Su tipo

Nuestro departamento está cerca de la Facultad de Postgrado a la que entramos con Jhosélin, después de dejar las cosas y hablar con mis padres contarles de mis torpezas del día y de cómo llegamos, decidimos salir a dar una vuelta, comer algo y conocer los alrededores; la lluvia y el frío son persistentes,  así que nos colocamos las  chamarras y sacamos los paraguas;  sigo igual de mortificada como cuando llegué o mucho peor ¡Que verguenza pase, por Dios! Espero nunca más volver a toparme con Michael Belleck en mi vida, me moriría de vergüenza tan solo al verlo.

-Cuando veníamos en el taxi, vi un restaurante, cerca del departamento, vamos a comer algo, muero de hambre - comenta Jhos efusivamente cuando ya estamos en la calle.

-Ok, Jhos...- respondo con un hilo de voz,  sigo muy abochornada, ¡qué torpe que soy, caray! No es para más.

-¿Sigues tan mortificada, amiga, ya pasó? - responde con tranquilidad mientras caminamos.

- Jhos. Estoy  muy abochornada con todo lo que pasó este día ¡que vergüenza! - exclamo mientras caminamos por las calles de Munich, no tengo ganas ni de gozar el paisaje por lo avergonzada que me encuentro, a unas cuadras de nuestro departamento me detengo en seco al ver  un póster de Michael con su uniforme del equipo en la vidriera de una tienda deportiva, me quedo embobada, hipnotizada pero unos segundos después me acuerdo de mi estrellada Olímpica y peor de lo que dije y me estómago se revuelve, ¡Joder! ¡No quiero volverlo a ver! ¡Que verguenza, por Dios!

-Es muy lindo - comenta observando a la vidriera -  aunque mayor para tí, 45 años ya tiene, leí en una revista de chismes que se divorció hace unos meses de la que era su mujer y que muy pronto dejará la carrera. Bueno, con los millones de euros que debe tener, se podrá retirar con tranquilidad.

-Oh, que pena... Ya no sé lo verá en el campo de juego - comenta con tristeza.

Caminamos una cuadra más y  encontramos un restaurante, bonito y muy bien arreglado, está iluminado, hay mucha gente adentro, debe ser por la lluvia.

- Thomás vendrá por la mañana para nuestro primer día de clases en el post grado.

-Ah, tu novio...- respondo con sarcasmo.

-Sí, él... - responde sin tomar atención a mi tono sarcástico mientras caminamos a una mesa que está en el fondo, el restaurante está lleno así que debemos pasar en medio de un montón de sillas y comensales,  pero yo, como siempre, la patichueca, sin darme cuenta me chocó con el mesero y caemos los dos al piso, mientras la taza de café que llevaba en la bandeja me cae en la chamarra manchándome completa.

- Creo que seré de mucha ayuda quedándome cerca, Natasha - Michael Belleck está parado en frente mío con una sonrísa enorme en sus labios dándome una mano para que vuelva a levantarme ¡¿De donde m****a apareció este?! ¡Joder!

¡Esto ya no es oso, es maldición! y ahora cada vez que tenga una de mis mega caídas él estará dándome la mano para levantarme ¡Dios! Munich es enorme y tengo justo que caer donde él se encuentra.

-¡Nat, deja de besar el piso! - exclama Jhos fastidiada-  Se está haciendo aburrido que seas tan atolondrada. 

-Gracias, Jhos, eres de gran ayuda- respondo de la misma manera, Mientras Michael me ayuda a ponerme de pie, lo miro sorprendida creo que mis ojos quieren preguntar lo que mi boca no puede.

-...Las coincidencias, - explica como si leyera mi mirada - desde el avión que nos seguimos cruzando ¿No te parece gracioso esas "extrañas" coincidencias?

-Sí...- respondo sin poder levantar la mirada, estoy roja, azul. ay no sé, si fuera avestruz mi cabeza ya la metía dentro la tierra. Literalmente.

-Siéntense conmigo, por favor - Michael Belleck, ¿nos pide que nos sentemos en su mesa? salto de felicidad aunque sigo muy avergonzada con todo esto - así evitaré que te vuelvas a caer - comenta mientras sonríe mostrando sus dientes. 

-Gracias Michael -Jhosélin se sienta en un dos por tres mientras, yo me quedo petrificada parada cerca a la mesa con toda la chamarra empapada de café.

-¡Sácate esa campera, Natasha! - exclama Michael - debe secar - asiento con la cabeza mientras  me la voy sacando y me siento al lado de Jhosélin - ¿de dónde vienen? - pregunta interesado.

-De Irlanda...

-...Sí, vinimos a hacer un Postgrado en Diseño y publicidad...- Jhosélin habla y habla como lorito, mientas yo sigo en silencio, estoy avergonzada, no sé de qué hablar, Michael nos mira a las dos... es tan varonil y perfecto - ¿tú, un gran jugador de Fútbol, qué hace en una cafetería común y corriente como está? 

