Capítulo 7

AZURA

La cabeza me da vueltas, y mi mente me traiciona al momento en el decide que es buena idea repasarme las imágenes de Eithan follando con Daria. Algunas chicas de la clase de gimnasia habían comentado en los baños que una de ellas solía tener una aventura con él, mientras estaba de novia conmigo pero no le di importancia al asunto y decidí ignorarlas, como hacía con todos los rumores que me llegaban, supongo que una parte de mi hacía que me confiara por el hecho de que era el primo de Rayan, mi mejor amigo. Grave error.

Y ahora estaba agotando todas mis fuerzas en un bar que solo visitaba con Rayan. ¡A la m****a él y todos los hombres! Sabía que ese capullo estaba enterado de que su chica en turno se estaba viendo con mi novio, por esa razón decidió que romperme el corazón, precisamente hoy que cumplíamos aniversario Eithan y yo, era buena idea. Mal amigo.

Sentir lástima por mí misma era un concepto algo extraño para mí, normalmente me consideraba una mujer fuerte, no tenía pelos en la boca y no me retractaba fácilmente. Pero siempre hay una primera vez para todo, y ahora estaba aquí, hasta una cuba, con la cola entre las patas como solían decir, sintiéndome la chica más estúpida e ingenua del mundo, y cansada de bailar con idiotas, el último había intentado meterme mano mientras se restregaba en mi trasero, empalándome con su erección.

Puto asco.

—Hola, guapa ¿vienes sola? —me preguntó un chico de mirada azul zafiro, era mono.

—¿Acaso me ves con alguien más? —respondí sintiendo mi lengua adormecida.

—No, ¿quieres bailar?

—Ahora no, estoy algo mareada.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? —preguntó lamiéndose los labios al tiempo que sus ojos se anclaban en mi pecho.

“Cerdo”

Pero estaba cabreada con Eithan, quien no había dejado de joderme la vida con estúpidos mensajes y llamadas que rechazaba, ¡que se vaya a la m****a! Y fue entonces que decidí hacer algo estúpido por primera vez en mi vida.

—Claro, ¿por qué no?

HACE UNAS HORAS ATRÁS…

Los nervios me invadían, pero logré entrar a la casa de Eithan, mientras hago camino hacia mi habitación, mi celular parpadea en mi mano, el nombre de Rayan aparece pero lo ignoro, entonces giro el pomo con cuidado, levantando la vista cuando escuchó un ruido, es allí cuando mi vida cambió para siempre, cuando me quitaron la venda de los ojos de golpe.

Me quedé en shock con la boca abierta mientras un desnudo Eithan aporreaba desde atrás a una Daria empapada en sudor, ambos estaban a espaldas a mí, gozando y gimiendo al mismo tiempo en el que yo buscaba desesperadamente la respuesta a cómo respirar, ¿acaso lo había olvidado?

Mi mundo se colapsó y mis piernas comenzaron a fallarme, hasta ahora había sido una buena chica, nunca había engañado a Eithan pese a las infinitas oportunidades que se me presentaban, aunque al final el gilipollas de Rayan se encargaba de ahuyentarlos, estando con Eithan, nunca sostuve la mano de otro chico que no fuera él o su estúpido primo, alias mi mejor amigo.

Mi corazón galopa como nunca, abro la boca para decir algo pero las palabras no brotan de mi garganta y la cierro, el shock anula mi sistema, ¿desde cuándo se acostaban a mis espaldas? ¿A Rayan le iba bien que su chica se acostara con su primo? Entonces sucede… la ira pronto remplaza mi sorpresa.

—¡Eres un hijo de puta, maldito cerdo asqueroso! —grito a todo pulmón, dando dos pasos hacia atrás.

Eithan da un respingo, detiene las estocadas que le estaba dando a Daria, y se separa de ella, al tiempo que le lanza una sábana para que cubra su cuerpo curvilíneo. Empezó a mover la cabeza como si no pudiera creer lo que estaba pasando.

—Azura…

—¡Ustedes dos son tal para cual! —Estallé, lanzando el retrato de nosotros que estaba sobre su cómoda—. ¡No quiero volver a verte Eithan! Y tú… —dirigí mi atención hacia Daria, quien parecía no estar afectada por lo que estaba sucediendo—. No eres más que una puta, seguro que a Rayan le parecerá a todas luces saber que te acuestas con su primo.

—Azura, no es lo que crees, perdóname, quiero decir… —las palabras atropelladas que escupía Eithan no hacían más que darme nauseas.

—Eres patético —frunzo el ceño y lo veo con asco—. De verdad patético, solo no olvides que soy mujer que paga con la misma moneda.

—Espera, ¿qué quieres decir con eso?

—Que es una idiota —Daria abrió la boca por primera vez, al tiempo que se ponía de pie deslizando la sábana que cubría su cuerpo desnudo—. ¿De verdad piensas que Rayan no sabe que me acuesto con Eithan desde hace tres años? Porque si es así déjame decirte que estás equivocada, Rayan siempre lo ha sabido.

Ok, había algo en el veneno que destilaba de sus palabras que me dolía, y pese a que en ese momento estaba concentrada en negarlo, la realidad del asunto era que me había dolido más el hecho de enterarme que Rayan; mi mejor amigo, me hubiera mentido en todo este tiempo, y no solo eso, que hubiera aceptado que saliera con el gilipollas de su primo, porque… ¿qué clase de amigo le hace eso a su mejor amiga, a su persona favorita en el mundo? Ya ni siquiera se trataba de la infidelidad de Eithan, esto ya era demasiado personal.

Maldito Rayan.

