Domenico Masseria Me cuestiono una y otra vez que causa en mí la diabla. Jamás una chica ha ocasionado tantos sentimientos logrando que mi corazón se acelere como un potro desbocado sintiendo culpa por hacerle daño, por herirla, por no hacerle pagar como se debe por sus locuras, me pasa todo lo contrario con ella, quiero defenderla de mi hermano, aunque sé que la diabla sabe defenderse sola. Me siento una basura por no poder ver más allá de mis narices al no notar su pureza, por no dejarla hablar cuando intento decírmelo sin escucharlo. Me sorprendió que fuera virgen, y más a su edad donde las chicas exploran su sexualidad a cabalidad. Simplemente ella es distinta a todas.Me duele que me ignore, que no me vea a la cara, que no me dirija la palabra o tal solo haga que no existo. Su frialdad conmigo me está matando. Su indiferencia es como un puñal para mi frio c

Melania Castello Estoy disfrutando de un baile exótico de caderas dentro del coche matando la pasión en el diablo al escuchar el nombre de Favrizio, mi padre. Me mira con desconcierto haciéndose en su cabeza miles de preguntas. Primer paso listo. Estoy llevando mi segundo punto en marcha, hacerle creer que destruiremos a mi progenitor. Esta por decirme algo, me adelanto a él dejando un suave beso en sus labios bajando de su regazo saliendo del auto buscando mi sostén y mi vestido, mis bragas... fueron víctimas de la bestialidad Masseria.— ¿De dónde conoces a Favrizio? — Pregunta con interrogación llevando puesto su pantalón — Habla, ¡Maldición! — ¿Crees  que fue casualidad que te contactara, Domenico? — Suelto sin preámbulos mirándolo fijo — Eres el único que me puede ayudar a dest

Melania Castello  La pregunta del diablo de si estaba celosa me ha tomado por sorpresa mas no le he dado pie para que note que no solo estoy celosa, estoy furiosa. Quiero gritarle en su puta cara que mientras este conmigo la mantenga fuera a ella de sus pensamientos ¿Qué ilusa? Pensar que puedo lograr eso. El diablo está casado con Fiorella, y yo… yo no soy  nada en su vida, solo soy una más de su lista de conquistas y de las cuales ha llevado a su cama, y lo ha conseguido porque yo le he dado ese poder. Me siento embrujada por este energúmeno. Esta bestia que quiere matarme viva. Sus embestidas son fuertes diría que van llenas de odio, rabia, salvajismo, y tal vez piensen… que soy una masoquista… pero me encanta. Me encanta sentirlo por completo en mi interior, aviva mi lujuria, mis gemidos aumentan cuando sus manos grandes golpean mis glúteos acallando mis demonios lujur