1. Sin empleo .

Una vez más estaba completando papeles para poder ser aceptada en algún trabajo normal para dejar atrás aquel bar que tantos malos ratos le tocaban pasar, pero parecía algo imposible. Cada día que le decían que la llamarían, todavía seguía pensando que jamás saldría de ese lugar y que ella pertenecía a ese sitio. No podía ocultar las cachetadas que la vida le estaban dando, y como ella intentaba como siempre pararse y seguir. Tal vez presentía que estaba para algo más grande y no iba a dejarse derrotar por la mala suerte del destino. Sin parar de sonreír se juró no darse por vencida y seguir buscando algún empleo.

Ese día tan nublado, aquel marzo a la mañana temprano caminando con el periódico en la mano, mira un edificio enorme frente a sus ojos y brilloso. Algo por dentro le decía que se arriesgue. Volvió su mirada a las hojas que tenía en sus manos, y respiro profundo.

Mueve su cabeza y se pone bien derecha — No seas cobarde es tu oportunidad, Sam —se decía a si misma.

Cierra y abre sus ojos buscando tranquilidad. Era su último lugar donde debía presentar los papeles para poder ser aceptada, aunque el lugar era refinado nada la frenaba para seguir en busca de su nueva vida, era su última oportunidad y eso ya lo sabía. Se acomoda su camisa blanca algo ajustada a su cuerpo, su jeans, y su cabello cayendo por sus hombros. Miró al cielo, y camino hacia la entrada del gran edificio.

Se quedo hipnotizada por los lujos de ese lugar. El paraíso de sus sueños, todo de cristal bien limpio y muchas personas conversando, pasándose hojas y sonriendo mientras que otras bebían café caliente. Todo era en cámara lenta, la recepción parecía sacada de una película, llena de plantas a su alrededor y toda la decoración impecable. Observa hacía arriba y ve que aún los pisos seguían pero una voz hizo que saliera de sus pensamientos —Señorita, ¿necesita algo? —le preguntan por detrás.

Se sobresalta al escuchar que alguien le hablaba —Sí, venía por el empleo — responde cortante.

Extiende su mano esperando que le alcance la carpeta que la mujer llevaba bajo su brazo —Gracias — dice sonriendo.

Sabía que venía a la entrevista, los nervios estaban ganándole como nunca y su garganta se le estaba secando sin encontrar la tranquilidad. Mueve sus pies al ver que esa mujer que recibió los papeles se fue a una oficina, no buscaba nada más que un simple empleo y no importaba de que sea sólo necesitaba salirse de su empleo nocturno. Rápidamente sigue moviendo sus piernas, golpea su taco contra el suelo esperando a ser atendida o rechazada por la persona que estaba detrás de aquella puerta y eso le asustaba más. De repente, la puerta se abre y sale la misma mujer.—Puedes entrar —dice haciéndose a un lado para ingrese.

Respira otra vez profundamente,  traga saliva y planta una simple sonrisa —Con permiso — dice con su voz temblorosa.

La persona que estaba frente a ella tenía el rostro cubierto por la carpeta que estaba leyendo, sin dejarse ver por completo y lo baja para observarla. 

Se queda mirando aquel hombre que con una mirada recorre todo su cuerpo, pero no encontraba nada más que frialdad en su rostro y eso le causo extraño. Ese sujeto de traje sentado frente a ella era una especie de hielo, y nada más. Pero dejó de mirarlo para concentrarse en lo que había ido a esa oficina.

— ¿Pretendes ser aceptada sin tener experiencia? — pregunta mirándola.

Levanta sus hombros aún parada frente a ese hombre —Eso creo —dice apenada y a la vez avergonzada.

Cierra la carpeta y golpea varias veces los papeles — Debo pedirte que te retires, mi empresa necesita personas con experiencia y no principiantes — dice serio.

No le quedo otra cosa más que responder — Idiota —dice saliendo de esa oficina.

Una vez más fue rechazada por un hombre poderoso que todo lo solucionaba con crueldad. Salió de ese lugar tan silenciosa como vino, no le quedaron palabras para explicar como se sentía ese día pero al recorren tantos lugares y al no ser aceptada en ninguno no le quedo otra cosa que volver a su antiguo empleo. Le tocó volver a bailar para ganar dinero y debía soportar las reglas del lugar como siempre ocurrió. Quizás estaba equivocada, su vida no pertenecía al trabajo normal sino a la miseria del negocio de la noche y nada podía cambiar .

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo