Capítulo 6

Algunos meses después.

- No hicimos nada- los mire un poco decepcionada, habíamos logrado tener la mitad del pueblo a nuestro favor, habían otros que simplemente no podían darle la espalda a la corona y habían otros que tenían miedo a que el rey los ejecutase, sí que era muy difícil, pero me daba cuenta que algunas personas no querían al reinado que se les obligaba a aceptar, ellos querían un rey que escuchará sus peticiones y ayude a que puedan vivir mejor, ellos querían a un rey de verdad no uno que simplemente se fijara en cobrar altos impuestos y sobreexplotar a los campesinos para que produzcan para la corona.

Pero supongo que eso siempre estuvo, desde tiempos en que mi tío seguía con vida, desde tantas generaciones ¡Incluso mis amados padres lo han hecho! En este mundo teníamos que aplastar para seguir adelante ¿Acaso estaba bien?.

Me di cuenta al estar al rededor de tanta gente "común" que la idea de como gobernar un reino estaba muy equivocada y supongo que si no hubiera pasado lo que paso hubiera sido la misma clase de reina que aquel rey y eso me hacía sentir miserable por que hubiera hecho grandes males a las personas que ahora considero amigos. ¡Y quiero cambiar eso! 

- Hay que seguir intentándolo...- dije positivamente. Sin recibir una respuesta a mis palabras miré hacia la dirección de aquel hombre y me di cuenta allí la gran expresión de preocupación de Ralf, él estaba apretando sus manos arrugadas en un puño dirigiendo su atención a la nada, con el seño ligeramente fruncido.

- ¿Qué ocurre?- Pregunté angustiada ¿Por qué él estaba de aquella forma? 

Ralf me miro preocupado.

- Lo lamento Elizabeth no te escuché. Es que tenemos un gran problema - sus ojos mostraban indignación y miedo .

- ¿Q-Qué ocurre? 

- ¡Se lo llevaron esos bastardos!- casi gritando Ralf golpeó la mesa de al frente con su puño lo que hizo que las cosas de encima den un pequeño saltito para asi tambalearse. Mi corazón dio también un ligero salto ¡Nunca lo había escuchado gritar! 

- ¿D-De qué hablas?- angustiada me acerqué para que me explicara detenidamente. No entendía absolutamente nada ¿Quién estaba en peligro?

- Juan! ¡Ellos se lo llevaron! - dio un gran suspiro - Dijeron algo como que lo reclutaban por un supuesto asociamiento. Intente hacer algo ¡Pero no hice nada! ¡No pude hacer nada! - sus ojos comenzaban a mojarse y ver a este anciano sentirse así hizo que mi corazón se sintiera diminuto. 

Me quedé estática por unos momentos,  ¿quién podría caer tan bajo para amenazarnos con la vida de un pequeño niño? Sí, el rey, la corona que sólo le importaba su bienestar y no tener rebeliones, les estábamos dando un dolor de cabeza lo sé y me sentía alegre por eso, pero ¿!un niño!? No podrían amenazarnos con eso. - su mirada se colocó en mi y volviendo a dar un suspiro continuó - No lo regresarán hasta que....

- ¡¿Que piden!?- grité horrorizada ¡¿Es qué no tienen descencia!? ¡Es un niño! ¡¿Cómo puden meterlo en algo como esto!?

- Que te presentes a Palacio - Dijo Lucas quien habían entrado a la habitación sin expresión alguna.

- Lo haré ahora mismo- dije decidida.

- No! - gritaron los dos al unísono haciendo que me detenga de golpe.

-  Te podrían hacer algo a ti, recuerda que aún eres débil a sus ojos. 

- ¿Entonces tengo que quedarme sentada a esperar que cambien de opinión?

Ellos se miraron por unos segundos y Ralf asintió. - anda con Lucas él te protegerá de cualquier persona.- Ralf fulminó a Lucas para obtener una respuesta de él pero solo se quedo observando apoyado en la puerta.

Mire a Lucas con una mirada de apuro, se iba a mover o no? Me miro con cansancio y se acercó a mi, ¿Es qué no le importaba la vida del niño? 

- Sí sí  vamos...- dijo de mala gana - Pero que me darás a cambio? - sonrió de lado.

Lo miré expectante ¿Acaso era tiempo de bromas? Este chico me sacaba de mis casillas. 

- Vamos.. - dijo riéndose.

...

