CAPÍTULO CUATRO

Capítulo 04

Ginna Renaux

Papá se une a nosotras saludando a Ana y acto seguido se nos acerca mi hermana menor. Laura tiene demasiada energía e ímpetu y es imposible que se esté quieta en algún lugar.

— Tu esposo me acaba de escribir al celular para que lo acompañemos a la piscina— le informa mi padre a la dueña de la casa. Ana sonríe y entabla una animada conversación con él mientras caminamos en dirección al patio principal donde se encuentra la lujosa alberca. Esta casa siempre me gusto desde niña, es de las mejores residencias de los Grossin, sobre todo el patio de la piscina con sus camas balinesas blancas. Le dan un toque exótico.

Solange se me acerca y papá entra al patio en compañia de Ana. Mi madre de la mano de Milenne y de Laura le siguen. Cerrando el grupo caminamos Solange y yo burlándonos de todos sin siquiera abrir la boca. Años de amistad nos hacen tener una especie de telepatía divertida que es muy útil en momentos como estos.

Mi amiga luce un vestido juvenil floreado que se le ve muy bien y yo ya me comencé a sentir incómoda por mis fachas. Todos lucen implacables, es evidente que el objetivo de todos es impresionar.

En las tumbonas alrededor de la piscina se encuentran dos chicas y un hombre de pelo castaño canoso, mientras que en el agua son dos hombres y una señorita de pelo rubio plateado hermosísima.

Dora y Milenne se detienen a esperarnos mientras que mi padre, Ana y la pequeña Laura caminan hacia dónde está el Señor Grossin preparando el Grill con dos de sus trabajadores. A leguas se nota que las chicas que están tomando sol tienen un gusto exquisito por la moda. Los trajes de baño que usan son todos de diseñador, reconozco el estilo y el corte de tan solo mirarlos, eso por no mencionar sus accesorios como las gafas Prada y los sombreros. El hombre de su lado también denota clase, pero menos que las chicas, luce más como un nuevo rico.

—¿Cuál de estos sexys y deliciosos engreídos es el dueño de Zandal?— pregunto a Solange mientras Milenne y mi madre se quedan expectantes a la respuesta.

— Aquel— menciona Solange señalando a la mata de pelo rubia que se ve dentro del agua. — El rubio que está en la piscina, Carlos Martínez de Laredo —aclara, y todas volteamos a mirar en dirección del chico está muy risueño lanzándole agua a la chica que está con él que por su apariencia debe de ser muy joven.

—¿Y los otros quienes son?— pregunta mi madre interesada.

—Las chicas de las tumbonas son sus hermanas mayores, y el hombre es el señor Ducan, el esposo de Kathia, la mayor. La otra no sé si te habrás percatado que es Carol Martínez , la modelo estrella de la marca Santi Dress — mamá asiente boca abierta, ya que la mujer es muy reconocida en todas las pasarelas de Europa. Solange continúa con las presentaciones — la otra pareja en el agua son los hermanos Emiliano y Maria Eduarda Santonini, y aquí viene la parte interesante, ya que son los únicos dueños de la Santi Dress—comunica y mamá se lleva las manos a la boca sin poder contener la emoción. Ni yo misma conocía quienes eran los dueños del emblemático imperio, el más grande, exclusivo y con más fama a nivel internacional.

Todas miramos en dirección de los herederos del imperio Santi Dress, y quedó más que impactada cuando Emiliano Santorini que estaba de espaldas se voltea y choca su mirada con la mía.

«¡Por todos los dioses egipcios juntos, si es Ra», y con el dorso descubierto vale destacar. El hombre de mis sueños no es un campesino, sino un joven millonario al cual no le llegó ni a los talones. Mejor me evito malos momentos y lo borro definitivamente de la lista de amores platónicos para no golpearme tan fuerte cuando me caiga de la nube.

Nos movemos también en dirección al señor Grossin y es Ana la que hace las presentaciones cuando la familia dueña del dueño de la Zandal se nos acerca. Los jóvenes salen del agua y se unen formando un gran grupo. Esta vez es el padre de Solange quien se ocupa de presentarlos.

