Capítulo 5. Que tan experimentada eres 

Ethan no pudo evitar la corriente de placer recorrerlo al darse cuenta de que el intento de escape de la mujer fue infructuoso.

—¡Anda! ¡Muévete!  Que solo estoy buscando una excusa para meterte una bala en la cabeza —espetó el hombre sin ocultar el desagrado por la mujer.

Sin embargo, ante sus palabras, ella permaneció inmóvil, sintió como el hombre con una mano le quitó el armamento, colocándoselo en la pretina del pantalón, y con la otra seguía apuntándola; luego la revisó exhaustivamente, primero encontró las dos armas en su cintura, se las quitó y las metió en sus propias ropas. Después comenzó a requisarla, pasando su mano desde el nacimiento de los senos, por las costillas hacia su vientre.

—O dejas de mover tu m4ldita mano en mi humanidad, o juro que voy a agarrártela y triturártela hasta que no te quede un solo hueso de tus dedos ileso, y no importa que me pegues el tiro en la cabeza, porque es eso preferible a tener tus asqueroso tacto encima de mí.

Pese a sus palabras, no pudo evitar la corriente de excitación recorrerla, sobre todo cuando el hombre, haciendo caso omiso de su amenaza, la acarició en su parte íntima, un leve jadeo salió de la boca de la chica, quien jamás había sido tocada en ninguna parte de su cuerpo y vivir por primera vez esa experiencia, desató en ella un vendaval de emociones, deseos, al punto que terminó arqueándose hacia atrás y recostando su cabeza en el pecho del hombre, en contra de su voluntad.

Verla abandonada encima de su pecho, produjo sentimientos encontrados en el hombre y si bien no le fue indiferente, los recuerdos del pasado surgieron de manera arrolladora, provocando una creciente rabia en su interior.

—Te la das de digna, aunque sigues siendo la z0rra de siempre —susurró a su oído y eso resurgió la rabia en ella, sin pensar, dio un leve giro, le metió un rodillazo en la pelvis, lastimando su masculinidad.

—Z0rra tu abuela ¡Malparido! —producto del dolor, Ethan se dobló, mientras expresaba una maldición y daba una orden a sus hombres.

—¡Maldit4 seas perr4! Si corre no duden en dispararle, no se cohíban, por nada del mundo la dejen escapar —gritó enfurecido a los hombres, quienes de pronto salieron de los sitios donde estuvieron escondidos esperando su reacción.

Blake empezó a correr, mas al escuchar sus palabras se detuvo, sobre todo al sentir una bala pasar muy cerca de ella, se quedó desconcertada, porque no esperó que el hombre fuese capaz de reaccionar de esa manera y mandarle a disparar, suspiró con impotencia al darse cuenta de que después de todo no iba a poder huir y eso la estaba desesperando, porque consideraba que el tal Ethan estaba loco y no temía a nada, aparte no tenía límites.

Cuando se giró, el hombre estaba incorporado, pese a ello, seguía manteniendo su mano cubriéndose su intimidad y la miraba con odio.

—¡No vas a poder conmigo Madelaine Lawson! —se acercó a ella de forma peligrosa y levantó su rodilla golpeando su intimidad de la misma forma que ella lo hizo con él momento antes, haciéndola caer al suelo privada del dolor—. Ten en cuenta de que actuaré exactamente como tú. Cuando te abofeteé me dijiste que si yo te golpeaba me regresabas el golpe, lo mismo te digo ahora yo, si me golpeas te golpeo, si me acuchillas te acuchilló. Ahora debes entender que ya no eres importante para mí, solo me inspiras desagrado. Ya no me importa tu dolor, ni tu sufrimiento, mientras más incómoda estés,  más complacido estaré yo. 

» Agárrenla y llévenla donde estaba encerrada y esta vez sin comida ni agua por tres días —espetó sin contener su creciente enojo.

