Sus cejas se fruncieron, "¿En serio?".Asentí lentamente mientras le daba un buen mordisco a la fresa, masticando en silencio.«Bueno, eso es muy interesante. Parece que el nuevo equipo administrativo les gusta divertirse, ¿eh?».Puse los ojos en blanco y no dije nada."Y...", insistió, manteniendo su mirada fija en mí.La miré, "¿Y qué, Clara?"."Deberías estar arreglándote para una fiesta, chica"."No", dije. "Claro que no voy a ir", me mofé. "Y menos después de la forma tan cruel en que se presentó despidiendo a trabajadores inocentes"."¿Por qué no vas a ir?"."¿No me escuchaste?"."Esa no es razón suficiente, Ana. Creo que deberías ir"."No, no lo creo"."Deberías ir. Lo necesitas"."¿Cómo?", pregunté incrédula, "¿Me van a pagar extra por ir? No, no voy a perder el tiempo en eso. Prefiero quedarme en casa y dormir bien con mi bebé"."Mira", apartó las patatas cortadas y dejó caer el cuchillo. Suspiré, sabiendo ya que iba a soltar un largo discurso convincente.Aunqu
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