— Señor Martínez — le habla al joven rubio, —este es un gran amigo mío desde la infancia, tengo el honor de presentarle a Andrew Renaux, premio Nobel de Quimica, su esposa Dora, y sus tres hijas: Milenne, Ginna y Laura— el joven saluda dándonos un caluroso apretón de manos a todos a medida que el Señor Grossin nos fue presentando.

Emiliano Santorini se acerca y es su turno de ser presentado, pero esta vez no hubo sonrisa ni apretón de manos. Solo hizo un gesto con la cabeza y se limitó a asentir ante las presentaciones. — Es un placer conocerlos a todos— se limitó a decir una vez que todos fuimos mencionados. — Mi hermana, Maria Eduarda Santorini — fue lo único que dijo para introducir en la conversación a la chica, que si sonrió y nos besó la mejilla a todos.

— Tengo la impresión de que te conozco de algún sitio— dijo la chica cuando tocó el turno de presentarnos. Yo le regale una sonrisa sin decir nada, ya que dudaba que mi naciente fama como diseñadora hubiera llegado a los oídos de la heredera de semejante imperio de la moda.

— ¡Por dios! ¿Eres Ginna R? Tienes que ser tu, ahora es que me percato.

—Si, culpable, Mucho gusto— sonrío otra vez un poco más emocionada—Un placer conocerte Maria Eduarda, estoy verdaderamente encantada.

— Llamame Duda— dice muy expresiva— por favor déjame que te abrace, estuve en tu desfile en Milán y quedé prendida de tus diseños, a mi hermano le sorprendieron mucho, cosa que no ocurre con mucha frecuencia. La chica me abraza y se cuelga del brazo de su hermano mayor. Juntos forman una pareja imponente por sus perfectas facciones.

—A veces soy muy tonta, no sé cómo no pude reconocerte con tan solo mirarte . ¿Ya viste Emi, la chica de Italia aquí en Londres?, ¡si que somos afortunados!— su hermano le regala una mirada demasiado seria y ella se encoge de hombros—. Me quise acercar a hablar contigo en Milán luego del desfile pero mi hermano supuso que estarías muy ocupada, así que sólo te observamos desde lejos mientras eras entrevistadas por los periodistas.

El almuerzo fue sobre las tres de la tarde en una mesa gigante con un mantel blanco tejido en pleno jardín. Se sirvieron excelentes costillas de cerdo con salsa BBQ, Filetes, salchichas y varios tipos de verduras cocidas al carbón. Una elaboración sencilla pero todo de altísima calidad y con excelente preparación.

Conforme fue avanzando la tarde cada cual dejo ver su verdadera personalidad. Me di cuenta que el señor Martínez era muy apuesto aunque no tanto como su amigo italiano, de modales sencillos y no parecía haberle afectado en absoluto haber nacido en cuna de oro. Le ha estado lanzando miradas a mi hermana mayor toda la tarde que no me pasan desapercibidas. Enseguida entabló amistad con mi padre y mis hermanas, que se ríen y bromean constantemente.

Mi madre y y la señora Ana están en una conversación con Carol y Kathia , mejor debería decir un monólogo porque desde mi sitio puedo ver que la única que habla todo el tiempo es Dora.

Pero sin dudas es un hecho que el Señor Santorini es el que tiene a mi hermanas Laura babeando, también a la señorita Carol Martínez, la he sorprendido varías veces mirando en dirección del magnate de la moda.

Es lógico si ese es el hombre más Perfecto y sensual que he visto en mi vida . Tiene unos ojos claros hipnóticos y un cuerpo de infarto, todo en él es digno de admirar, si su físico no te atrapa, su posición y fortuna son un imán que termina convenciendo a más de una. Es el centro de atención, de casi todos los presentes, el señor Grossin sabe que es una ficha clave en el negocio que nos movemos; y todas las féminas lo siguen con la vista. Es imposible no fijarse en ese cuerpo perfecto que exhibe. Tiene el cabello negro revuelto y le da un aire casual y despreocupado que hace que se vea más joven. Pero su rostro serio no ha cambiado en lo más mínimo. Parece que más que divertirse para él es un sacrificio tremendo estar aquí. Solo responde cuando su hermana, Carol o Carlos Martínez le hablan; el resto del tiempo continúa en silencio y distante.

