~Scarlett~Su tono lleno de tristeza saco a la superficie todos aquellos recuerdos que yo había me había empeñado en enterrar y dejar en lo más profundo de mi mente, todos aquellos momentos en los que me miraba con puro odio en los ojos, solo para intentar disimularlo cuando me veía, y para colmo ni podía. Al final, simplemente dejaba de mirarme y su tono se volvía cada vez más y más indiferente.Solo pensaba que era por el hecho de que fui adoptada, pero ahora lo entendía.—¿Tu esposa sabe sobre esto? —pregunté, sin poder decir la palabra "mamá" aunque lo intenté. En mi memoria, ella intentó amarme, o al menos, intentó actuar como si lo hiciera.—Ella solo sabía que encontré a una huérfana con el mismo tipo de sangre en un hospital —él sacudió la cabeza rápidamente— Sabes que ella te ama. Todo lo que Ava tiene, ella quiere que tú también lo tengas.No, Todo lo contrario. Todo lo que yo tenía, ella quería que Ava lo tuviera, incluyendo a Sebastián. Cada recompensa que me dieron por don

~Ava~Mamá dijo que fuera a darme una ducha caliente mientras papá lidiaba con la estúpida que me empujó al lago.No puedo creer lo bien que funcionó todo. Siempre supe cómo llegar a ella, desde atraerla para que escapara a casa hasta hacer que me empujara al agua. Ella muestra todos sus pensamientos en su cara. Sabía que mencionar el collar la iba a alterar, y pensó que yo la iba a lastimar físicamente. ¡No soy tan estúpida como ella! Hizo exactamente lo que pensé que haría: me empujó al lago frente a Sebastián.Él odia a los malos, y esto definitivamente haría que se alejaranDesde que le contó a Sebastián sobre el malentendido de hace diez años, él había estado alejado de mí. No venía a mi casa y tampoco respondía mis mensajes, aunque le rogara ¡y hasta le pidió a su secretaria que contestara mis llamadas! Nunca dije que era la chica a la que él había salvado, simplemente confirmé que era mía cuando me preguntó por el vestido amarillo.Sabía que estaba molesto conmigo, pero no me es

~Scarlett~Sebastián colocó su celular entre nosotros, lo puso en altavoz.En silencio, abracé mis rodillas y encogí los dedos de los pies para que no tocaran su teléfono. Él me lanzó una mirada que hablaba por sí sola, mientras le respondía a Ava:—Llamaré a Jack antes de enviar un médico. Descansa si puedes, o no podrás ir a tu propia fiesta de cumpleaños...Ava se puso a llorar y yo me alejé del celular.Sebastián tomó su teléfono y lo puso lejos de mí. Se sentó un poco más cerca y apoyó su mano cálida en mi pantorrilla, masajeándola con suavidad. Arrugué la nariz hacia él y escribí en mi teléfono:[¡Solo lo haces por el bebé!]Casi soltó una carcajada al ver mi pantalla, y tuvo que aclarar la garganta para disimular.—¿Sebastián? —escuché el murmullo de Ava, impaciente ante su silencio.—Perdón, ¿qué dijiste? —parpadeó hacia el teléfono, distraído. Yo tampoco me había dado cuenta.—Yo... —Ava dijo dudosa, con un tono inseguro y un poco de sorpresa—. ¿Estoy en altavoz...?—Sí, tengo