Sebastián Connor no dejaba de llorar, arremolinado, acurrucado buscando esconderse. Tenía dolor, vergüenza, sentía desolación. Sabía que ella no quería venir a Medianoche, y esa idea me mataba, porque era mi manada, el lugar que yo comandaba, y que evidentemente no era el mejor lugar. Ella tenía ra
Leer más