Massimo y Pietro entraron a la oficina de la Dra. Serra, la mujer al ver al par de hermanos sintió un alivio, ella sabía que el hombre no tenía nada fácil su situación y aunque dudaba un poco, realmente le interesaba estudiar al hombre, había pasado, por tanto, y no podía creer que aún siguiera de pie.— ¡Bienvenido, Señor Pellegrini! ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy?— Hola, doctora Serra, todo bien, tranquilo, supongo.— Doctora Serra, no le crea, este hombre necesita ayuda y es urgente, tuvo algunos shocks mientras estuvo fuera, lo último realmente no lo recuerda…— ¡Massimo!— Hermano, si quieres ayuda debes ser sincero, si lo único que harás es cerrarte, ¿cómo lo vas a lograr? Hazlo por Celeste, que, aunque no la mencionas, sé bien que lo estás haciendo por ella.Pietro terminó viendo hacia la ventana, no le gustaba que su hermano hubiese comenzado a leerlo, ellos dos, desde que su madre murió, habían dejado de ser unidos, al menos hasta ahora, momento en el que Massimo se l
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