Capítulo III

Narra Zafiro

Me escondí detrás de unos arbustos. Estaba lista para atacar a mi presa el cual era un magnífico venado, espere un momento solo para asegurarme de hacerlo en el momento indicado. No paso mucho tiempo cuando ataque a mi presa, mordí fuertemente su cuello asfixiandolo por completo, el animal cayó al suelo poco después. Pase mi lengua para saborear su sangre que había quedado en mi hocico.

Buen trabajo Elle—le dije a mi loba interna, cuando me transformaba ella era quien tomaba el control.

Los demás cazadores se acercaron y vieron a la presa, todos aullaron en celebración de los alimentos que tendría nuestra manada. Hoy habíamos tenido una buena caceria, entre ellas: ocho jabalí, diez conejos de monte y tres venados. En ese momento, tomamos nuestra forma humana, para llevar la comida hasta nuestra comunidad. Acomodé mi chaqueta, y caminé por el bosque con los demás quienes cargaban los alimentos.

—Buen trabajo hermana—me dijo Fabián mi hermano mayor quien era cazador también acercándose a mi.

—Tu también hiciste un buen trabajo—lo felicité.

—Si, pero todos saben que mi hermanita es mejor que yo—agregó.

Sonreí y seguimos nuestro caminar. Poco después llegamos a nuestro hogar, donde los omegas se encargarían de los alimentos. Mañana seria la visita del alfa de los centellas. Así que mi padre se esmeraba por tener todo listo para su llegada. Luego  me fui a mi habitación, pasé ahí toda la tarde leyendo un libro. 

Horas después escuché golpes en mi puerta.

—Adelante— respondí dejando el libro que estaba leyendo a un lado.

—Señorita, le llegó está carta—me dijo Penélope.

Me puse de pie y lo tomé.

—Gracias—le agradecí.

Cuando se fue la abrí.

Quiero divertirme un poco esta noche antes del alboroto de mañana. Iré a la ciudad, si quieres ir te espero en el mismo lugar de siempre.

Jeremías.

Sabía perfectamente a que se refería, ambos estábamos a punto de cumplir la edad adulta de nuestra especie ( seria como ser mayores de edad en los humanos). En ocasiones nos escapábamos al mundo exterior donde la civilización humana estaba. La primera vez que lo conocí me quede asombrada por las luces, la tecnología y la manera de divertirse en dichos lugares donde la gente bebía y baila hasta cansarse. Jeremías y yo éramos más que amantes, éramos amigos y compartíamos nuestros secretos, y fantasías. Fue gracias a estos lugares que mi mente se abrió y cambié de perspectiva a lo que nuestro modo de vivir se refería.

Estaba orgullosa de pertenecer a mi especie, solo que sentía que algunas cosas realmente antiguas y absurdas podían cambiar. Aunque sabía que mis pensamientos nunca lo tomarían en cuenta, así que me bastaba continuar disfrutando de los placeres que el mundo exterior me daba. En esa noche, me escape sin que nadie me viera como tantas veces lo había hecho. Llegué a una parte solitaria del bosque donde me encontraría con Jeremías. Cuando llegue él ya estaba ahí. Caminamos en nuestra forma humana por el bosque hasta llegar a la carretera, donde siempre esperábamos que algún vehículo nos llevaría hasta la ciudad, que quedaba a pocos kilómetros de ahí, al regresar hacíamos lo mismo. No podíamos arriesgarnos en irnos corriendo transformados, ya que no podíamos pisar territorio de otras manadas en esa forma.

Poco después un auto se detuvo y nos llevó. Pronto  nos encontrabamos frente al club  noche azul donde humanos y hombres lobos "rebeldes "se divertían de muchas formas, siempre cuidando que nuestra identidad y especie no fuera descubierto por los humanos que visitaban ese lugar. Con nuestro olfato podiamos saber quién era humano y quien no. Cada lobo tenía un olor único que nos identificaba.

 Poco después ingresamos y de inmediato comenzamos a divertirnos, bailamos y bebimos un poco, ya que  el alcohol no era bueno para nosotros.

—Ahora regreso—dijo Jeremías olfateando algo y dejándome ahi sola.

No sabía que había olido, pero no le di mucha importancia. Continúe bailando yo sola al ritmo de la música pop. Muy cerca de mi habia un chico castaño que me veía fijamente, estaba bailando con un mujer pero sus ojos estaban sobre mi. Comencé a bailar muy sensual, solo para llamar su atención, desde mi lugar podia olor su aroma, era una simple humano, pero mi objetivo era divertirme esta noche ya sea con él o con otra persona.  Pero de repente Sentí a Elle resolverse como si estuviera  inquieta y desesperada.

 

—¿Qué pasa?—le pregunte mentalmente.

—Él está aqui—me dijo como queriendo salir corriendo a buscarlo.

—¿A quien te refieres?—le pregunte.

—A nuestro mate, él esta aqui en este lugar ¿Acaso no lo hueles?—preguntó enojada—. Ven vamos a buscarlo—dije tomando posición de mi cuerpo, y saliendo de la pista de baile a un lugar mas alejado de la música.

