JULIA  Mientras Ángelo hacía el relato de su pasado y del traicionero de Álex, cada uno de nosotros nos mirábamos sorprendidos, dicen que el mundo es tan pequeño como un pañuelo, a veces creía que era un dicho de personas demasiado imaginativas o porfiadas, pero ahora veo que tienen mucha razón, pues no solo nos enteramos de la razón de Álex para traicionarnos, sino que resulta que salió siendo hermano de Henry, con razón lo veía en él, aún así conocer toda esa verdad del pasado de Álex me hace dudar de mi capacidad para confiar en las personas, o más bien me vuelve a demostrar que no todas las personas son tan reales como dicen ser, lo cierto es que en mi vida he aprendido que no todos dicen ser lo que son, pero también me ha enseñado que hay otras que valen la pena tenerlas junto a ti, por esas personas estas dispuesta a darlo todo por qué sabes que jamás te decepcionarán, y si lo hacen sabes que es por un motivo bien fuerte, ya sea para no causarte un daño mayor

ANTONE  Cuando salimos de la oficina tras Ángelo, vi que Julia se quedó con Henry, pensé que ya habían aclarado todo pero al parecer me equivoqué, la verdad es que a pesar de ser mi único y gran amigo de la infancia, espero que esté alejamiento no lo haga dudar de mí, creo que también entre nosotros ahí dudas y cosas que aclarar, por lo menos hoy me cobraré por él la venganza sobre este desgraciado viejo.  Él nunca me dijo el por qué odiaba tanto a su padre, por qué quería separarse definitivamente de él, me había imaginado que era por qué siempre lo obligaba a hacer todas las cosas que le hacía hacer, se que a pesar que nació en este maldito y negro mundo, su mamá lo enseñó a ser un buen hombre, un hombre de bien, lo crío para que diera y recibiera amor.  Al ver cómo su papá lo trataba, y todo lo que le decía que debía aprender para que disque fuera el digno heredero de su maldito imperio, era lo que me hacía apoyarlo en todas las decision

JULIA  Al llegar a la mansión nos fuimos directamente a la habitación, pero antes de llegar a ella le dije a Miriam:  —Mi mujer hermosa Henry y yo tenemos mucho que solucionar—, así que no nos esperes para cenar—, cuando terminemos, yo llamaré a Karen para pedirle algo—, dije con seriedad.  —Claro que si mi mujer hermosa—, me dijo con esa sonrisa y gesto socarrón que hace con las cejas—, se bien que tienen mucho que aclarar, y que descalentar, a como veo las cosas la comida es lo último en que pensarán, o más bien creo ¡que se la comerán demasiado!—, al decir eso se encerró en su habitación, sabía que la iba a reprender, ¡pero ya me las pagará!.  Entré a mi habitación y Henry me atacó a besos, cielos este hombre está peor que un animal en celo, pero yo no me quedo atrás es que verlo en ese plan de hombre malo me puso a mil, así que aquí estamos fundiéndonos en un gran beso, un beso lleno de deseo, de amor, de pasión, de lujuria, mi

HENRY  —¿Donde está mi bebé hermoso, Franco?—, le preguntaba Julia con un poco de preocupación, y no está de más—, ya sabes que aunque ha sido eliminada nuestra o más bien mi principal amenaza, acuérdate que vivimos en un mundo donde hacemos enemigos a cada paso que damos—, le dijo bien preocupada—, más yo, sabes que de ambos mundos a los que pertenezco mis enemigos querrán encontrar mi debilidad para hacerme caer—, con eso me decía que estaba consciente que no sería fácil dejar este mundo oscuro.  —Tú de ahora en adelante solo concéntrate en ser feliz—, le dijo Franco—, que para ocuparnos de tú seguridad y la de tú familia estamos Ángelo y yo—, le dijo al oído—, ve con tú hijo, y llévalo a él, ¡creo que es hora que conozca a su verdadero padre!—, le decía mientras me miraba a mí, ¡mi hijo, mi hijo está aquí!, en esta casa, ya quiero verlo y abrazarlo, decirle que me perdone por no estar con él todos estos años, pero qué de ahora en adelante nada ni nad

JULIA  Al mirar a mí hombre para rectificar lo parecidos que son vi correr unas lágrimas por sus mejillas a la vez que lo sentí titubear, creo que tenía temor,  un miedo mezclado con felicidad y un poco de orgullo, ¡orgullo de padre!, lo que me hace amarlo mucho más. Lo tomé de la mano y lo acerqué a la cama para que lo pudiera ver más de cerca: —¡Amor te presento a Fabriccio!—, le dije mientras lo abrazaba para tranquilizarlo—, nuestro hijo, tuyo y mío, ¡gracias por dejar en mí tú semilla, gracias por qué él fue la razón de levantarme cada día, él fue mi razón de seguir, de resurgir de mis cenizas!. Cuando casi me destruyeron totalmente, ¡él se convirtió en mi fe, mi fuerza, mi alegría y mi libertad!, por eso te estaré eternamente agradecida amor, pero sobre todo ¡por él te amaré siempre, por siempre y para siempre!—, le dije con orgullo de madre y mujer.  La cama se removió cuando estábamos abrazados, nuestro bebé abrió sus ojitos y