-No soy muy adicto a la elegancia y a los paparazzis, esta cafetería es de un amigo y hacen un strudel de manzana delicioso. Y qué bien que vine, así sigo rescatando a tu amiga para que no termine estampada en el piso - Jhosélin se carcajea mientras yo bajo la mirada - No bajes la mirada Natasha, no tienes que avergonzarte de nada, solo tienes que ser más cuidadosa.

-Sí, Nat...es verdad.

El Mozo nos trae el strudel, en serio está delicioso, nunca comí uno igual, mientras terminamos de comer dos compañeros de su equipo... Matt y David, llegan. 

Saludan a Michael y se sientan a tomar unas cervezas a nuestro lado, él nos presenta efusivamente, son muchachos muy amables, se dedican a hablar de jugadas y de los equipos fuertes en la temporada, nosotras, que sabemos de fútbol, nos acoplamos a la conversación gustosas.

Son personas tan comunes y corrientes como nosotras, solo un poco más famosos,  una que otra persona se acerca y les pide autógrafos eso me recuerda que le debo una promesa a mi hermano Ian.

-¿Me hacen un favor? - pregunto rápidamente abriendo mucho los ojos.

-El que quieras, Natasha...- responde a Michael sonriente.

-Mi hermano Ian es fanático, como yo, de su equipo y me pidió que consiga los autógrafos de todos ustedes.

-¡Claro! - responde con entusiasmo mientras yo saco la libreta de diseño que siempre llevo en la bolsa y un bolígrafo que vuela al piso ni bien lo saco de mi estuche, bajo la cabeza para recogerlo  Michael hace lo mismo, lo tomamos juntos, él me sonríe,  embobada me doy contra la mesa en plena cabeza.

-Auuuu- Me quejo por el dolor mientras salgo de debajo  sobándome la cabeza, con una mueca en el rostro.

-¿Estás bien? - pregunta Michael al ver mi expresión.

-Si, no te preocupes, más que el dolor de cabeza me duele el orgullo - al escuchar mi tono de qieja el suelta una carcajada después se acomoda en el asiento tomando la libreta y el bolígrafo, el firma primero y les pasa a sus compañeros - ¿irás al mundial, Michael? - pregunto intentando cambiar de tema y olvidar así mi torpeza.

-No lo sé, si me convocan, por supuesto que iré a darlo todo,  como siempre.

-Uuuu... eres muy buen jugador es imposible que no lo hagan de seguro irás y ganarás la Copa Mundial.

-Bueno, el martes tenemos un juego contra el PSV vengan al partido en el Munich Arena - comenta Matt, sonríendo.

-Sí, les daremos pases VIP para que puedan entrar a saludar y ahí pides los autógrafos de todos los del equipo, Natasha.

-¿En serio? - preguntamos abriendo  los ojos como platos y saltamos de nuestras sillas entusiasmada casi fuera de nosotras- ¡siempre quise ir al Munich Arena! - exclamo emocionada, mientras aplaudo, por lo menos lo patichueca me sirvió para entrar al mejor stadium del mundo, ver al equipo de mis amores y al hombre de mis sueños más morbosos.

Pasamos una tarde genial con Michael y sus amigos, unas horas después, ya es hora de irnos, ya es tarde y mañana empieza muy temprano mis primeras clases, me colocó la campera manchada de café y Jhos se pone su felpudo.

-Hora de irnos, gracias por todo Michael el martes nos vemos en el partido - respondo sonriente.

-Gracias por las entradas, gracias también por darme una más para mi novio - se despide Jhosh mostrando sus entradas.

-De nada Jhosélin y tu Natasha no te caigas hasta que estés cerca mío, ok,  así puedo socorrerte - sonríe y me guiña un ojo ¿Michael Belleck acaba de guiñarne un ojo? Pongo los ojos en blanco y solo sonrío sin mucha gracia.

-Gracias, Michael - me despido de los tres simpáticos compañeros de equipo y salimos de la cafetería. 

-¡Creo que, en estos momentos soy el objeto de todas sus burlas!- exclamo mortificada mientras caminamos calle arriba.

-No lo sé, pero creo que el muñecote de estantería de Michael Belleck,  te está echando todos los perros, amiga.

-¿A mí? Imposible. Yo no soy, ni nunca seré su tipo. Es decir, mírame, patichueca que se anda cayendo por todo lado, completamente torpe, tímida...

-...Ay que negativa, tú no eres patichueca eres muy atolondrada, fíjate al caminar y dejarás de caerte, sólo porque usas lentes, te dices torpe. Eres bonita Nat, solo que no te sabes arreglar, el martes te arreglo yo y ya verás que tu jugador estrella te echa toda la jauría de perros.

Jhoselín piensa que logrará algo pero  soy más realista, sé que no soy atractiva y que volveré a meter la pata al ver a Michael, es que está en mis genes...las metidas de pata...

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