—Demonios Elle, odio cuando haces eso. No ves que estaba a punto de divertirme—le cuestione a regañadientes.

—Es más importante encontrarlo que una simple aventura—me respondió también enojada.

Era la primera vez que no estábamos de acuerdo con algo. No comprendía su desesperación, mi deseo nunca ha sido encontrar mi alma gemela, quería seguir divirtiendome a manera que estar atada de por vida a alguien.

Me apoye a una pared, para detener mi propio cuerpo, no obstante un fuerte olor a césped fresco invadió mi nariz. De repente sentí que alguien me tomaba del brazo fuertemente, de repente estaba en el pecho de este sujeto. Dirigí mi vista hacia esta persona, su rostro estaba muy cerca del mio, se trataba de un hombre realmente atractivo de cabello negro vestido con ropa del mismo color que lo hacía ver misterioso, el olor a césped venía de él. Me sentí en una especie de trance donde no pude moverme.

Él me miraba con un brillo especial en sus ojos los cuales cambiaron de cafe a azules, debía ser su lobo quien estaba presente.

—Por fin te encontré mi luna—pronunció besándome sin dejar que yo respondiera.

Por alguna razón no pude resistirme, no  podía echarle la culpa a Elle por dejarse llevar porque en esta ocasión yo también colabore. Sus labios y manera de besarme solo encendió el fuego en mi interior. Sentí la adrenalina correr por mis venas y a Elle dominando el momento.Sin embargo, pude reaccionar poco después y me pude apartar de él, mi corazón latía mas rápido de lo normal, parecía que saldría de mi cuerpo.

—¿Quien eres?—pregunte. Saliendo de mi trance.

—Mi nombre es Caín—dijo  acercardose a mi de nuevo, pero cuando lo hizo di pasos atrás—. ¿Qué pasa no te alegras que nos hallamos encontrado? —preguntó un poco confundido.

Iba a responderle con un "no" pero Elle lo evitó.

—¡Deja de hacer eso!—le reproche mentalmente porque no me gustaba que me detuviera.

—¡Tu deja de evitar lo inevitable!—me respondió molesta.

Sentía rabia por su terquedad y atrevimiento de responderme.  Como pude saqué toda mi energía y salí corriendo del club, pero sentí una sensación extraña en mi  cuerpo como un leve ardor en mi espalda. Cuando llegué al exterior pude sentir el aire fresco, pero el ardor en mi espalda aumentó un poco, hice un gesto de dolor. Me llevé la mano por detrás para poder alcanzarme, pero no pude.

—¡Mi luna, ¿Que te pasa?!—escuche  su voz acercándose a mi, pero salió acompañado de tres personas más, por sus aromas pude confirmar que eran lobos.

No pude responder nada, sentía mi cuerpo estremecerse, y lo peor aún Elle estaba callada, era como si hubiese desaparecido.

—¡Zafiro ¿Estas bien?!—escuche poco después la voz de Jeremías quien se acercó a mi.

—Si, solo llevame a casa—le dije sintiendo que el dolor iba disminuyendo. 

—Si por supuesto, Enrique nos llevará—dijo refiriéndose a otro lobo que estaba junto a él, pensé que seguramente era su amante. Jeremía tenía una orientación sexual oculta diferente, algo que nuestra comunidad no era bien aceptado( le gustaba machos y hembras).

—¡Espera un momento, el deber de llevarte es mio. Tu me perteneces!—exclamó de repente  Caín. Sosteniéndome del brazo con fuerza, lo miré a los ojos los cuales lucían con rabia.

—Te equivocas, no te pertenezco—le dije soltandome.

Su expresión cambió a una más molesta, quizás nunca se imaginó que cuando me encontrará lo rechazaría. Normalmente al momento que una alma gemela se encuentra todo es color de rosa, pero en este caso no era asi, por lo menos de mi parte no.

—¡¿Que demonios dices? Tu eres mi luna y vendrás conmigo aunque no quieras! —exclamó posesivamente.

En ese momento otro lobo se acercó y lo apartó de mi.

—Calmate Caín, recuerda que estamos en el lugar humano—le dijo colocándose frente a él. Por su porte y tono de voz deduje que era su beta—. Déjala que se vaya..por lo menos en esta ocasión—agregó.

Caía, transpiraba agitadamente. Se veía furioso, Pero su actitud no me dio miedo. 

—De acuerdo—comentó Caín—. Pero seras mia aunque no quieras—dijo eso último mirándome como una amenaza.

—Eso ya lo veremos—le dije retandolo.

Él me iba a responder pero su beta lo detuvo. Poco después ingresé al auto con Jeremías y su amigo. Mientras  me marchaba miré por la ventanilla. Caían se veía realmente molesto, pero eso no me importó, aunque pude sentir algo por él al momento que nos besamos, pero no estaba dispuesta a cumplir con los designios de la diosa luna aunque esto me provocará consecuencias fatales.

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