Solange y yo permanecemos un poco distante del grupo. Tomamos cervezas directamente de la botella cosa que no le esta haciendo ni gota de gracia a mi madre que me ha lanzado un par de miradas furibundas.

— Si que está bueno el muy condenado, bueno e inalcanzable para nosotras— murmura entre risas Solange que ya están empezando a soltarle la lengua las cervezas. —Su nombre me encanta «Emiliano Ssntotini», y ese diminutivo «Emi» es completamente gemible—Soltó y no pude evitar sonreír ante su ocurrencia.

— Si, concuerdo, está bien. Aunque es un poco distante— digo tratando de restarle importancia a que Ra se pasee a mi alrededor con poca ropa, y más porque mojado parece anuncio de Coca Cola mostrando esos abdominales marcados .

— Con ese cuerpo y esa cara más el aditivo de su fortuna puede ser todo lo distante que quiera y aun así parecerá atractivo— ella sigue embobecida mirándolo, me llevo la cerveza a la boca y tardo en responder .

— Supongo— musito alzando los hombros.

— ¿Supones? ¿Hablas en serio? Dicen que es dueño de media Toscana en Italia, pero le gusta residir en Francia donde tambien es dueño de casi la mitad de la Champagne, posee Viñedos allí — me informa ella entre risas y sin dejar de mirarlo.

— ¿Tan pocas son sus propiedades?— preguntó fingiendo incredulidad y soltando una carcajada que hace reír también a Solange.

— En mis 27 años jamás había visto un hombre tan perfecto, raro ya que trabajo rodeada de modelos. ¿Cómo es que no te sientes atraída Gina?

— Normal, tampoco no es que no sea de carne y hueso— trató de disimular lo que despierta en mi desde la primera vez que nuestros ojos se cruzaron — Coincido esta bueno, pero nada más— murmuro tratando de apagar el gusto creciente que me está quemando. Levanto la vista tratando de ver su rostro y cuando nuestros ojos se cruzan, soy yo la que aparto los ojos muerta de la vergüenza. La felicidad me dura muy poco ya que mi madre calculó todas sus posibilidades al ver que dos de los hombres están solteros. Dora comienza a caminar en mi dirección con rostro enojado. —Deja se beber como marinero borracho y compórtate como una señorita— me regaña entre dientes. Ven pronto para que te integres a la conversación, es evidente que al señor de la marca Zandal le gusta tu hermana, y a eso hay que sacarle partido. Ven conmigo y deja de estar bebiendo por tu cuenta.

Me arrastra a donde se encuentra todo el grupo.

— Señorita Ginna— me saluda Carlos que sonríe abiertamente al verme llegar— es usted muy talentosa, hace muy poco Emi me lo comentaba ya que logro usted llamar su atención y es una tremenda casualidad conocerla por medio de Luc Grossin.

— Muchas gracias, para mi también es un placer conocerlos a todos. —Le estaba diciendo a su hermana Milenne que tienen que acompañarnos la el martes próximo a el desfile de Zandal en Madrid. Me gustaría que Milenne cerrara la pasarela esa noche. Pero su asistencia solo enloquecerá a la prensa hablando de una futura alianza entre sus diseños y nuestra marca.

—Milenne será la modelo más linda de la noche, lo puedo asegurar— interrumpe mi madre. — Mi hija ha arrasado en cuanta pasarela ha pasado. Más de uno ha caído rendido a sus pies pero ella siempre ha sabido manejar la fama. Aunque si le han obsequiado varios diamantes sobre todo un jeque...

—Y eso fue todo—corte rápidamente a mamá evitando que siga dejando en ridículo a mi hermana,— es totalmente cierto que los diamantes son los mayores repelentes del amor y que decir de las rosas . Piedras impersonales que regalan solo los que le falta el valor para hablar de sentimientos reales.

—¿Esto según quien?—increpa Emiliano —Yo creía que no había nada de malo en obsequiar diamantes. —me refuta otra vez participando por primera vez en la conversación desde mi llegada al grupo.

—Si es un anillo de compromiso tal vez pero si se trata de otra cualquier prenda no busca otra cosa que darle de comer a una presa para después cazarla. Tiene que reconocer que los diamantes en casi todo los casos son utilizados como carnadas.

