Edgar no podía creer lo que Dayana acababa de decir, él volteo a ver al rededor, había muchas personas con los ojos y su total atención puesta sobre ellos, incluso había quienes los estaban grabando con su celular, cuando Edgar volteo a ver a Dayana nuevamente pudo notar una leve sonrisa en el rostro de ella. Una gran molesta se hizo presente en Edgar, ella quería que él se humillara frente a todos pero penso que quizás ella se sentía humillada también por lo que acababa de pasar con la otra chica dejándola ver como una tonta a quién su novio le era infiel. Bajo otras circunstancias él se negaría rotundamente y se daría la vuelta dejándola ir, pero no era el caso, no podía hacerlo, necesitaba a Dayana para conseguir su dinero y forjarse un futuro próspero además de una reputación respetable para él y su familia materna, Edgar era consiente que si la perdía a ella perdía todo, jamás tendría una oportunidad de oro como esa. Tragándose su orgullo y ego Edgar dio unos pasos hacía atrás

Dayana se subió a su auto, sentía que se ahogaba con el gran nudo que estaba en su garganta, sus ojos empezaron a arder más sin embrago se contuvo de derramar una sola lágrima con todas sus fuerzas; decir que Leonel no la había herido con sus palabras era una completa mentira, Dayana se consolaba a ella misma pensando que todo eso lo dijo porque estaba enojado y la única culpable de ello era Amanda. Pensar en ella hizo que la tristeza se esfumara y fuera remplazada por enojo, apretó con fuerza el volante deseando con todas sus fuerzas que fuera el delicado y delgado cuello de Amanda, era consiente de que sus pensamientos eran algo excesivos pero esa mujer parecía pedir a gritos ser golpeada, se atrevió a retar a Dayana y no solo eso, fingió se la víctima herida además de poner a Dayana y Leonel en contra. — Atente a las consecuencias Amanda.Dayana puso en marcha su automóvil y se marchó, no dejaría que eso se quedara así se encargaría de quitarle la máscara y terminar con su teatri

Ambos hombres se voltearon a ver con un toque de pánico en los ojos, ellos desconocían que la computadora tenía documentos demaciado importantes que los meterían en grandes problemas, aunque de igual manera de a ver tenido conocimiento de ello no hubieran dudado en aceptar el trabajo, era una buena paga... eran expertos en lo que hacían por algo Edgar los contrato pero Dayana resultó ser más astuta y calculadora; estar en la cárcel no era una opción para ellos pero tampoco lo era quedar mal con su cliente.— Si aceptamos tu oferta de igual manera tendríamos problemas con el hombre que nos contrató, él es muy poderoso.— No tanto como lo soy yo... acepten a cooperar conmigo y tendrán más dinero, su libertad además de que les ayudaré a no tener problemas con el que los contratoAmbos hombres se voltearon a ver con un toque de incertidumbre pero seguros de que la mujer frente a ellos les estaba ofreciendo algo demaciado bueno para ser cierto. — ¿Que es lo que quieres? Uno de los hombre

Al día siguiente no había clases en la universidad, Dayana estaba muerta de ganas de encarar a Edgar y Amanda tenía las pruebas suficientes para desenmascararlos a ambos lo único que le daba pena de toda la situación era Leonel, sabía que iba a ser un golpe duro para él, así que Dayana decidió editar el video donde estaban Edgar y Amanda, su conversación era más que comprometedora así que no tenía caso torturar a Leonel haciéndolo ver las imágenes de la mujer que amaba entregándose a otro. Dayana encendió el televisor tenía una taza humeante de café y una pieza de pan dulce, se encargaría de lo del video después de desayunar, en cuánto encendió el televisor estaba un noticiero matutino. " La noche de ayer al rededor de las 10:45pm un hombre fue asesinado con arma de fuego al resistirse a un asalto fuera de una tienda de auto servicio, la víctima fue identificada como Raúl García no tenemos más información sobre el ni el asaltante, el acto quedó grabado por la cámara de seguridad del

Dayana puso su mano en la cabeza de Leonel mientras el lloraba destruido, no existían palabras que pudieran calmar su dolor, ella lo sabía bien así que se limitó a ofrecerle su compañía y esperaba que atraves de esas caricias en su cabeza pudiera transmitirle algo de fuerza para afrontar el duro momento que estaba pasando. De repente Leonel se apartó de Dayana, se puso de pie y se limpió las lágrimas del rostro molesto, levantó la cara y miró al techo para después cerrar sus ojos con fuerza, el dolor se estaba empezando a mezclar con más emociones.— Dayana yo... lamento a verte tratando tan mal, no haberte escuchado, tu me lo dijiste y yo no te creí fui un idiota.– Ella se acercó a él y puso su mano sobre su hombro — Tranquilo, yo sabía que las fotos de aquella vez no eran suficiente, más sin embargo me aferre a enfrentarla cuando tenía todas las de perder en ese momento, lamento yo ponerte en esa situación que te orilló a decirme todo aquello. — ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Como te e