"—Entonces llamaré a mamá más tarde", añadió Santiago mientras su sonrisa se ensanchaba. Estaba feliz de que Laura quisiera conocer a sus padres, aunque en realidad se habían estado viendo durante más de veinte años. Sin embargo, la relación actual era completamente diferente a la de antes.—¡Ve rápido a la oficina y terminemos temprano para volver a casa! —Laura lo empujó suavemente hacia la puerta. Con Santiago se sentía relajada, nunca necesitaba fingir ni esforzarse.Bajaron las escaleras y vieron a Samuel sentado en su tapete de juegos, concentrado en armar su Lego. Santiago se inclinó para besar la frente de Laura y le dijo con voz suave:—Me voy a la oficina. Pasaré por ustedes después del trabajo para ir juntos.Laura asintió con una sonrisa en los ojos.—Ve, te esperaremos.Santiago aclaró su garganta y llamó:—¡Samuel, papá se va a trabajar! Pórtate bien y diviértete con mamá.El pequeño, al escuchar su voz, volteó inmediatamente. Agitó sus manitas regordetas y exclamó:—¡Adi
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