Cap. 6

Elizabeth

Durante estos 5 meses que han pasado mi vida a cambiado mucho, de no tener amigos ahora tengo mi propia manada como le dicen ellos, he conocido a todos en sus familia, siempre que los visito me dicen lo agradecidos que están conmigo ya que desde que me volví Luna sus vidas cambiaron para bien, oír sus palabras vuelven mi corazón muy cálido.

Con respecto al hermano de Karla, gracias a las cesiones de Luna durante las tardes he podido evitarlo cada vez que puedo, aun cuando me compre un nuevo teléfono consiguió mi número, debo admitir que es muy agradable y atractivo pero mi corazón solo le pertenece a Dario, no he dejado de pensar en él y deseo que el tiempo pase rápido para volver a verlo, espero que el también piense a mi como yo lo hago.

Hoy es el último día con los suegros de Karla, nos hemos entretenido mucho con sus extrañas formas de enseñar, pero aprendimos todo lo necesario. Estábamos terminado la lección de idiomas con la Luna de la manada cuando las alarmas comenzaron a sonar, todos comenzaron a correr asustados, mis lobos corrieron en mi encuentro pues para ellos es imperativo mantenerme con vida.

La Luna no llevaba al refugio que estaba cerca de su casa pero en el camino vi como atacaban a Max, por más fuerte que me jalo del brazo Karla no pudo evitar que fuera en su ayuda, no podría permitir que le hicieran daño, como me habían enseñado use mi baja estatura comparada con las de ellos y de manera muy ágil salte sobre él girando mi cintura y colocando mis piernas a su alrededor haciendo que callera al suelo, Max estaba sorprendido de lo que veía y desesperado me grito - ¡Luna! Cuidado con su mano – vi cómo se levantó para venir en mi ayuda y al devolver mi vista al lobo que tenía debajo de mi vi como en su mano sujetaba algo como un cuchillo que enterró en mi hombro.

Mi grito de dolor no se hizo esperar haciendo que todos mis lobos miraran en mi dirección, pero no podía dejar que vieran que su Luna era débil, había aprendido que era mi deber protegerlos y así lo haría, con otro grito saque el cuchillo y con fuerza lo enterré en su pecho. Los aullidos comenzaron a sonar y los lobos que nos atacaban se retiraron del lugar, los demás se acercaron a mí y viendo la escena frente a ellos todos hicieron una reverencia.

Por la herida en mi hombro perdí mucha sangre, por lo que en medio de su reverencia me levante y los mire con una gran sonrisa, todos estaban bien, podía escuchar la voz de Karla a lo lejos pero ya no podía ver bien, mis piernas ya no podían mantenerse de pie, sentía como iba acercándome cada vez al suelo cuando las manos de Max me sostuvieron y cerré mis ojos.

Los recuerdos de las tardes que pase con Dario pasaban frente a mí, quería tenerlo cerca, lo extrañaba mucho, ¿que estará haciendo ahora? De pronto recordé lo sucedido en la manada de Karla y desperté de golpe, ella estaba acostada a mi lado, podía ver que estuvo llorando, cuando intente girarme hacia ella mi hombro dolió, un pequeño quejido salió de mis labios haciendo que Karla despertara

- Tu sí que estas loca mujer ¿Qué hubiera hecho si algo te sucedía? No vuelvas a asustarme así

- Lo siento, pero tenía que hacerlo ¿todos se encuentran bien? Max ¿Cómo esta Max? Tengo que verlo

- Tranquila, él está bien, todos lo están, tuvimos heridos pero nadie murió

- Me alegro mucho, estaba muy asustada de que les hubiera pasado algo a mis lobos

- Ellos están bien, han estado fuera de la casa estos días esperando a que despiertes

- ¿estos días?

- Si, llevas al menos tres días dormida, tuve que pedirles a mis padres que llamaran a los tuyos para decirles que saldríamos a nuestra casa de campo por unos días y que vendrías con nosotros

- Muchas gracias Karla, no sé cómo les explicare todo esto

Ella me ayudo a vestirme, y arreglarme un poco, mi cara tenía ojeras y estaba pálida, bajamos con cuidado las escaleras para luego salir, mis lobos aullaron de felicidad al verme, corrieron para abrazarme, todos habían estado preocupados y no querían volver a casa hasta verme bien. Fuimos interrumpidos por el Alfa y su Luna que nos pidieron con Karla seguirlos a su despacho, les pedí a mis lobos que esperaran un poco más porque tenía que hablar con ellos y todos asintieron, entremos al despacho y nos sentamos

- ¿ya se encuentra mejor Luna Elizabeth?

