Pasaron algunos meses y las cosas marchaban de manera normal, al parecer el perfil que manejaba Ethan Smith como fiscal era bajo y de buen agrado, pero algo había en él que no terminaba por agradar al círculo cercano de los empresarios de Nueva York, la señora Connor había regresado a casa, por lo que se veía el tratamiento para su adicción al juego había funcionado de manera satisfactoria; las personas necesitadas cuando se miraban envueltas en crímenes menores que debían ser juzgadas por el estado eran bien tratadas por la oficina del fiscal. Esta tranquilidad de Ethan no me agrada nada — hablo Anabella mientras mantenía una conversación con su amiga Jane, al parecer la joven asiática se encontraba ya en Nueva York de vacaciones — tengo mucha hambre — dijo la señora Andollini. Te vez hermosa, Annie — dijo Jane — te veo feliz — la mujer se encontraba muy tranquila — me encanta estar unos días aquí contigo, muy pronto vendré a estudiar mi especialidad aquí — la mujer tomaba un jugo

Jean Carlo se encontraba estático con el par de zapatitos de bebé que tenía en la mano, miro a su esposa con la boca abierta y lágrimas en los ojos, tomo a su esposa que se encontraba frente a él y la cargo. Vamos a tener un bebé — hablo Andollini con alegría — eso me hace inmensamente feliz, ¿Cuándo te diste cuenta? — el hombre se sentó en la cama y puso a su esposa sobre sus rodillas — ¿te sientes bien? — Mi periodo no llego durante dos meses, pero después del aborto ha estado un poco descontrolado, así que fui al ginecólogo en esta tercera falta, estoy embarazada, el bebé está bien, no te preocupes, me dijo que viene muy bien, me receto más vitaminas, más alimentación saludable — la mujer miraba a su esposo — Como puede ser que uno sueñe con alguien que ni siquiera ha conocido No sé si es posible, pero yo llevo ya mucho tiempo soñando contigo Y cuando la historia parecía completa Le diste una vuelta de 360 Tú eres el 50 de mi 50 Y ahora todo huele y sabe mejor Gracias al

Era una cena elegante, era uno de los mejores eventos que pasaban en la fundación Andollini, el salón lucio espectacular, el evento se encontraba a punto de comenzar, la gente saludaba a la pareja el señor Altobello Muchas personas del lugar conocían a Jane, en un lugar alejado con otros miembros de la política de Nueva York se encontraba el fiscal de distrito junto con el nuevo juez federal, el alcalde igual estaba ahí, algunos empresarios, miembros de las escuelas, jóvenes que fueron y eran becados por la fundación. Anabella miraba el ambiente y volteaba a ver a muchos lados, miro a Ethan a lo lejos y sintió ganas de vomitar de tan solo recordar todas las malas cosas que había pasado y vivido con él. FLASHBACK. lárguense de mi casa ¡— dijo la mujer con un grito desesperado, Anabella Connor, se agacho y comenzó a tomar la ropa de ambas personas — ¡he dicho que se larguen! — se dirigió a la salida de su departamento, pero lo pensó mejor y la tiro con dirección hacia el callejón tr

Al día siguiente salieron todas las fotos del evento, en todos los diarios, revistas más importantes sacaron la nota del mismo, al parecer todo había sido un éxito, los chicos podrían comenzar a estudiar en la fecha programada, uno en YALE y el otro en el MIT. Anabella miro la foto que se encontraba en el centro de la sección de sociales, al parecer a todos les había encantado Smith, hizo una mueca de asco, en verdad el hombre tenía un aura desagradable, ahora se tenía que concentrar en lo nuevo que venía a su vida. Su esposo había despertado muy temprano al parecer tenía juntas y reuniones, unos tratos con personas de Europa que por la diferencia de horario las tenían que hacer de manera inmediata; ella comenzaba a ver nuevos eventos, nuevas cosas, pero por su parte igual necesitaba abrir su propia firma, quería ejercer la abogacía de manera inmediata, ahora con el bebé esperaba que fuese posible. ¿Qué haces? — una voz el saco de sus pensamientos, era Jane quien bajaba ya arreglad

Jean Carlo miraba a su esposa con ansiedad, Anabella se encontraba sentada frente a él, al parecer el enojo iba pasando poco a poco, pero sus ojos se encontraban fijos en él; sentía celos era la primera vez que los sentía, bueno no la primera. — ¿sigues molesta? — comento Jean Carlo, mientras comenzaba a comer con tranquilidad — — No, solo que, si me dolió un poco la cabeza, pero ya está pasando — ella lo miro con amor — — ¿te sientes mal? — la miro con angustia el hombre — ¿quieres algo? — — Jean Carlo, me siento bien, no te preocupes es solo que, si me moleste bastante, pero creo en tú completamente — Anabella lo miro con tranquilidad — sé que me porte un poco celosa un tanto irracional, me siento un poco triste por eso, no quiero ser una esposa celosa y extremadamente controladora, pero no quiero que le vuelvas a responder a esa mujer — Anabella hizo un puchero — — No le volveré a hablar, ni responderé sus mensajes, quiero que te encuentres tranquila — el homb