Buscando el amor
Buscando el amor
Por: maracaballero
Capítulo 1

Demetrio

Despertar con la desgarradora realidad todos los días, sigue agrietando lentamente y con fuerza mi alma y mi corazón. ¿Cómo acostumbrarme a su ausencia? Despertar con esa sensación de vacío. El sueño se repite una y otra vez. Su rostro lleno de lágrimas a causa mía. Sigo sufriendo todas las malditas noches, cuando despierto de esa pesadilla, quedo con ese amargo sabor de miedo y pánico en mi boca. Mi rutina es gris, es oscura como mi alma desde que me abandonó.

De nuevo en mi oficina como todos los días, esperando pistas de mi esposa y si es posible...de mi hijo. Si, hasta yo aún no creo que diga esa simple palabra. Hace que suene demasiado extraño, pero es muy posible. ¿Será un niño o niña? ¿Tendrá el color de mis ojos o los de ella? no importa, solo quiero saber que están bien.

Empiezo de nuevo mi rutina laboral, reviso llamadas, llamo a mi madre, tomo mi café y, después me concentro en leer toda mi bandeja de entrada de mi correo, esperando una maldita pisa. Noticias, o pedazos de la investigación y así ha sido desde hace siete años. Siete largos años de infierno. Sigo bajando mi mirada en la lista hasta que uno llama mi atención.

George Smith.

Mi viejo amigo de la facultad. Un hombre inglés, y con una compañía en el corazón de Londres. Solo recibo saludos de vez en cuando, pero es extraño recibir su correo ahora. Le doy clic para abrir el correo.

«Querido amigo:

Espero estés bien, aunque sé que no es así. Mi familia te saluda desde Inglaterra. Sé que te preguntarás por este correo tan pronto y tengo un motivo para ello. ¿Has buscado a tu esposa en Inglaterra? Deja te cuento que llevé a mi familia a desayunar, y creo por un momento haber visto a una mujer idéntica a ella. Y no estaba sola. Estaba acompañada por dos hermosos niños, gemelos. Un niño y una niña, mi esposa calcula como de seis años, casi la misma edad que nuestro George Jr., no pude acercarme más en caso de incomodar o alertarla. Era el restaurante donde solíamos ir a comer los fines de semana cuando llegaba tu familia. Espero sirva de algo... Hubiese llamado, pero recuerda, el horario de diferencia. Cualquier dato estaremos en contacto, o llámame en caso de que tengas algo.

George Smith.»

Mi boca se ha secado completamente. Mi corazón palpita a una gran velocidad, amenazando con salirse de mi pecho y mi mente trata de acomodar la información. No puedo concentrarme ni ordenar nada. Trago con dificultad mi propia saliva y las lágrimas amenazan con salir.

¡Piensa Richardson, piensa!

¿Gemelos? vuelvo a leer como diez veces el correo con rapidez corroborando cada palabra escrita. ¿Estoy realmente leyendo esto? ¿Inglaterra? Lo que llevaba investigado hasta la fecha, no arrojaba nada fuera del continente. No había nada de un maldito registro que nos dijera que había salido del país.

¿Gemelos? ¿Qué demonios están haciendo hasta Inglaterra? ¿Por qué no he podido localizarla? ¿Por qué? ¡¡ ¿POR QUÉ?!!

Mi cuerpo salde su trance, reacciona y golpeo con mi puño la superficie del escritorio.

¡Mierda!

Llamo a Jefferson, intento hablar por el móvil, pero solo creo balbucear, en menos de un minuto entra como un huracán con el rostro pálido.

— ¡R-Revisa el correo—me levanto bruscamente separándome del escritorio y le señalo la pantalla de mi portátil! Mi mente se aferra a todos los pensamientos de mi Dana. Cierro mis ojos y aprieto el puente de mi nariz.

¿Esto está realmente sucediendo? ¿Los he encontrado? ¿Gemelos? ¿Dos? “Dios mío...calma Richardson. No te vaya a dar un infarto. Primero hay que confirmar si realmente son ellos, no hagas conjeturas antes de tiempo. La decepción sería demasiado grande.”

¿Inglaterra?

No había notado a Jefferson hablar por su móvil. Me dejo caer en el sillón que adorna cerca de la ventana de cristal que me muestra el paisaje de Los Ángeles. En algún punto, me pierdo.

—Señor Richardson, el avión estará disponible en media hora. Lorena hará maleta e iré en su búsqueda, David y Remus están detrás de las pistas y accederán a las cámaras del restaurante para confirmar las sospechas, la seguridad de usted pasa a Marco y a Josh...—levanto la mano para que no siga.

—Dile a Lorena que haga mi maleta, iré contigo.

Asiente en silencio, retoma su móvil y sale de la oficina.    Dejo órdenes inmediatamente a Lucía de que me supla en la empresa, necesito hacer el viaje.

Aferrarme a esta pizca de luz en toda mi oscuridad.

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