Dos de los hombres de Ethan la levantaron, llevándola prácticamente a rastras, Blake lo miró con absoluto odio, las lágrimas intentaron brotar de sus ojos, pero las contuvo, porque jamás daría signos de debilidad, la llevaron hasta donde estuvo encerrada antes y la tiraron en la cama, aunque en esta oportunidad retiraron las sabanas previamente, se quedó en posición fetal, pensando que quizás esta vez no podría salir de allí, y por un breve instante, solo por un leve momento, le pesó haber escapado de su familia.

***** 

Ethan estaba furioso, sentía aún el dolor del rodillazo que ella le propinó en las bol4s, golpeó la mesa con fuerza, justo en ese instante entró Bronw a su despacho.

—¿Qué pasó? ¿Qué noticia me tienes? ¿Fuiste donde los Lawson? —interrogó el hombre con inquietud.

—Es extraño, tocamos y no salió nadie, por eso decidimos entrar a la propiedad, la casa estaba solitaria, sin embargo, lo más sorprendente fue que al entrar no había nada en la casa.

—¿Cómo qué no había nada? —interrogó Ethan más por parecerle irreal sus palabras, que por no entender.

—Eso mismo, no encontramos nada, la casa estaba vacía, se llevaron todo, ni un solo objeto, cuadro, mueble, incluso las paredes tenían manchas como si tuviesen filtración, aunque no tenían, es como si alguien hubiese preparado todo el escenario para dar la impresión de que esa casa nunca estuvo habitada. Traje fotografías y grabé un vídeo para que viera.

Ethan frunció el ceño, mientras comprobaba en el video.

—Investiga, con los vecinos, la gente de servicio que trabajó allí, cualquiera de ellos puede tener información que nos permita saber que les sucedió a los padres de Madelaine.

—Preguntamos, nadie vio sacar nada y la última vez cuando los vieron, fue el mismo día que la señora Madelaine lo dejó a usted expuesto a los medios de comunicación, por infidelidad —declaró Bronw con seriedad.

Ethan apretó las manos, recordando que la mujer estuvo a punto de escaparse y enseguida le dio las instrucciones a su jefe de seguridad.

—Pon tus hombres más fuertes a custodiarla en la puerta de la habitación, durante tres días, no le den comida, ni siquiera agua.

—Me va a disculpar, señor Beckham,  sería inhumano mantenerla sin durante tanto tiempo, puede ser contraproducente para ella —recriminó Brown —. De repente puede aguantar esos días sin comer, pero sin beber, le puede producir deshidratación crónica, otros trastornos, como diabetes, colesterol alto, problemas de piel, fatiga, estreñimiento.

—No me importa las consecuencias, solo deseo que aprenda, la quiero ver doblegada ante mí, suplicándome perdón por su traición y por exponerme ante todo el país, sin embargo, no quiere ceder, no sé en qué momento en una mujer frágil y sumisa, a una guerrera y testaruda, ella no solía ser así.

—Déjeme buscar los hombres y darle las instrucciones —mencionó Bronw, alejándose del escritorio, pensando que podía dejarle el baño abierto, para que la chica recogiera agua de allí y tomara, no obstante, cuando iba llegando a la puerta, Beckham lo detuvo.

—Bronw, cierra las llaves de paso del baño, eso evitará que ella agarre agua del lavabo y termine bebiendo de allí para hidratarse —pronunció sin dejar de observarlo con profunda atención, como si hubiera adivinado cuáles eran sus intenciones.

Una vez que vio al hombre marcharse, se sirvió un vaso de whisky y se lo tomó de un solo trago, seguido del otro, estaba tratando de acallar sus pensamientos, y los recuerdos de Madelaine, tomó un álbum de encima de su escritorio y comenzó a ver las fotografías de la boda, hizo un gesto de desagrado cuando las imágenes de la primera noche juntos llegaron a su mente, sin embargo, no las pudo contener.