—Bueno, al parecer lo único bueno que puedo sacar de toda su m****a, es que jamás me entregué a ti Eithan, pudiste haberme engañado todo este tiempo, pero nunca te pertenecí realmente, y me alegro que esto sucediera antes de haber cometido el peor error de mi vida al acostarme contigo —lo señalo con un dedo acusatorio.

—Pues claro que nunca fuiste mía, siempre has sido de él… —susurró Eithan con la mirada gacha.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—De nada.

—¡Vamos, no puedes dejar que esta idiota siga viviendo en la ignorancia! —exclamó Daria rodando los ojos y poniendo las manos en jarras sin importarle su denudes—. ¡Abre los ojos, niña, todo el mundo sabe que Rayan está empelotado contigo! Te desea, le gustas, está más que enamorado de ti, y todo el mundo se ha dado cuenta menos tú.

—Mi… mientes —balbuceo sabiendo que es otra artimaña de esos dos monstruos que están frente a mí—. Dices eso porque temes que Rayan se entere de tus aventuras con su propio primo y tu —me dirijo a Eithan, que ahora es mi ex novio—. Me das pena, has traicionado a tu propia sangre.

—¡Ay, por favor! —Daria puso los ojos en blanco—. ¿Te estás escuchando? Rayan sabe que me acuesto con Erick y con cualquier otro, me gusta, pero hace tiempo que acepté el hecho de que Rayan y yo no somos exclusivos, y eso es tu culpa, ¿no te has preguntado por qué el capullo de tu amigo no dura con una chica? ¿O por qué tiene bajo amenaza a todo el plantel? Los chicos se mean en los pantalones al saber que si intentan algo contigo, Rayan les dará la paliza de su vida.

—Si jodes con Azura, Rayan te jode a ti —resopla Eithan con recelo—. Ese es el lema.

Siento que mi cara arde, estoy furiosa, confundida, dolida, exhausta, todo al mismo tiempo, en ese instante era como una caja de pandora que estaba abierta, sacando no solo lo peor de mí, sino, los sentimientos que hace tiempo enterré en lo profundo de mi ser. ¿Rayan enamorado de mí? No, no podía ser cierto, él es un mujeriego que se tira a todo lo que tenga falda, lindas piernas y pechos exuberantes. Admitía que hace tiempo me gustaba, pero mi mejor amigo con poca sutileza me había obligado a aceptar el hecho de que su amor hacia mí era más parecido al de una hermana menor, que al de una chica con la que quiere enrollarse. 

—¡Reacciona de una puta vez, Azura!

Levanto la mirada y con ojos acusatorios y palabras viperinas, observó a Eithan.

—Si eso fuera cierto, ¿por qué me pediste ser tu novia? ¿Por qué él lo aceptó?

—A la m****a, Azura, Escucha, me gustaste desde el primer momento en el que te vi embarrada de lodo cuando teníamos cinco años, todo este tiempo he estado enamorado de ti, pero también me di cuenta de que Rayan lo estaba de ti, es tan cabeza dura que no quiere aceptarlo, aunque supongo que no te quiere arrastrar a su m****a —me explica terminando de ponerse los jeans sin ropa interior—. Cuando en una borrachera le confesé mis sentimientos hacia ti, me animó a conquistarte, pero al mismo tiempo me amenazó, me ayudó a ser tu novio y a que te fijaras en mí, eras mi novia, pero según sus palabras, no tenía derecho a pasarme contigo.

—¿Pasarte conmigo?

—¡Agh!, por Dios, eres más idiota de lo que pensé —Daria comenzó a ponerse su ropa.

—¿Quieres callarte, Daria? —Eithan le lanza dagas llenas de fuego por la mirada.

—Me da igual.

—Era tu novio, pero no tenía permiso… joder  —se pasa una mano por el cabello con desesperación—. Hasta decirlo suena absurdo y me siento como un imbécil por haber aceptado sus estúpidas condiciones.  

—Eres un imbécil de cualquier forma, solo habla, no tengo tiempo para seguir aquí viendo lo perdedor que eres —lo apremió consumiéndome en una brutal tormenta de confusión y desesperación.

—Rayan me advirtió, pese a ser tu novio, no podía meterte la lengua hasta la garganta, nuestros besos tendrían que ser simples y no efusivos, no podía tocarte más de lo debido, nada de pasar a la segunda base, nada de intentar convencerte en que tuvieras sexo conmigo, porque eres virgen y por supuesto, todo lo que hacíamos se lo tenía que informar a él.

La sangre me hierve. Eso explica porque el comportamiento de Eithan siempre fue… simple, lindo y caballeroso, es decir, jamás me tocó hasta el día de la fiesta.  

—¡¿Y lo hiciste?! Todo lo que te platicaba, todo lo que hacíamos…

Eithan bajó la mirada pero asintió.

—Es mi primo, tú lo has dicho, es mi sangre, pero una parte de mí siempre supo que la única razón por la que aceptó que yo saliera contigo, era porque de esa forma estaba fuera del mercado, ¿quién se metería contigo? Siendo la mejor amiga desde los cuatro años del temible Rayan Volthmon y ahora la novia de su primo, ningún idiota intentaría acercarse a ti. Y eso estuvo bien para mí por un tiempo, hasta que comencé a desearte con más urgencia, ¡carajo! Se supone que eras mía, por eso te propuse que intimáramos un poco más, pensé que ibas a rechazar pero cuando lo aceptaste te llevé a su casa en su fiesta, sabía que eso lo cabrearía, que se enterase que su chica estaba follando con su primo, en su casa, en su cama… eso lo hacía una apuesta apetecible.

—¡Soy una jodida apuesta entonces!

—Ok, tú sí que eres la persona más idiota que he conocido en la vida —añade Daria ya vestida.

—No, pero se supone que eras mía, quería que supiera que lo eras, eso es todo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo