No importa lo que haga o que tanto me esfuerce de alguno forma u otra siempre regreso a la casilla número cero con Laura.

Talvez Carlos tenga razón y tengo que soltarle un poco la correa.

No es que crea que es mi mascota o alguna tontería de esas. Es solo que puede ser que la este asfixiando mucho como dice Carlos.

Y diablos ¡tiene razón!

Me negué a creer que tenía razón. Alegando que yo era el que la conocía y no el. Y como todo lo referente a ella me equivoqué.

Y me desprecio por hacerle daño. Y odio al “yo” de hace tantos años. Pues sé que todo esto sería diferente si no hubiera conocido a esa ramera ponzoñosa. Y rezo una y mil veces para no volverla a ver en lo que me queda de vida.

Ella es la causa de que mi organización haya sufrido ese fuerte revés y que aun a la fecha de hoy después de tanto tiempo no se recupere del todo.

Por esa traidora es que me volví más paranoico de lo que alguien de mi entorno generalmente lo es. Al punto de deshacerme de todos los bienes que ella conocí