Noche de bodas

Llegaron a la suite nupcial del mejor hotel de la ciudad, él la sostenía del brazo para evitar que cayera al piso porque ella estaba aparentemente ebria, para su buena suerte, a pesar de los intentos de Madelaine y de algunos invitados de hacerlo tomar, él se negó, porque deseaba pasar su noche de bodas, sobrio.

La recostó en la cama, mientras ella no dejaba de reírse, de tonterías, su risa era tan contagiosa que terminó riéndose con ella.

—Lo mejor será que te duches y luego te acuestes, no estás en condiciones de hacer más nada —manifestó Ethan, mientras la ponía de espaldas a él y comenzaba a desabrocharle el vestido.

Ella se giró cuando el vestido cayó y comenzó a mover su dedo como llamándolo.

—P-podemos hacer lo que sea, no estoy ebria, s-solo estoy alegre… este momento no es para menos ¡Porque tengo todo lo que deseo! Mis s-sueños se han hecho realidad —pronunció arrastrando las palabras al mismo tiempo que exhibía una sonrisa de oreja a oreja, se acercó a él y comenzó a quitarle la camisa con lentitud de manera seductora—. Vamos a consumar nuestro matrimonio. Debes guiarme, porque nunca he estado con ningún hombre ¡Soy virgen! 

Creyendo en sus palabras la terminó de desvestir lentamente, la recostó en la cama y le hizo el amor con ternura y delicadeza porque no deseaba lastimarla, tomó un condón e invadió su cuerpo, controló su ímpetu, sobre todo al encontrarse esa fina membrana obstruyendo su entrada e indicándole que ella era solo suya y jamás se había entregado a otro hombre, eso lo hizo sentir especial, y orgulloso de ser el primero en la vida de su esposa. Durante toda la noche, la llevó una y otra vez al éxtasis, convirtiéndola en mujer.

Tiempo actual

Al recordar ese momento, Ethan no pudo contener la rabia, aumentando más su odio por esa mujer, estrelló el vaso en la pared rompiéndolo en pedazos, tomó de nuevo el informe, mientras leía una y otra vez esa parte.

—¡Maldit4 sea! Te burlaste de mí, te hiciste pasar por virgen cuando no lo eras, ¡Caí como un imbécil!

Sin contenerse, subió las escaleras hecho una fiera, cuando llegó a la puerta de la habitación, la abrió de una patada, se acercó a la chica quien lo miró con los ojos abiertos de par en par, sin poder contener su temor, aunque intentó alejarse de su agarre no pudo hacerlo, él igual la tomó por el brazo y la sacudió con fuerza.

 —Dime, confiésate ¿Te burlaste de mí? ¿Te divertiste en la noche de bodas haciéndome creer lo que no eras? —el silencio de la mujer lo alteraba más.

Mientras Blake estaba desconcertada, ni siquiera entendía sus palabras y como no encontraba qué respuesta darle, solo optó por decirle la verdad.

—No sé de qué me estás hablando, nunca te había visto en mi vida — refutó la chica rogando porque le creyera—. Déjame ir, no soy esa persona quién crees.

—¿Si verdad? No eres Madelaine, y juras que te voy a creer. ¡En tus sueños, estúpida! Porque no me voy a olvidar que te hiciste pasar por virgen cuando no lo eras, solo te sometiste a una cirugía de restauración del himen, y reconstruiste esa membrana, para engañarme, ahora, no te burlaras más de mi. No más ¿Qué tal si te tomo una vez más y me demuestras que tan experimentada eres? Vamos, quiero que te comportes para mí, como la z0rra que eres.

Blake iba a correr, pero él la atrapó, la sostuvo con fuerza, inmovilizándola con sus piernas, al mismo tiempo  sostenía sus manos y pasaba la otra por su cuerpo, intentando besarla para someterla, y la chica luchaba por liberarse entre una mezcla de rabia, terror y gritos de auxilios, rogando en su interior porque alguien apareciera en su defensa.

«El valiente no es el que no siente miedo, sino el que a pesar de tenerlo actúa». Anónimo.

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