CAPÍTULO 2.-tercer fragmento

                                                            ✽✿✽

Llegue a la enfermería seguida por las chicas. Me informaron que no podía pasar porque todavía le estaban curando las heridas a Jeremy. Me recuesto sobre la pared y me pongo a llorar, sé que es tonto que yo haga tanto drama por una pelea, pero no lo puedo evitar. Jeremy pareció quedar muy mal. Si le pasa algo me muero, es más que mi hermano, prácticamente es mi padre. Él ha sacrificado mucho por mí, siempre cuida de mí y de mi madre. A pesar de su corta edad, siempre se ha comportado como adulto, no puedo dejar que le pase nada malo si puedo evitarlo.

—¡Rosali! —escucho mi nombre.

Alzó la vista y veo a un José muy preocupado llegar a la enfermería.

—José —voy a saludarlo con un abrazo. Él responde y me rodea con los brazos.

—¿Qué paso, linda? ¿Por qué estás manchada de sangre? —me pregunta muy preocupado.

—Un idiota que es nuevo, golpeo a mi hermano. Él está muy herido —le digo sollozando mientras él sigue abrazándome para consolarme.

—Pequeña, todo va estar bien. Te apuesto que son solo rasguños. Tu hermano es muy fuerte, eso es algo que yo te lo puedo asegurar.

—Señorita Green —me llama la enfermera—. Pase aquí, su hermano la llama.

—Adiós, José. Más tarde te llamo ¿sí? —me despido de él dándole un beso en la mejilla.

—Está bien, pequeña, yo te llamo. Tenemos mucho de qué hablar y ponernos al día —se despide sonriéndome.

Yo paso a la enfermería y veo a un Jeremy ya limpio y curado de la cara. Tiene la nariz vendada, el corte de la cara cocido y está un poco hinchado.

—¡Jeremy! —lo saludo y me tiro encima de él.

—¡Ay, por Dios! ¡Ayuda un elefante me aplasta! —dice él con una voz de sufrimiento.

—¡Oye! —Hago un puchero—. Yo no soy un elefante.

—Lo siento ¿sí?, es que estas un poco pasada de peso— me responde sujetándome la mejilla.

—¿Cómo estás? ¿Por qué te peleaste con ese chico? —le cuestiono—. Mira cómo te han dejado Jeremy, estaba muy preocupada.

—No te preocupes, hermanita. —No le da importancia—. Solo fue una pelea. Creo que en vacaciones no hice tanto ejercicio y me agarro desprevenido, pero espérate que empiece a entrenar otra vez, ¡lo voy a matar!

— ¡No! —lo reprendo—. Nada de peleas ¿entendiste? Jeremy te noquearon, pensé muchas cosas en ese momento —digo con los ojos llorosos.

M****a, no puedo estar sin llorar. Soy igual a mi mamá.

—Ahora que lo recuerdo. —Se levantó y me miro molesto—. Se puede saber, ¡¿porque m****a estabas hablando con ese idiota?! Él me golpeó porque le dije que no se acercara a ti—. Me dijo muy alterado.

—¿Qué? No, no, yo no tengo nada que ver. Solo me tropecé con él hoy cuando caminaba hacia mi salón.

—¿Estas segura, Rosali? ¿No me estas mintiendo otra vez? ¿no? –me preguntó dudando.

—Jeremy yo nunca lo había visto antes de hoy, ni siquiera le dirigí la palabra —me defendí—. Solo lo iba a buscar hoy, porque cuando nos tropezamos, nuestras cosas se cayeron y nos confundimos de cuadernos.

—¿Y por casualidad tenías una foto mía contigo del día de tu cumpleaños en ese cuaderno?

—¡Cierto!, la foto que nos tomó mi mamá ese día estaba en ese cuaderno. Se lo iba a enseñar a las chicas.

El metió su mano a su bolsillo y sacó la foto muy arrugada.

—¿Qué pasó con la foto? ¿Él te lo dio?

—Si, el muy imbécil me pregunto si tú eras mi novia.

—¿Pero no le dijiste que eres mi hermano?

—Lo intenté, pero él me golpeó y no me dejó hablar. —Él se quedó pensando—. ¿No es muy extraño eso? ¿Por qué supuso que soy tu novio?, porque, si no fueras mi hermana, no me fijaría en alguien tan enana como tú.

Lo golpeé y después lo abracé.

