CAPÍTULO 7. VERDADES

Mi padre me observa inexpresivo esperando una respuesta. Seré breve conciso  y directo.

—No Papá, no voy a golpear a Dom y si, estoy molesto pero, no porque me dice las cosas sino; porque ella me botó como un trapo sucio y ahora regresa fresca diciéndome  que debo perdonarla: eso no es fácil. Lo que no tengo claro es: ¿Qué pretenden ustedes que haga? ¿Besarla? ¿Abrazarla? ¿Tratarla como si nada hubiese pasado? – padre me mira comprensivo, se que entiende perfectamente mi punto y yo a ellos pero tengo este sentimiento de rechazo hacia ella y creo que es muy pronto para intentar  siquiera  acercarme.

—¡Sabes que siempre te apoyaré en todo lo que sea necesario  y mas! Pero; por los momentos debes pensar en tu hija y no en ti,  es lo negativo de crecer cariño, debes priorizar y a veces tu valor debe quedar en ultimo puesto – aprieto los puños a mis costados, trato de no llorar pero mis lágrimas se sublevan y salen sin permiso.

—¡Es duro! – hablo entre dientes.

—¡Lo sé hijo! Pero ya a este nivel has superado mucho  y me gustaría  que siguieras firme en eso: en superarlo todo. Tu éxito en la vida depende de ello aunque se escuche como un cliché –

esta vez el dolor atravesó mis huesos y caí de rodillas con los puños en el piso, mis lagrimas lo mojaban.

Se que esto va a pasar y no tiene nada que ver con perdonarla, nunca podría odiarla solo que en este momento no se como manejar el dolor que me lacera por dentro ya que aún se refleja por fuera, mi padre se arrodilla y me abraza tratando de consolarme y los sollozos de Dom no tardaron en escucharse. Esa el la parte que me alienta, mi familia siempre me acompaña y esta conmigo en las buenas y las malas, aunque mi padre es estricto y castiga con vara: nos ama inmenso y siempre a priorizado la unión entre nosotros. Siempre lo ha dicho: la familia es primero.

Por esa razón lo entiendo y haré todo lo  que se encuentre a mi alcance para que mi hija nazca fuerte y sana como su padre, respecto a Sonya… ese es otro tema que no tengo idea de como afrontar. Por lo pronto: Madurez y crecimiento personal aunque duela y me sienta como la mierda.

Sentado frente a la cama donde yace mi esposa dormida profundamente la observo detenidamente y me pregunto ¿Qué  pensará? ¿Por qué no me creyó? ¿Será que no me conoce lo suficiente? Porque ella es impredecible pero; yo no.  Pensé  que me conocía sin embargo, todo esto me corrobora que es incapaz de ver mas allá de sus pestañas, que no le interesa nadie mas que ella  misma. Duele como el infierno pero, es la verdad.

Se revuelve en la cama y se queja, llora y suspira, esta soñando. Tomo mi cabeza entre mis manos porque no tengo idea de donde va a parar todo esto pero yo particularmente pienso seguir adelante con “mi familia", debo hacerlo a menos que quiera una buena tunda de parte de mi padre. ¿No?

—¡Hola! – susurró y esa sola palbra me calentó el cuerpo de una manera que nunca había  sentido.

—¡Hola! ¿Cómo te sientes? – se sentó recostada a las almohada y se encogió de hombros en actitud sumisa.

—¡Bien! Eso creo, la bebé se mueve mucho – una lagrima recorrió su mejilla.

—Si bueno… creo que ya no cabe ahí – le dije y me miró a los ojos buscando algo que no encontró.

Y por lo pronto no lo encontrara ya que me encuentro bloqueado porque la ultima vez que hablamos y yo como un idiota quise arreglar las cosas; ella me salió  con el mal chiste de la clave de la tarjeta. En ese momento no solo mi corazón se rompió en mil pedazos sino que algo en nuestra relación se fracturó. No voy a decir que jamás volveré con ella pero por ahora mi razón se encuentra nublada por el dolor.

