Zacarías Ydis La rutina diaria me llamaba nuevamente, pero ahora todo es diferente, tengo una familia más grande, numerosa, no solamente con hermosos hijos, sobrinos, cuñadas, hermanos, más que proteger, más que perder, pero feliz. Voy caminando por los pasillos del enorme castillo negro que parece no dejar de expandirse, hasta la oficina de Nicolai, quien como era de esperar y en el octavo día, ya me está insistiendo para que aparezca pronto.-llegas dos horas tarde ¿tanto te demoró subir 1 nivel y 3 putas escaleras?-dijo Nicolai visiblemente alterado, lo cual ignore y me senté tranquilamente en mi lugar habitual.-veo que has dormido mal estos días mi señor, yo por mi parte lo he pasado muy bien, mis hijos están bien, Igor está creciendo espectacularmente, Grim aprendió a tomar la cuchara y la maneja bastante bien, algo súper extraño para su corta edad-respondí a Nicolai, quien me miraba con sus ojos inyectados en sangre-parece que no has dormido mucho ¿está todo bien en el paraís

Rey Remo CostichTal y como decía mi bello rayo de sol, algo maligno salía de los acantilados, era sutil, era un aroma diferente, no era el aroma propio de la tierra, la humedad o del mismo bosque, este aroma era diferente y por la reacción que tenían las aves, insectos y hasta las mismísimas arañas, no era algo agradable.-¿qué sientes?-pregunte a Sean, el capitán de la guardia del elite, que me estaba acompañando de regreso a casa junto a los demás guerreros.-no lo sé mi señor, el aroma es extraño y si te fijas en los árboles, no hay ni un insecto, ni un pájaro, el silencio es como extraño, diría que es cosa de brujas, pero tampoco las ofendería. Esto es algo oscuro mi señor, magia negra, ni siquiera los vampiros de la ciudad son tan tenebrosos como lo que estoy sintiendo ahora-respondía a mi nuevo capitán a cargo.-por lo mismo, decidí venir por este lado y enviar a nuestras familias con Matteo. Mi rayo de sol, está visitando la manada de Lavos, pero algo me hizo venir tras ella,

Rayo de SolPodía sentir a Remo pasar por fuera de las tierras de Lavos, sabía que le costaba dejarme atrás, su instinto siempre era de protección, pero él siempre me daba el espacio que necesitaba.-mi señora ¿a qué debo tu visita?-pregunto el alfa Lavos, viviendo a mi encuentro.-quiero que me lleves a los acantilados-dije de sopetón-que tu manada se aleje del lugar hasta que regresemos.-¿el acantilado? de inmediato, deja que prepare a los guerreros-dijo el buen macho.-eso no será necesario Lavos, solo con un rastreador me será suficiente. Algo me está atrayendo y tengo que saber de qué se trata-dije y al ver su expresión de terror agregue-me puedo cuidar sola Lavos, pero si te sientes mejor, solo me llevare a cinco o siete guerreros. Trata de que le número sea impar.-de inmediato mi señora-dijo el alfa y a los minutos ya tenía a siete machos y dos rastreadoras a mi lado-asumo que no dejarás que te acompañe.-asumes bien Lavos-dije sonriendo, estos alfa ya me conocían-quiero ir s

Alfa Crom VitaleTras sobreponernos del temblor, luchar contra cazadores y humanos armados hasta los dientes. Logramos reducirlos sin sufrir bajas, solo heridos, los pocos vampiros lograron entrar a las calles de mi manada iban a lugares muy precisos para ser coincidencia, pero ellos no pensaron en encontrarse con un grupo de brujas, que los hizo saltar por los aires, literalmente.-Eda ¿alguna novedad?-pregunte a mi beta, quien lideraba la lucha contra los cazadores.-les pateamos el culo alfa, capturamos a tres están medio vivos, parece que tenían planos antiguos de la manada-me informaba Eda y eso me preocupo-estaban escritos con unos signos raros.-¿qué tipo de planos Eda? ¿que signos?-pregunte de inmediato. -de las casas, bodegas y hasta estaban marcados los lugares donde los pequeños podrían estar durante el día-respondía Eda-pero eran antiguos, de cuando tu padre estaba a cargo. Los signos son extraños, de brujas.-lleva a los rehenes al calabozo, ten cuidado Eda y no muestres

260Las Consecuencias DuelenZacarías Ydis Aún no puedo dar crédito de lo que ven mis ojos, junto a mí Blandor lucia igual de impresionado. Puedo escuchar el rugido de los pequeños osos, cómo también el llanto de estos pequeños bellacos, a los que les falta mucha mano dura en sus culos.-por favor Zacarías, no los mates, son bebés-rogaba Cole, interponiendo su pequeño cuerpo ante los tres oseznos, qué estaban escondidos detrás de los tres bellacos.-¿los podemos sacar? nadie se va a enterar que están acá Zacarías-intervenía Ian, pegándose junto a su hermano, a modo de protección para los oseznos.-yo no sabía está parte, te lo juro Zacarías, no lo sabía, así que esto, no es mi culpa-decía Savio.-ustedes tres, viven causando problemas, esto es el colmo, ni siquiera estando en el calabozo dejan de mandarse cagadas-comentaba Blandor a mi lado muy molesto, tratando de evitar un zarpazo de uno de los cachorros de oso.-¿acaso se dan cuenta de todo el problema en que están metidos?-pregunt