- Si, muchas gracias por su ayuda, pero solo dígame Elizabeth

- Soy yo quien tiene que agradecerle, vera, después de perder a mi amado hijo nos hemos visto amenazados por muchas mandas ya que al no tener un futuro alfa quieren atacarnos para quedarse con nuestras tierras, pero gracias a usted hemos sobrevivo

- No se preocupe, yo solo hice lo que tenía que hacer

- Usted mato al alfa de la manada líder de esta ciudad, una de las manadas más poderosas, eso le da derecho de tomar su manada o la nuestra, como así lo decida

- Con todo respeto Alfa yo no tomare su manada, le pertenece a Karla y solo ella sabe lo que es mejor para toda su manada, tampoco tomare la del alfa que ataco pues como vera mi maraca pertenece a mi alfa que espera por mí, vere que podemos hacer con la manada y le informare mi decisión

- Veo que ha aprendido muy bien, será una gran Luna en su manada

Le gradecimos a ambos por su ayuda y salimos del despacho, como le dije en un principio a Karla comencé a tomar más atención en las personas a mi alrededor y me había dado cuenta de muchas cosas, por lo que ya sabía lo que haría, llegue con mis lobos lo cuales seguían en la misma posición en mi espera, caminamos alejándonos de la manada de Karla confirmando lo que ya sospechaba

- Muy bien mis lobos, ahora levantaran la mano quien haya encontrado a su pareja destinada en esta manda – tres de ellos lo hicieron – muy bien, ya lo hable con Karla, ella a accedido a que formen parte de su manada de ahora en adelante si así lo desean

- Mi Luna, nosotros la seguiremos a donde valla, usted nos salvó y le entregamos nuestra lealtad solo a usted

- Pero sus parejas están aquí, pertenecen a este lugar, en cambio yo, mi manada está muy lejos y aunque aún no puedo volver, en algún momento lo hare

- Nos quedaremos aquí mientras usted lo este, cuando sea hora de partir la seguiremos

- Veo que no los puedo convencer de lo contrario, Max, tu pareja pertenece a la manda que nos atacó ¿no es así?

- Luna yo… no la dejare

- Pues lo aras, sabes cuales son las reglas cuando matas a un alfa ¿cierto? – el solo asintió – pues no me puedo quedar a cargo por lo que te dejare como alfa de esa manada junto con tu pareja, los que quieran seguirte pueden ir, solo será por un tiempo luego iremos a nuestra verdadera manada cuando sea el momento

Todos asintieron de acuerdo con lo que les dije, partimos a la manada donde Max quería a cargo, al llegar todos me miraban con desprecio pues solo soy una humana débil para ellos, se juntaron en medio del lugar para escuchar mis palabra, muchos se opusieron a mis reglas otros solo las acataron sin decir nada pues mis clases con Karla me habían enseñado a no verme débil sin tener que parecer una mala persona. Todos juraron lealtad a Max y su Luna y se firmaron acuerdos con la manada de Karla para brindar apoyo en caso de necesitarlo.

Todo estaba marchando de maravilla había pasado una semana de lo sucedido cuando me encontraba en el centro de la ciudad, quería comprar adornos para la casa pues ya faltaban días para año nuevo, dentro de una de las tiendas sentía que me observaban, no eran mis lobos de eso estaba segura, por lo que sin despertar mayor sorpresa metí mi mano en mi cartera y saque mi cuchillo de plata que mantenía siempre conmigo, fue un regalo del suegro de Karla, por precaución dijo que sería bueno estar siempre preparada.

Seguí caminando como si no pasara nada, salí de la tienda para no crear un desastre dentro, como lo supuse me estaban siguiendo, tome mi teléfono y llame a uno de mis lobos, este me contesto de inmediato, les di mi ubicación y hacia donde me dirigiría para que me encontraran en ese lugar. Ya estaba por salir del estacionamiento pero no veía a ninguno, seguí mi camino cuando dos hombre aparecieron frente a mi

- Así que tú eres la humana que acabo con Leo, eres tan insignificante ¿Cómo pudiste acabar con él?

- No sé de qué me hablas, creo que estas equivocado

- No lo creo, según las descripciones que nos dieron eres tú, pero ¿qué are contigo? Por tu aroma sé que el Alfa al que perteneces es muy poderoso ¿me arriesgo a una posible guerra? O ¿solo disfruto un poco de ti y te dejo ir?

- No te me acerques o lo lamentaras

Levanto su mano dando la orden para que me atacaran, el primer golpe no llego a mi pues ya lo esperaba, recordando todo lo aprendido en los entrenamientos, saque mi cuchillo que mantenía oculto dentro de la manga de mi chaqueta y dando un giro la enterré en una de sus piernas, rápidamente me dirigí hacia el segundo lobo que se acercaba cortando parte de su rostro y brazos, ambos gritaban de dolor pues por lo que se la plata los debilita y mucho. Aún estaba en posición de ataque ya que quedaba uno más, este corrió a gran velocidad pero pude esquivarlo enterrando mi cuchillo en su pie, pero no pude detener el golpe que llego con fuerza en mi rostro, todo se volvió borroso cundo escuche su vos - ¡van a morir todos! – Dario se acercaba furioso, de un solo golpe dejo inconsciente a todos, ¿estaba soñando? Esperaba que no, deseaba con todo el corazón que realmente estuviera aquí.

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