—No coincido con usted, es el comentario más rídiculo que he escuchado acerca de los diamantes, supongo que a usted tampoco le gusten las rosas— expresa con rostro sarcástico. — No me gustan los clichés, solo eso. Pero no es de mí que estamos hablando.

—Entonces supongo que nadie le haya regalado diamantes a Ginna R—se burló

—Supone bien Señor Emiliano.

{***}

Mamá continuó adulando a mis dos hermanas abiertamente en presencia de todos. El señor Emiliano recibió una llamada de trabajo y se alejó del grupo, mientras tanto el señor Carlos entró a la piscina con Duda y Milenne.

Carol junto a su hermana Kathia y su esposo se retiraron a sus habitaciones, se habían excedido tomando sol y se sentían un poco indispuestas. Yo por mi parte estaba aburrida y sin ningún plan en puerta que no fuese huir de los comentarios de mi madre, me retiré la ropa transparente que tapaba mi bikini y convide a Solange a hacer lo mismo. Entramos al agua acercándonos a mi hermana y a sus nuevos amigos. Unos minutos después nos volteamos al sentir al sentir al Sr. Santorini regresar a la alberca.

Trate de no reparar en él, ya que si lo miraba aunque sea una vez mis ojos no querrían dejar de contemplar ese cuerpo trabajado y ese rostro que aún con la expresión más seria no dejaba de ser atractivo.

Duda se le abrazó a su hermano y comenzó a contarme que en su último concierto de piano uso un vestido diseñado por mi y que pronto vería la noticia en las revistas de moda.

— Solo porque era un concierto importante me perdí tu desfile en Francia , tienes que venir con nosotros a España— me dijo muy amistosa.

—La señorita Milenne no ha confirmado, esperaba que usted pueda convencerla de cerrar mi desfile— comenta Carlos Martínez con la mirada prendida en mi hermana.

— Ella de seguro irá— digo sonriéndole a mi hermana, ¿no es así Mila?— mi hermana me asiente, su timidez no la deja reaccionar pero se que está enormemente ilusionada.

— ¿Usted no vendra?— pregunta el dios Ra en tono igualmente serio e inexpresivo.

— Yo tengo compromisos con mi casa de modas, pero trataré de estar allí. — ¿Que planes tenemos para esta noche ?— pregunta Carlos mirando a mi hermana sugerentemente. — Sin dudas podemos hacer algo divertido.

— Hay un nuevo Bar Club en el centro de Vauclese podríamos dar una vuelta—propone Solange aunque dudo que la familia Martínez y menos aún los Santorini acostumbren frecuentar sitios así. — Es de altos estándares— aclara mi amiga.

— El único inconveniente es que a Emi no le gusta visitar ese tipo de sitios— comenta Carlos mirando a su amigo, no sé si para escucharlo decir que no iría o para persuadirlo a acompañarlo.

— A mi hermano tampoco le gusta entrar a las albercas fuera de casa y aquí está disfrutando con nosotros el sol de la campiña francesa. No todo está perdido—interviene Maria Eduarda, y Emiliano la reprende con la mirada.

—Por mi está bien — dice finalmente él alzando los hombros.

{***}

Cerca de las once de la noche estábamos listos para salir al Club. Kathia declinó la invitacion. Así que solo seríamos ocho en total. Carol fue la última en bajar, mientras que en la sala esperábamos Carlos, Duda, mis hermanas y yo. El señor Emiliano no se veía por ningun sitio. No pude dejar de sentir una punzada de decepcion por su ausencia. Aunque sea un antipático que a penas habla su sola presencia llena cualquier sitio.

Al parecer no fui la única que experimentó tal de decepción, ya que Carol continúaba observando a todos lados esperando verlo aparecer.

Salimos de la casa y abordamos los coches. Mis hermanas y yo en mi auto mientras que Solange llevará en su coche a Carlos , Duda y Carol.

