Sus Principios Morales~JUSTIN~ (1) Nunca he sido la primera opción de nadie.Sin importar cuánto me esforzara, Jac siempre acaparaba toda la atención; era el chico dorado, el prodigio, el que se llevaba todas las medallas y reconocimientos. Mientras tanto, yo era el niño que traía a casa dibujos hechos con crayones y daba recitales de piano a los que nadie se molestaba en asistir.Cuando Jac se convirtió en estudiante de ingeniería, mi padre organizó una fiesta. En cambio, cuando yo entré a la escuela de arte con la que siempre había soñado, me dijo que era un desperdicio de dinero.Entonces, me obligó a estudiar negocios, donde me arrastré durante años de conferencias absurdas, fingiendo que no quería gritar cada vez que alguien me preguntaba por qué no tenía la misma disciplina que mi hermano.La perfección de Jac me perseguía a todas partes, incluso ahora, mientras yacía en coma, no podía escapar de su sombra, no cuando mi padre lo visitaba a diario y gastaba todo lo que quedaba

Mi Atormentador ~ELAINE~ (1)“Que alguien me salve”.Esas palabras resonaban en mi cabeza mientras contemplaba mi reflejo en el espejo. Mis dedos se tensaron alrededor del teléfono, con los bordes clavándose en mi piel como si el dolor pudiera sacarme de la asfixiante miseria que me envolvía pesadamente.Mi cabello, antes perfectamente arreglado, ahora colgaba sin vida, con mechones pegados a mi frente húmeda. El maquillaje se había corrido ligeramente alrededor de mis ojos, consecuencia de contener las lágrimas que no podía permitirme derramar. Y el vestido... oh, el vestido.Capas de encaje y seda caían como una cascada de blanco inmaculado, pero no era elegante. En realidad, era la encarnación de todo lo que detestaba de mi vida; el escote demasiado alto y la tela demasiado rígida, se adhería a mi cuerpo en todos los lugares equivocados, haciéndome parecer más una muñeca de porcelana que una novia. Lo odiaba. Pero, ¿cuándo había importado mi opinión? Especialmente cuando se trataba

La Hermanastra Angelical~ELAINE~ (3) HACE TRES SEMANASLa libertad estaba al alcance de mis manos.Por primera vez en años, las cadenas que me ataban a esa casa, a esa familia, se estaban aflojando, casi podía saborearla.Lo había logrado, convencí a Travis de casarse conmigo, de ofrecerme lo único que necesitaba: un boleto lejos de ellos, de Jac, y de las pesadillas.Cuando le confesé todo a Travis, esperaba que se marchara. La culpa pesaba más que las cicatrices que cubrían mi piel, y no era tan ingenua como para pensar que el perdón llegaría fácilmente, o si llegaría en absoluto. Pero para mi sorpresa, no se fue. Ni siquiera pareció sorprendido, y sabía por qué.Sophie.Le debía eso a ella. Travis estaba tan desesperado por negar lo que fuera que sentía por Sophie que decidió quedarse conmigo, de todas las personas. La ironía era casi risible.Pero mi gratitud no duró mucho. Se suponía que el viaje a otra ciudad para nuestra fiesta de compromiso sería el paso final. Tres días fing

De rodillas ~SOPHIE~Travis estaba perdiendo, y lo estaba haciendo estrepitosamente.Sentado frente a mí, con sus hombros anchos y la mandíbula tensa, ya solo le quedaban la camisa y unos ajustados bóxers negros que no tenían ningún derecho a verse tan bien en nadie. Mientras tanto, yo seguía completamente vestida, relajada en el suelo con las piernas cruzadas y una sonrisa presumida dibujada en mi rostro.Estábamos en otra ronda y era su turno, pero se estaba tomando su tiempo, como si eso fuera a cambiar algo. Estudiaba las letras con la misma concentración láser que probablemente usaba para cerrar negocios millonarios, hasta tenía una leve arruga entre las cejas, como si esto fuera más que un simple juego.No me quejaba, en realidad, me encantan sus expresiones serias. Solo hacía que todo eso valiera más la pena cuando finalmente lo viera perder la compostura por completo.—No le des tantas vueltas —me burlé, recostándome sobre mis palmas—. Es solo un juego de palabras, no un trato

La Cosa Más Hermosa ~TRAVIS~ Un calor intenso se propagó desde mi miembro hasta el resto de mi cuerpo con la forma lenta y deliberada en que Sophie me recibió en su boca. Todavía no había comenzado a moverse, pero la simple sensación de tenerme completamente dentro de esa pequeña boca me hizo arder.La mano que había estado sujetando su cabello cayó flácida a mi costado, cerrándose en un puño para intentar mantener el control. Lo estaba perdiendo rápidamente, luchando contra el impulso de embestir su boca hasta tocar el fondo de su garganta.Sophie retrocedió, dejando que mi miembro se deslizara fuera de su boca en un solo movimiento. Estaba brillante, goteando con la misma saliva que descendía lentamente por la comisura de sus labios.Entonces se lamió los labios, sonriendo antes de volver a descender sobre mí. Esta vez, me engulló de una sola vez, deteniéndose justo antes de llegar al fondo de su garganta. Comenzó a moverse, deslizándome dentro y fuera de su boca mientras sus manos