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94 chapters
Capítulo 91.
Edmond. Cinco horas antes del rescate. Aunque mi salón está concurrido, siento la soledad ahuecar mi ser. Un vacío seco me recorre el pecho, es como si el alma me hubiera abandonado, como si las sensaciones agradables que la llenaban se esfumaron. Tal vez así fue, mi hija y la mujer que amo han desaparecido, mi abuelo; el hombre al que admiré y respeté tanto intentó asesinar a Simone, lo peor de todo es la verdadera culpable de cada hecho, Karine, victimizándose frente a mis padres, un teatro de mierda que el coraje me exije destrozar. El impulso corre en mis venas, el deseo de acabar con ella. Me les acerco; está acostada sobre un sofá, su respiración es lenta como si un falso agotamiento la hubiera derrumbado. El doctor de pacotilla le toma el pulso; ella abre los ojos lentamente, emite un quejido bajo. —¿Karine, se encuentra bien? —pregunta él, pero ella no responde, su vista busca sobre los presentes. —Edmond, mi amor —extiende su mano con una fragilidad tan creíble que mi ma
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Capítulo 92.
Edmond.Una hora antes del rescate.Mi amigo conduce, tenemos la dirección exacta de la casa. Al este de la ciudad los rayos del sol comienzan a invadir el cielo. Amanece, pero para mí todo lo sume las tinieblas. La incertidumbre es constante, no me abandona; estoy un paso detrás de ese par de malnacidos, me aterra no llegar a tiempo. Karine y Kemish tenían un plan bien calculado; él sugirió que ella necesitaba atención médica; se brindó para llevarla al hospital. Jerome fue tras ellos, y por un descuido los perdió de vista. Lo peor es que esa distracción la ocasionó la llamada de Esteban, no tuvo que indagar mucho para descubrir que Kemish es primo de Paul, el exnovio y abusador de Simone; hecho suficiente para sacar conclusiones. Ese maldito fue partícipe de aquella desgracia; no quedan dudas, aunque aún haya que llevarlo a investigación. —No desesperes —dice él—. La policía se hará cargo del operativo de rescate. Ya sabemos dónde están.—No permitiré que saquen a Simone de esa cas
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Capítulo 93.
Edmond.Camino de un lado a otro en la sala de espera. Cada minuto es tortuoso. No he podido emitir palabra. Jerome es quien se ha encargado de contar a los presentes la verdad sobre los hechos. Mis padres se niegan a creer que Simone sea la verdadera madre de Éline; se sienten engañados, decepcionados, y con una vergüenza eterna hacia ella. Hugo está apartado, el resentimiento le marca el rostro; no nos dirige la palabra. Escuché decirle a Richard que se consideraba el verdadero culpable de que Kemish se haya acercado tanto a su hija. La situación es un completo desastre para ambas familias, los periodistas son buitres detrás de la historia aún no revelada al público. Estamos conmocionados, esperamos noticias de los doctores sobre el estado de salud de Simone y Eline. —¿Qué haremos ahora? —pregunta mamá—. ¿Cómo le diremos a Éline?—Agatha, podemos resolver este malentendido como familia. Ellas se recuperarán...—Ni lo piensen —interrumpe Hugo a mi padre—. Mi hija ha sufrido demasiad
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Capítulo 94
Edmond.Esteban destapa el cuerpo hasta la altura del pecho. La impresión causada por verla en tal estado me toma imprevisto. Pongo la mano en mi boca, miro hacia otro lado, intentando asimilar lo que captaron las retinas. Me pregunto si la justicia nos llegará a todos tan cruda como lo ha hecho con Karine. Vuelvo a mirarla; la piel pálida, mortecina, hace más perceptibles los horrores por los que tuvo que pasar. Tiene el rostro amoratado, el costado derecho casi desfigurado. Una herida profunda le atraviesa el cuello; los colores marrones y lilas se extienden alrededor de este. Quiero dejar de verla, pero su presencia actual se mezcla con los recuerdos que tengo de ella. La mujer que desposé en el altar; la que presumí al mundo, la que nos abandonó y luego regresó para dejar claro que le pertenecíamos. Éline; Simone y yo fuimos peones en su juego bien calculado. Aunque su última estratagema la llevó a la muerte, el daño está hecho. Ella yace sobre este metal frío; no sé si descansará
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