solemne y no faltaban los murmullos de respeto, ni las miradas medidoras entre líderes. Algunos reyes de linaje antiguo habían enviado emisarios, y los soldados de cada manada custodiaban los pasillos, tensos pero atentos.Y en una esquina del salón, Lorenzo se mantenía de pie junto a Zade.—Te dije que no vendría —comentó Zade, cruzado de brazos.—¿Quién? —preguntó Lorenzo, sin apartar la vista de la entrada.—Los dragones —gruñó el beta—. Ellos no hacen pactos con los lobos. Seguro eso que escuchaste del alfa Zayden son puras patrañas.Se metió las manos en los bolsillos y añadió con

C272- EN MEDIO DE LOS DOS.Drakos avanzó sin prisa y la multitud se abrió en su camino sin que él tuviera que pedirlo. No emitía una sola palabra, pero su energía quemaba. Haciendo que incluso antiguos guerreros bajaran la mirada al sentirlo cerca.El fuego vivía bajo su piel. Y ese fuego, ahora, solo miraba a una persona.Ashly.Se detuvo frente a ella y a Gideon y el silencio cayó como un manto pesado. Drakos no desvió la vista ni un segundo, era intensa, casi inhumana. Fría, hiriente, pero con una grieta que dejaba asomar el anhelo más salvaje.Y al mismo tiempo esa conexión rugiendo en su interior, más fuerte que nunca, más viva que antes.«No es posible… Ella… no…»Por su parte, Ashly respiraba con dificultad, hacia todo lo posible por contener el temblor en sus manos, mantenía el mentón en alto, pero no podía esconder lo que había en sus ojos: un pasado que la perseguía y un futuro latiendo dentro de ella.Él no lo sabía, aún no. Y tenía que asegurarse de que así fuera.—Huiste.

C274- NO TE METAS.Drakos avanzó con pasos largos y furiosos, arrastrándola sin soltarle la muñeca.—¡No puedo seguirte! —protestó Ashley, tropezando.Él se detuvo bruscamente y sin aviso, la levantó en sus brazos y siguió caminando. El calor de su cuerpo la quemaba, haciendo que el tatuaje en su pecho quemara como lava bajo la piel. Mientras que la loba dentro de Ashley se revolvía, inquieta, ansiosa por estar cerca de él.Cuando llegaron a un árbol, la bajó con brusquedad, pero en lugar de soltarla, la empujó contra el tronco. Sus cuerpos se moldearon el uno al otro como si siempre hubieran estado destinados a encajar así.—¿Estás embarazada? —preguntó Drakos, con voz era áspera y con la clara necesidad por saber la verdad.Desde que llego esa conexión se habia encendido dentro de él y no habia otra explicación. Por lo que necesitaba saberlo de ella.Por su parte, Ashley palideció.Ashley sintió cómo la sangre abandonaba su rostro. No había forma de negarlo: él lo había descubierto.

C276- ¿CÓMO PIENSAS PAGARME?Arriba en su habitación, Gideon se quedó inmóvil frente al espejo, el agua aun goteando de su cabello dorado que se pegaba a sus hombros marcados. Las gotas resbalaban por su piel, mezclándose con la sangre de sus heridas. Sus manos, fuertes y llenas de cicatrices, temblaron levemente al pasar el paño húmedo por los cortes que el dragón le había dejado.Los tatuajes de su manada brillaban bajo la luz de las velas, recordándole su deber y al mismo tiempo su maldición.Condenado a no amar.Un dolor profundo se apoderó de su pecho. Primero habia sido Liona, que solo lo usó como refugio para esconder a sus hijos y del hombre que realmente amaba. Y ahora Ashley... otra que huía hacia otro.¿Por qué?Apretó los puños hasta que los nudillos palidecieron. Sintiendo que la injusticia quemaba en su garganta. Incluso su hermano había encontrado el amor. Mientras que a él... a él solo le quedaba ser el títere, el alfa, que todos usaban y luego desechaban.«¿Qué más qui

C278- EL TIENE LA VENTAJA.En la habitación, Seraphina observaba a su prima con los ojos llenos de preocupación. Ashley tenía las manos apretadas contra el pecho, como si intentara contener algo que la ahogaba por dentro.—Lorenzo debe odiarme —murmuró culpable—. Su cumbre...—No te odia —respondió Seraphina con suavidad—. Si está enojado, pero se le pasará. Ahora mismo solo está asegurándose de que todo siga como lo acordaron... y buscando una excusa para el comportamiento de Gideon y Drakos.El nombre de este último hizo que Ashley sintiera un golpe en el estómago, tan fuerte que casi la dobló por la mitad.Odiaba como la afectaba.—Lo que me lleva a preguntarte —continuó Seraphina, inclinándose hacia ella—: ¿Qué vas a hacer?Ashley desvió la mirada. Ni siquiera ella lo sabía. Solo tenía una certeza y era que dentro de su vientre crecía un bebé, y el miedo a no verlo nacer la paralizaba.—Ash... —Seraphina le giró el rostro, obligándola a mirarla—. No puedes irte. Ruth ha sido muy c