Estoy desesperado, cabreado y malditamente ansioso. Jules está en el hospital y yo por idiota, atrapado en el trafico, intento llamar de nuevo a mamá, Alma o Juled, pero ninguna responde. Maldición.No podía jodidamente estar tan lejos cuando mi chica me necesitaba, maldiciendo en voz baja, salgo del auto ante la mirada atonita y los gritos molestos de los demás coductores, y empiezo a correr como un desquiciado por todo el camimo hasta el hospital.Sin importarme una mierda que tenga una multa o algo por el estilo, el hospital está a un par de kilometros, pero con algo de esfuerzo, lo lograré, corro varios kilometros a diario.Cuando finalmente atravieso las puertas, un par de enfermeras corren asustadas, debo parecer a punto de un colapso, la camisa de mi traje está empapada y mis mocasines no son excelentes para correr.- Julieta Z. Hoffman - mascullo una vez que consigo recuperarme, una de las en
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