Charles le mostró a Álex una sonrisa altiva y venenosa, sus ojos brillando de diversión siniestra.Con un chasquido arrogante de dedos, un pequeño dron zumbó a la vida, circulando amenazadoramente sobre sus cabezas.—¿Reconoces este juguete, Álex? —se burló Charles, su voz goteando condescendencia.Álex apenas miró el dron, poco impresionado.—No importa —gruñó, y con una sola mirada helada, el dron tartamudeó y se estrelló en el concreto frío.Pero antes de que Álex pudiera saborear su pequeña victoria, tres drones más surgieron de las sombras, zumbando alrededor de ellos como avispas mecánicas.Charles soltó una risa malvada, ojos ardiendo triunfantemente.—Verás, Álex, cuando mi querido padre me cortó, sabía que buitres como tú circularían. Así que contraté hombres para mantener vigilancia constante, grabando cada segundo de mi vida.Se inclinó hacia adelante, saboreando el momento. —¿Entiendes lo que eso significa, o tu mente es demasiado pequeña para comprender?Charles se detuvo
Ler mais