— No te preocupes, querida neurótica, te invito a comer — Me dice el imbécil y mi paciencia llega a su límite. — ¡Litia! Me llamo Litia, no soy ninguna neurótica, deja de llamarme así y no soy tu estúpida novia — Empiezo a gritar y me callo cuando me doy cuenta de que el ruido se ha detenido y los pasajeros snobs me miran como si fuera un bicho raro. — Lo siento, creo que anoche, no la hice tan feliz como pensaba —dice el idiota con una espléndida sonrisa.  Abro la boca impresionada. ¿Qué diablos está insinuando? — ¡Rodolphe! — Digo entre dientes. — Querida, hemos avanzado, por lo menos ya no me dices imbécil, te juro que voy a recompensarte por lo de anoche — Repite. Tira de mi mano y siento sus labios contra los míos, quiero empujarlo, pero en ese momento levanto la mirada y observo cómo la linda azafata que se le ofrecía en bandeja al principio del vi

Al volver a Tolosa, Rodolphe y yo empezamos a vernos casi a diario, nos volvimos inseparables, me sentía realizada, completamente amada y, sin embargo, no me atrevía a hablarle a mis padres sobre nuestra relación y hasta prefería no mostrarle las fotos de mi familia ni ver las de la suya; lo que empezó a convertirse en un problema.— Hola Mamá, ¿cómo va todo? — Mi madre tiende a siempre llamar en el peor momento."Bien Litia, esperando a que vengas en las vacaciones navideñas" — estamos a finales de octubre.Hace casi un año, Rodo y yo empezamos a salir y en este momento me siento muy confundida, sin saber qué hacer.— "Estamos muy felices de que tú y Awa estén estudiando juiciosas, sabes que nuestro mayor temor al tener tres hijas, era que no fueran mujeres independientes, que se casaran jóvenes y se llenarán de hijos". "Por fortuna, ustedes han decidido estudiar" — Me dice.Mi madre no pudo haber escogido un mejor momento, las lágrimas se desliza

Catorce años despuésEn la actualidad - NizaLitia — ¿Todo bien? — Awa vuelve al salón de té y Caroline bloquea la puerta.— No te llevarás a mi nieta —me dice amenazadora — La has tenido todos estos años contigo, ahora es nuestro turno.— Caroline, la niña no conoce esta casa, estoy segura de que podrá venir a visitarte —dice Awa sonriente.— También lo sabías, ¿verdad? Eres una traidora — Caroline está perdiendo los papeles.— ¿Y qué querías que hiciera? Ella es mi hermana y, aunque sea una bruja fría y calculadora, usted me conoce, soy muy leal. — Continúa mi encantadora hermana. A veces quisiera desaparecer a Awa, quien no me ha perdonado que hubiese reunido a toda la familia para decirle que estaba embarazada de Milo y no de Vico, que en esa época era su esposo.— No soy una bruja — le recrimino intentando defenderme.— Pero si eres fría y

Comemos mientras ella habla de lo feliz que se siente al verme y de que por fin se ha cumplido su sueño.— ¿Podrías llevarme contigo a la Estación Espacial la próxima vez que vayas? Estoy segura de que es más divertido que estar con mamá o en la escuela todo el día. ¿Sabes que mis compañeritos son un poco lentos? No saben ni escribir ni leer bien —suspira de manera exagerada y yo sonrío. ¿Qué niña de cinco años habla de la Estación Espacial?— ¿Y tú sabes hacerlo? — Le pregunto intentando seguir su ritmo, bostezo, tengo que descansar.— Por supuesto, tengo cinco años, no puedo pasar toda mi vida iletrada — Comprobado, es hija de Melissandre y ha sacado el gen nerdo de toda la familia.— Por supuesto, princesa, aunque estoy seguro de que tus compañeritos pueden comenzar a aprender el próximo año, no es urgente —ella suspira y yo vuelvo a bostezar.— El té ha terminado, puedes irte a descansar — Lanzo una carcajada al escuchar lo autoritari