Comienzo del Caos

—     Dalia, te están llamando— Dijo Nero sacándome de mis pensamientos

—     Ah, no había escuchado, te veo mas tarde, puedes pedir lo que desees, justo viendo el menú me di cuenta de que hay un platillo que podría gustarte— comente

—     ¿de que es?

—     Es salmón con salsa agridulce, a ti te gusta lo agridulce— sonreí esperando que el me sonriera de vuelta, me hizo feliz que asi lo hiciera.

—     Lo pediré entonces— aseguro

Me despedí agitando la mano, tuve que ir a la pequeña bodega que denominaban “camerino” para arreglarme un poco, mas que nada estaba repasando las notas de lo que debía tocar, no interpretaba algo propio, siempre me daban cosas muy básicas como piezas de Mozart, Beethoven, música que sería típica en un restaurante elegante como este, pero no me malentiendan, amo mi trabajo, he tenido la oportunidad de desarrollarme mejor como pianista en este lugar.

Cuando la hora de la cena inicio, yo me encamine a mi puesto, esta vez quería hacer una excepción con mi repertorio de música, asi que antes de llegar al piano hable con Mark.

—     Quisiera poder cantar hoy— dije con miedo

—     ¿Cantas? Chica porque no me habías dicho antes, pensé que solo tocabas y ya— se puso las manos en la cintura mientras me examinaba de arriba abajo— ¡Claro que puedes cantar! Le vendría muy bien a este sitio salir de la rutina

—     ¿Hablas en serio? — de inmediato me emocione con su respuesta

—     ¡Claro! No me malentiendas, me encanta Mozart…—puso sus manos en mis hombros e hizo un gesto de dolor—, pero si lo escucho una vez más, me voy a lanzar por la ventana— comencé a reír muy animada ante su comentario.

—     ¡Exagerado! — exclame entre risas

—     Ve y sorpréndelos a todos, chica— me animo después—

Gracias a esa muestra de apoyo de su parte, Sali con un animo que tenia años sin sentir, al escenario, primero que nada, agradecí a las personas que estaban ahí, muchos me vieron con cara de “¿Y esta quién es?” pero decidí no hacerles caso, también dije que tocaría piezas de mi autoría y que esperaba que fueran de su agrado. Inicie con una canción triste, reflejaba mucho como me sentía en ese momento.

—     “…él me golpeo y se sintió como un beso — cantaba cerrando casi por completo mis ojos, solo dejaba que las notas salieran de las teclas del piano así como las palabras de mi boca— …me lastimo, pero se sintió como amor verdadero… —en algún momento de la canción mis ojos solo lograron divisar a Nero, su expresión era seria, solo escuchaba atento— …puedo oír sirenas, sirenas…me golpeo y se sintió como un beso…puedo oír violines, violines…dame toda esa ultraviolencia”— termine de cantar.

Cuando la música dejo de salir del piano, abrí con normalidad mis ojos recibiendo de manera inmediata los aplausos de las personas que se encontraban ahí, giré mirando al público, algunos incluso me habían grabado con sus teléfonos, me sentí toda una artista, luego de ocho años había cantado otra vez, hasta nauseas sentí por los nervios.

Las canciones que siguieron fueron igualmente bien recibidas, cante en total por un tiempo de 30 minutos antes de tomar un descanso debido a que me había dado un ligero mareo, probablemente por los nervios, antes de entrar a la cocina le hice un gesto a Nero de que saldría pronto, el mareo estaba poniéndose peor y acabe corriendo al baño a sacar lo poco que había comido en la tarde, Mark fue de inmediato tras de mí.

—     Cariño ¿Estas bien? —pregunto preocupado sujetando mi cabello.

—     Si…deben hacer sido los nervios— respondí alzando un poco la cabeza.

—     ¿Segura? Te vez muy pálida ¿Estás enferma? — Toco mi frente con su mano libre —, no tienes fiebre, no estarás embarazada ¿o sí?

—     Claro que no, necesitas tener sexo para estar embarazada— justo cuando dije eso, abrí los ojos como platos, si había tenido sexo en los últimos dos meses, de inmediato, Mark entendió esa expresión en mí.

—     Chica… ¿de tu ex? — pregunto con gran inquietud, él sabía todo sobre mi relación con Louis.

—     No lo sé…yo y Nero…— mi cara se volvió una de total terror— No puede ser…

—     Mira, no te asustes, haremos una prueba en cuanto llegues a casa ¿sí? iré a la farmacia justo cuando cerremos, por ahora sal y actúa normal con tu amigo

—     No sé si podré hacerlo.

—     Hazlo, Dalia.

Me dio un fuerte abrazo antes de que pudiéramos abandonar el baño, lave mi boca y me mire en el espejo, joder que no sabia como iba a pasar el rato con Nero sin pensar en que había una posibilidad de estar embarazada y peor ¡Que pudiera ser de él! Suspire con un enorme pesar antes de salir y verlo esperándome en el lobby.

—     Lamento tardar, cuando Mark comienza a hablar, no hay quien lo pare— me excuse

—     No te preocupes, me puse a leer las revistas que hay ahí, pero son muy viejas— señalo una pila de revistas en la mesa del recibidor—, aunque acabo de aprender como peinar mi cabello según mi forma de cara— bromeo

—     Serviría mucho que lo hagas— dije terminando por reír, gracias a su tonto comentario me relaje— vamos, quiero enseñarte el camino a mi casa.

Afirmo y ambos salimos del restaurante, primero nos detuvimos en un café ya que insistió en que bebiéramos algo juntos, primero había ofrecido una copa, pero me negué de forma inmediata, si estaba embarazada no podía tomar alcohol, Dios mío, juro que intenté concentrarme en todo lo que me estaba contando, pero estaba aterrada pensando en lo que Mark me había dicho sobre estar embarazada.

Cuando finalmente llegamos a mi edificio, nos quedamos en la entrada, inesperadamente Nero tomo mis manos y luego alzo los ojos hasta fijarlos en los míos.

—     Lamento mucho como me comporte antes, no quiero que haya ningún problema entre nosotros, eres la persona más importante para mí— empezó a decir—, lo siento llaverito

—     No me decías así desde el colegio — le dije—

—     Algún día podre ser capaz de decirte cosas que no dije antes, pero no será esta noche

Beso el dorso de mis manos, otra vez me asuste ante un simple gesto de cariño ¿Qué mierdas me pasaba?

—     Ve con cuidado a casa, Nero, mañana es mi día libre así que iré a visitarte

—     Te esperare entonces— beso mi mejilla y se fue—

Lo vi hasta que desapareció entre las calles, entonces subí rápidamente a mi departamento; Mark ya estaba ahí, hacia una semana se estaba quedando conmigo por problemas con su novio, cuando entré, me recibió con un fuerte abrazo.

—     Tienes que hacerlas ahora, cielo— luego del abrazo me extendió la bolsa con varias pruebas caseras dentro.

—     Tengo miedo— admití

—     No pasara nada, yo estoy aquí contigo.

Armada de un valor falso, tome la bolsa y me encerré en el baño, realice en total unas doce pruebas, todas las puse en la mesa de la sala cuando termine de seguir los pasos, tome la mano de Mark mientras esperábamos que los resultados se volvieran visibles, cinco minutos y mis lagrimas inundaron todo el lugar, no podía creer que todas ellas dieran el mismo resultado: positivo.

¿Qué hare ahora? 

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