Solange🌸:

en línea

[En breve te envío la ubicación. Te ves hermosa Ginna]✅✅

Yo:

[Gracias amiga, tu también]✅✅

Solange🌸:

en línea

[Adelantate, dentro de poco saldré]✅✅

El teléfono vuelve a sonar y reviso viendo que llegó la ubicación. Marco la ruta en el GPS y enciendo el motor del Tesla. Observo al asiento trasero del coche por el espejo retrovisor. Mis hermanas lucen hermosas. Milenne junto a mi en el asiento del copiloto parece lista para subir a una pasarela, Laura lleva un vestido bastante sexys y el maquillaje impecable. Yo por mi parte escogí la seguridad del negro, con un escote generoso en el frente y mangas hasta los codos. La radio suena The Scientist de Coldplay y me relajo pensando en unos ojos azules que no estarán para robarme la paz esta noche.

Veinte minutos más tarde entro al parqueadero del sitio. El Club se ve elegante y bien decorado. No hay muchos coches en el lugar así que no debe estar tan lleno. Bajo del coche alisándome el vestido y cierro el auto, asegurándome de tener en mi pequeño bolso el celular y un labial. Activo el seguro del auto y acomodo la llave también en el bolso. Camino alisándome el vestido y cuando nos disponemos a entrar las cornetas de un auto me hace voltearme. Entran dos autos, en el primero viene Solange con Duda y Carol. El segundo coche que entra es un carrazo de lujo.

En un Aston Martin negro vine conduciendo Emiliano Santorini, acompañado de su amigo. Porque este hombre no se compadece de las mujeres débiles y hace una entrada normal. El corazón me comenzó a latir a mil por horas y no creo poder hacer nada para detenerlo. Los dos autos se detienen, Carol y Maria Eduarda caminan hacia ellos, mientras que Solange se apura en alcanzarnos. Entramos al local sin esperar que nos alcancen.

Tomamos asiento a la izquierda de la pista de baile en un amplio sofá de cuero blanco enorme en forma de “C” y pedimos la primera ronda de bebidas. Ciertamente hay muchas mujeres, pero hombres muy pocos. Eso ubica al dios Ra como el más atractivo del lugar seguido por Carlos. Carol entra con un vestido rojo escarlata que le reafirma todos sus atractivos, pero luce desencajada e incomoda por las características de la prenda. Demasiado diseño y brillo para un lugar, que aunque no esté nada mal, esta ubicado en Vauclese . Vaya que jamás me se me hubiese ocurrido un vestido así para un lugar como este. Ella será la millonaria pero yo soy la diseñadora.

Laura y Duda no tardan en irse a bailar a ritmo de The Weekend, yo me acomodo junto a Solange en un extremo del sofa, cerca de mi está Milenne seguida de un coqueto Carlos , Carol y por último Emiliano. Hablo animada con Solange , ya que mi hermana no tiene ojos para otra cosa que no sea su acompañante. A pesar de ser tremendamente tímida tiene demasiada afinidad con él, y hablan como si fueran viejos amigos.

Carol parece que esta hablando sola, ya que Emi no hace la mínima expresión ante sus palabras, solo está observando hacia dónde su hermana baila en un grupo de varias chicas y chicos. Lo contemplo en silencio como una ladrona robando e su imagen para guardarla en mi memoria. No creo e seudónimo me encuentro nunca mas con un espécimen con tal belleza masculina. Suena Ed Sheeran y los próximos en ir a bailar son Mila y Carlos . La hermana de este se pone de pie y ofrece su mano a Ra prácticamente obligándolo a levantarse y acompañarla al centro de la pista. Le rodea el cuello con las manos, y no puedo negarme a mi misma que estoy verde de envidia, cosa que se podría confundir con celos .

Solo restamos Solange y yo sin bailar . Un chico se acerca e invita a amiga y quedó sola en espera que regresen. Sigo bebiendo chupito a tranquilamente y de vez en cuando me torturo observando como Carol intenta restregarse contra el cuerpo de Ra.

Cuando concluye la canción regresan Carol y Emi, también Duda y Solange. Un hombre se acerca y me pregunta si sé bailar salsa. Doy una respuesta afirmativa y voy al centro de la pista a bailar al ritmo de Salsa en la voz espectacular de Marc Antony.

La noche continúa y es más que claro que Carlos está muy interesado en mi hermana. Laura no han dejado de bailar un segundo, mientras que Carol y Emiliano Santorini lucen realmenge aburridos. Me excuso para ir al tocador y Solange me sigue a pocos pasos. Después de varios minutos donde me retoco el maquillaje vuelvo junto a mi amiga. A un lado de la barra estan los dos hombres que nos acompañan hablando. Yo estaba lo bastante cerca como para oír una conversación entre ellos.