—Es en serio, Jeremy. Ya no más peleas ¿sí? No sabes lo que me pasó. Los recuerdos de mi padre vinieron a mi cuando te desmayaste. Por un momento pensé que te morías...

Él me abrazó más fuerte.

—Escúchame bien, yo siempre, por siempre y para siempre estaré a tu lado cuidándote, incluso cuando algún día nuestros caminos se separen, siempre te cuidare y estaré ahí cuando necesites ayuda —me dio un beso en la frente—. Tú eres mi hermanita preferida.

—Soy tu única hermanita, tonto —le digo riendo.

—Sí, lo sé, pero igual eres mi preferida. Deja de llorar, sabes que no me gusta que llores —me dice limpiando mis lágrimas.

....

Estoy mirando al techo, pensando en cómo ha sido mi primer día de clases.

¡Ha sido todo un desastre!

Lo peor fue cuando llegamos a casa, mi madre no dejaba de interrogarnos de cómo Jeremy terminó herido. Después, se puso muy nerviosa, nos dijo que, dentro de un mes, por el cumpleaños de Jeremy, iríamos a El Parque Nacional en Montana. Nosotros le preguntamos por qué iríamos tan lejos, ella solo respondió que mi papá le hizo prometer llevar a Jeremy ahí para cuando cumpla 18. Después, le pregunto a Jeremy si no se había sentido extraño estos últimos días, Jeremy le dijo que no. Mi madre se fue sin decirnos nada a su cuarto.

Había actuado muy extraño.

—Enana, ¿estás todavía despierta? —me pregunta mi hermano afuera de mi cuarto.

—Sí, pasa.

—Hay algo que tengo que contarte.

Se lanza a mi lado en la cama y también se pone a ver el techo.

—Escúpelo —le digo.

— Le mentí a mama.

—¿Ah?

—Le mentí sobre si he estado sintiéndome raro estos días.

—¿Qué tienes? —Me levanto de la cama y lo miro preocupado.

—Nada de eso. —Me sujeta del cabello y de un tirón hace que me acueste de nuevo.

—¡Bruto!

—Lo que pasa es que me he sentido en estos días, no sé cómo decirlo, furioso, hiperactivo, ansioso y además...— se quedó callado un momento.

—¿Además?

—Prométeme que no le dirás a nadie y no te reirás de mí.

—¡Lo prometo!

— Rosali, lo que te voy a decir es muy serio. —Me mira a los ojos.

—Ya sé que cuando dices serio, lo dices muy, pero muy en serio —me burlo de él.

— He estado escuchando una voz en mi cabeza.

— ¿¡Qué!?

—La voz me dice que sabe porque mamá me quiere llevar tan lejos para mi cumpleaños y que ese día sabré toda la verdad de quién y qué soy...

Busqué en sus ojos alguna pista de que todo lo que me decía era una broma, pero no encontré ninguna.

—¿Desde cuándo escuchas esa voz? —le pregunto algo asustada.

—Desde hace unas semanas —dice levantándose y yendo hacia la puerta.

—Jeremy todo va estar bien —le digo desde mi cama— yo siempre, por siempre y para siempre estaré a tu lado.

—Lo sé —dice antes de salir del cuarto.

—Te creo.

—También lo sé.

Salí de mi cuarto y me acuesto nuevamente intentando no volverme loca con todo lo que me contó mi hermano. Además de que no me puedo sacar de la cabeza a Oliver.

¡Mañana lo voy a encarar y preguntarle por qué golpeó a Jeremy!

Solo no espero quedarme anonadada al verlo, eso fue muy vergonzoso ¿Se habrá creído lo de la gripe?

Grito con la almohada encima para que nadie me escuche. Al pensar en Oliver mi cuerpo se agita, no creo que sea fácil hablar con él.

Un sonido extraño me saca de mis sentimientos y me doy cuenta que alguien está gritando desde la primera planta, así que me asomo a mi ventana para ver de qué trata.

—¡Rosali! ¡Rosali! ¡Lo siento! ¡No me odies! —me dice tambaleándose—. Yo no queeeriia golpiarrr a tutu herrmanoo, lo siento muchiisiimo— ¿está borracho?

¡Sí, está borracho!

—Espérame ahí Oliver y no hagas más ruido —le digo cerrando la ventana y caminando hacia el primer piso.

¿Este día no puede empeorar más?

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