Subí de nuevo y me di un baño largo, de verdad que lo necesitaba, al salir encontré a Miriam recostada en la cama con ropa interior muy atrevida, sonreí sarcásticamente.
“Si crees que tú y yo tendremos sexo estas muy equivocada”.
Ella se levantó intrigada. "¿Por qué no?".
“Acepte casarme contigo, pero nunca hable de tener relaciones, no pienso meterme contigo”.
Ella empezó a gritar con su voz chillante. “¡Aldo, estamos casados, es lo que hace una pareja casada!”.
Se acercó a mí, observo mi tatuaje en el pecho. “¿Es por ella? ¿Es por Sara?”.
Me reí a carcajadas. “Claro que es por Sara, la amo y siempre la amare a pesar de estar casado contigo no la voy a dejar de querer y tú