~Scarlett~
—Perdón... —Sebastián agarró el marco de la puerta con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos— Yo... yo...
Tartamudeó por un largo rato, pero no le salieron las palabras.
¿Qué podría decirle? iba a ir a verla en plena madrugada, solo unas pocas horas después de que le había dicho que no. Porque Ava se había cortado en la muñeca.
—Yo... no haré nada inapropiado con ella. Solo... —en sus ojos, pude ver su lucha interna. Él explicó, quizá para mí o para sí mismo— Puedes venir si quieres...
Alcé las cejas y él de inmediato se retractó:
—¡Perdón! No quise decir eso, ¡no te estoy pidiendo que vengas a ayudarla! ¡Te lo juro!
Suspiré. Hace unas horas creí que podríamos empezar de nuevo. Creí que, si Sebastián se ponía de mi parte contra Ava, quizá tendríamos una oportunidad como familia. Me equivoqué. Mientras Ava exista en su corazón, ella se estará metiendo en nuestra familia por más que yo no quiera.
—Quiero creerte, pero ¿qué harías si realmente se muere desangrada