Oliver Emilio Spencer está fumando cigarro, su ansiedad al no ver venir a Aurora por el pasillo lo está consumiendo.Su mirada es oscura, profunda, causa temor, solo piensa en lo que hará si ella no aparece. Le tocó enfrentar a su estimada madre, todo porque desde que él vio a Aurora en la fiesta Villarreal, se juró que ella sería suya y no piensa parar, no piensa rendirse hasta que sea así. Y de repente, la hermosa chica se asoma, camina despacio por el pasillo clavando su mirada en el guapísimo hombre que la espera, el cual lanza el cigarro al suelo para enfocarse en ella.Aurora Parrow le robó el aliento a Oliver. Aquel vestido color azul rey ceñido a sus curvas la hace ver hermosa, elegante, pero a la vez sexy. Su cabello cobrizo suelto, el cual se mueve a la perfección gracias al viento de la fría noche, favoreciendo aún más, dónde ella parece un ángel.Spencer, tragó grueso al tenerla más cerca, y algo en él se inquieta más.—te has demorado— empieza con su arrogancia y luego s

Aurora Parrow se siente tan tentada por Spencer que aquel roce provocativo la hizo sentir una marea de calor inexplicable, sin embargo, no es tonta y no piensa entregarse a él a pesar de que le guste, así que muerde su labio inferior con sensualidad teniendo toda la atención de Oliver que la mira con ferocidad.—señor Spencer— murmura, utilizando un tono de voz seductor—hago lo que me pidas— Oliver mira los labios de Aurora, las ganas son muchas—quiero...— ella saca su lengua teniendo un atrevimiento letal, pasa la punta por los labios de Oliver el cual abre sus labios porque quiere recibir ese besoPero Aurora se escabulle del hombre provocando una mini sonrisa maliciosa en él, porque cayó en cuenta que Aurora lo sedujo y lo deja con ganas, pero ese jueguito le encanta.Se gira a mirarla, y la observa silenciosamente como ella está tocando una de las estatuas que le costó mucho tenerla, pero todo por tenerla a ella, porque él no es tan amante al arte como Aurora, pero si le llama l

—¡Mientes! ¡Estás mintiendo papá!— lógicamente Aurora en su razonamiento no estaría con un hombre mafioso que solo crea peligro para la sociedad, pero Oliver es algo diferente, la hizo sentir especial está noche, así que le es dificil creer—un momento, ¡Me explican ya, lo que está pasando!— Anastasia mira a su hija con intriga—nuestra hija está saliendo con un hombre que lleva una mala vida ¡No lo voy a permitir!— exclamó Parrow con determinación —ese hombre es un mafioso, vende cocaína y no pienso maldición, permitir que te jodas la vida de esa manera— Sebastián Parrow toma la decisión de marcharse. Está muy estresado y no quiere lastimar, con las palabras, no quiere gritar más y menos llegar a un punto de una discusión con su amada esposa.—¡Sebastián!— lo menciona Ana, pero su esposo no le presta atención —¿Qué sucede hija? ¿Cómo es eso de que estás con un hombre así?—madre... Es una larga historia, no lo sabía, realmente no lo sabía, quiero estar sola— da unos pasos pero su mad

Intenta retroceder pero el agarre de Oliver no le permite hacerlo. De manera inesperada la lengua de Oliver divaga en su intimidad haciéndola jadear y luego mirarlo a los ojos con esa ferocidad. Lo más excitante es que Spencer la está mirando con una intensidad letal.—Spencer...— pasa saliva y ahora sus labios están entre abiertos —tu sabor es delicioso, quiero escucharte decir que eres mía, solo dilo Pero Aurora no lo quiere decir, sin embargo, siente que se está quemando. Y como no habla, Oliver le propina una buena lamida que hizo temblar sus piernas y gemir.—solo... Toma una decisión— sus palabras son entrecortadas mientras en su rostro tiene un gesto divino de placer —habla, debes decir que eres mía, solo mia— le ordena y la toca a la perfección con sus dedos, ella cierra sus piernas de manera inconsciente por el orgasmo que está en aproximarse pero él no le permite —soy... ¡Ay carajo!— lo agarra del cabello y jala, lo que está sintiendo no lo puede controlar —¡Habla!— vue

—¿Que haces con mi móvil?— Oliver se acerca y se lo quita—hey no seas malo, solo conteste la llamada para ayudarte, ya que estabas ocupado —¡No Salem! No vuelvas a hacerlo— regaña a su hermana —¿Quién carajos era?— empieza a revisar el móvil y ve que es el número de Aurora, así que la desesperación lo impacienta—supongo que era tu novia, creo que se llamaba Aurora, sí, así me dijo y te mando al infierno —¡No! ¡Carajo! Es tu culpa— la señala y empieza a llamar a Aurora, pero le cae a buzón —no me grites, eres bien ogro— rodea los ojos —intente decirle que soy tu hermana, pero me colgó la llamada, es muy grosera —¡No lo es! Ella es perfecta, pero esa mujer debe estar poseída por el diablo, hasta apagó el movil ¡Joder! Me has metido en problemas— sigue llamando —hablas como si le tuvieras miedo, eso es muy extraño de tu parte. —¡No lo entiendes! Ella es importante para mí, es mi mujer —deja de ser posesivo, literal, eres un puto dolor de huevas. Solo búscala y yo hablo con ella