- Que te trae por aquí mi bella princesa- me miro amenazante como si fuera una burla

- No se haga el que no sabe! Devuelvan a Juan, él es un niño! Es que acaso usted no tiene descencia!? - dije sin rodeos.

- Aquí la única que no tiene descencia es usted, mi querida Elizabeth, que le parece si conversamos más tranquilamente y en privado - remarcó "privado" con una media sonrisa mirando a Lucas. Lucas apretó los dientes furioso de la altanería que le daban- Es que acaso no me oyó señor? O quiere que lo encierre?, Ya que está en busca y captura- miro con picardía a Lucas quién hizo una seña con la cabeza para irnos, a lo que yo respondí con un visible no y agarre su mano, lo mire a los ojos y dije.

- Espérame afuera sí? No creo que el honorable rey haga algo contra mi ya que eso levantara una nueva oleada de rebeliones y es lo que queremos evitar No? - grité para que me escuchara

- Esta en lo correcto mi querida Elizabeth, usted está segura en Palacio, sigame. 

...

Los pasos ligeros y audibles de los dos guardias a mi lado solo me hacían sentir más intimidada que antes. El rey quien caminaba al frente dio una vuelta a la izquierda y darme a la vista las celdas subterráneas. El lugar no era de los mejores en el Palacio, estaba bastante empolvado y aunque habían pocos prisioneros los que estaban solo me miraron frunciendo el seño. Pronto pude visualizar aquel niño con su cabellera rubia.

- Juan! - grité al verlo. Estaba acostado en una clase de cama de paja estaba sin camiseta y tenia..

- ¡¿Qué le hicieron!? - dije horrorizada.

- E-Elizabeth - dijo la voz melodiosa de mi niño.

El guardia abrió la puerta de inmediato y corriendo caí arrodillada a su lado. 

Toqué despacio para no lastimar su pequeño cuerpo, desde las piernas a la cabeza se extendian varios moretones y ronchas, mi corazón comenzó a latir en furia y con desesperación agarré su cuerpo en mis brazos y visualicé su cara demacrada.

- ¡¿Quién rayos hizo esto!? - desesperada gritando mire a aquel rey. Sus facciones de alegría me dieron repugnancia.

- E-estoy bien. Yo.. yo... - las lágrimas se le rodaron por sus hermosos ojos verdes

Su pequeño cuerpo temblaba, quizás por el frío o también por el miedo, ellos lo habían dejado casi muerto.

- ¡¿Cómo pudieron hacer esto!?  - dije ya desprendiendo mis lágrimas de furia y dolor.

- Es sólo una prueba- dijo y con una señal con la cabeza los guardias cerraron la puerta. Con una media sonrisa dio media vuelta y se alejó lento para asi apreciar mejor la escena.

- ¡Bastardo! ¡¿Cuál es tu problema!? ¡Te arrepentirás! ¡Maldito! - dije gritando a todo pulmón.

- Per-perdóname Elizabeth yo-yo. - entre mis gritos escuche su pequeña vocecita.

- No no no no espera No! No tienes nada de que preocuparte, me alegra que estés bien, ahora vamos a salir de aquí y te llevaré a casa sí? - Acaricié su cabello mojando su cara con pequeñas gotas que se desprendían sin previo aviso.

- Yo quizás no pueda salir...

- Que!? Vamos a salir de aquí sí? 

- Esque quizás yo-yo voy a morir- Nuevas lágrimas rodaron por sus mejillas que se había mezclado con su sangre.

- Yo no pude cumplir mi promesa- dijo intentando ocultar sus sollozos. Sus pequeños quejidos me partían el alma, mis labios temblaron y tapé mi boca horrorizada. 

- No- No... la vamos a cumplir sólo dejame encontrar una salida, yo-yo te sacaré espera!- Miré a todas partes, estábamos en una celda muy profunda, aunque le dije a Lucas que me esperara afuera se supone que el podría entrar cuando quisiere. ¿! POR QUÉ AHORA PASA ESTO!? nunca imaginé que esto pasaría. Mi corazón latía fuerte y un leve pitido se escuchaba en mi oreja. 

- Te quiero mucho. Ma... má. - pronunció débil la última vez para cerrar sus ojitos verdes despacio con una sonrisa entre el llanto.  

- ¡¿Juan!? ¡¿Juan!? - Grité desaforadamente hasta que mi corazón que hervía angustiado comenzó a helarse por completo. Entre lágrimas como cascadas que se aferraban de aquel cuerpo muerto entre mis brazos. Una luz como un destello poderoso me segó para asi perder la conciencia. 

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