El recuerdo de sus padres recorrió su cabeza una y otra vez. Golpeó con el puño la mesa donde estaba colocado su mapa. Su mente no estaba ni un poco en el trabajo mientras la copia al carbón de Rose, quien era su madre(con una diferencia de pecas en sus mejillas), besaba a su esposo con cariño. Sus ojos brillaban con un amor tan puro que las propias olas del océano se alejarían. Cómo demonios podía darle algo tan puro cuando en realidad él mismo era opuesto a puro. Corrupto. Las cosas que ella quería no estaban en él. Nunca lo fue y nunca podría ser. Había una razón por la que era conocido como el pirata despiadado de todos ellos. Había una razón por la que fue llamado un rey pirata despiadado y seguramente fueron su

—Da un poco de miedo que no sepa lo que le está haciendo a mi cara, señorita Abigail—. Rose dijo suavemente con una pizca de preocupación en su voz. Actualmente estaba sentada en un taburete suave y cómodo, la dueña de este lugar llamado Abigail se estaba poniendo cosas en la cara y haciendo cosas en su cabello que eran desconocidas para Rose. En su pequeña ciudad en ese entonces este tipo de cosas no existían. Ella solo podía decir que este puerto era una forma de avanzar para ella. —Oh, vamos cariño. Quédate quieta y tranquila. Esta es la primera vez que tengo en mis manos una belleza pelirroja. Voy a hacerte lucir tan hermosa que todos los hombres en