—Ven Emiliano tienes que bailar— dijo el rubio— No soportó verte ahí solo y con esa estupida actitud. Solo tú podrías soportar a Carol en una noche cómo está.

—No lo haré, sabes que lo detesto, a menos que lo haga por sentirme a gusto y complacer a mi pareja. Ya baile con tu hermana, a la cual los zapatos la están matando. Bailar con cualquier otra mujer de este salón más que agradable, para mí sería como un castigo.

—No debería ser tan exigente y quisquilloso— se queja Carlos— Es un maldito baile, no te pido que te acuestes con nadie. —¡ Por lo que más quieras! Intenta divertirte, hay varias chicas hermosas aquí que seguro serán excelente compañía.

— Tu estás bailando con la chica que te interesa, por eso todas te parecen hermosas. —espeta Emiliano tratando de safarse de la insistencia de su amigo mirando en la dirección donde esta mi hermana Milenne .

— Ella es una criatura más hermosa que he visto en mi vida. Es una cosita deliciosa — el rostro de Carlos se ilumina mirando a Mila— Pero su hermana Ginna es muy hermosa y agradable. Deja que regrese de los servicios y la invitas a bailar. La pasarás estupendo — Emiliano niega con la cabeza, me busca con la vista y no me encuentra.

— No— infoema— aunque fuera la última mujer en esta discoteca bailaría con ella. Me equivoqué, no es lo suficientemente bonita como creía. Es mejor que vuelvas con cosita deliciosa y la disfrutes. No sigas perdiendo el tiempo conmigo.

Carlos volvió con mi hermana rápidamente . Al voltearse de frente Emiliano se topó con mis ojos, cambió la vista y continuó su camino. Él sabía que lo había escuchado, y Solange estaba detrás de mi como para hacer más grade mi rídiculo agregándome publico.

Ese estúpido es un cretino. Así que no soy lo suficientemente bonita. Vaya patan antipático y engreído que es. Es un mal nacido desagradable. Todo lo que tiene de guapo lo tiene también de imbecil. Para herir mi amor propio de esa manera hubiere preferido que no viniera y no dañara la imagen platónica que tenía de él. Solange también alcanzó a oír la conversación y se me acerca dándome ánimos.

—Tranquila Gina , te dije esta tarde que ese tipo de hombre es inalcanzable para nosotras

—No bailaría con ese estupido ni por todo el imperio de moda que se carga. Por mi se puede ir por donde vino con su maldiga arrogancia.

Solange comienza reír y regresamos al Sofá. Ya Emiliano estaba en su sitio. Esta vez faltaba Carol que no se ve por los alrededores, talves fue su turno para ir al baño. Tomamos asiento y observamos la pista. Las chicas continúan bailando y Milenne y Carlos se mueven despacio al ritmo de la música.

El chico que había invitado a Solange anteriormente viendo por ella pero antes de marcharse ella apunta a Milenne y a Carlos y se aleja diciendo — Hacen una hermosísima pareja— yo asiento aún enojada por el comentario de Emiliano hacia a mi, aunque reconozco que es ridiculo. Desde que supe quien era cambie el modo de verlo, ya que ese tipo de hombres no son para una pobre mortal como yo.

— No sabría qué decirle— me cometa respondiendo a la observación que hizo Solange antes de marcharse y yo lo miro asombrada de que me dirija la palabra. —Despues que me dijo que no le gustaban ni las flores ni los diamantes— continúa— exactamente lo que dijo fue que al amor lo mataban estos detalles. Tendria que preguntarle, ¿Qué cree que tenga que hacer mi amigo para enamorar a su hermana?

— Yo diría que bailar, pero eso ya lo está haciendo y muy bien. ¿No lo crees así Emiliano ? —él no responde y sonrió después de morderme los labios con su vista puesta en ellos—. Te invitaría a bailar, pero aún no soy la última mujer aquí— termino la frase y camino a la pista de baile feliz de haber obtenido mi pequeña venganza ante el orgulloso Emiliano Santorini.

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