Sin embargo estoy dispuesto a no proporcionarle más sufrimiento ya que mi hija lo siente también, como dijo mi padre ya he superado muchas cosas y en estos ultimos meses he podido darme cuenta que no es el amor quien apesta ; somos las personas las que hacemos imposible su función  correcta.  No soy un filosofo y menos que menos psicologo pero, todo esto es una secuela del maltrato a Sonya de parte de su madre.

Cuando su padre llegó una semana después a verme supe que Lucressia Fantini es una de las peores personas que conozco ya que si no quiere a su propia hija es incapaz de sentir algo por alguien mas y eso incluye a Jano Cabaliery.

—¡Yo! Quiero que hablemos por favor – lloró de nuevo y me observo esperando mi respuesta.

—No te preocupes ahora por eso, hay cosas que tienen más peso y en lo que debemos  centrarnos – me arde el pecho y siento que las lagrimas abandonaran mis ojos en cualquier momento.

—Pero igual no puedo dormir, Alma Nathalia solo se tranquiliza contigo porque tú le hablas y se duerme o se… - no pudo continuar el llanto  no se lo permitió, las lágrimas  ya rodaban  por mis mejillas.

Sorbí por la nariz mientras trataba de guardar la compostura, no quiero romperme delante de ella, no deseo que sepa lo que aún hace en mi porque el dolor no solo continúa, sino que lastima, lacera y hunde mas y mas su ponzoña.

—Por ahora descansa y come algo, son las seis de la tarde, has dormido mucho tiempo sin alimento – le recordé  como un padre a su hija cuando escuché gruñir su estómago.

—No tengo hambre – me susurró prácticamente.

—¡Oh claro que si! Acabo de escuchar tu estómago – le dije con un dejo de diversión a pesar de mi tristeza mientras me levantaba del sillón para salir hacia la cocina.

—¡No es cierto! ¡No tengo apetito porque estoy triste! – me gritó.

—¿Y es culpa de quien? – pregunté calmado.

—¡¡Tuya por supuesto!! ¡Ya no me amas! – y ese fue  el detonante, aunque jure no hacerla sufrir no pude contener mi dolor al percibir la exigencia en sus palabras.

—¿En serio Sonya? – me giré lentamente  —¿No te amo? – ella se irguió en la cama ¿Me esta desafiando? Me importa una mierda — ¿Y tu a mi si? ¿Después que me trataste como una mierda? – aún mi voz era baja pero peligrosamente temblorosa — ¿Después que me arrastré y te supliqué de mil maneras posibles para explicarte la situación? ¿Y tu que hiciste cariño? – mis manos estaban tan apretadas que las uñas me lastimaban las palmas.

Su labio inferior temblaba y lloraba en silencio tratando  infructuosamente de detener los sollozos. Esta mujer es tan soberbia que no se permite acarrear con sus propios errores. Sabe que falló,  sabe que me hirió de muerte y aun así  me culpa de ello. ¡Increíble!

—¡¡Yo no sabía, todo te culpaba!! – gritaba ahogada en llanto.

—¡¿Y tu amor por mi donde demonios se metió?! Yo no te hubiese tratado así. ¡¡Jamás, jamás  me hubiese burlado de ti! Me has lastimado tanto que ahora no se que hacer con este maldito dolor – palideció, tapo su boca con la mano derecha pero no contuvo el vómito, devolvió en el piso cuando giró a la izquierda.

—¡Perdón, lo siento tanto! – me gritó y devolvió una segunda vez. Hacia mucho esfuerzo y se sostenía el vientre. Me asusté.

—¡Sonya! ¡Sonya! Cariño cálmate  por favor – negaba con la cabeza y me empujaba cuando intentaba tomarla en mis brazos.

—¡Vete! Por favor vete, tu no deseas estar aquí por fa… - las arcadas no la dejaron terminar y me fui a buscar a alguien.

Al llegar al recibo todos me miran y Dom, junto Nathalie  se levantan  de los sillones como resortes y corrieron a la habitación. Mi padre se acerca y coloca su mano en mi hombro Ethan no resiste y me abraza porque sabe que me romperé en cualquier momento.

No se controlar este montón de emociones que se abalanzan sobre mi como si  de un Tsunami se tratara, no tengo idea de que sucederá

con mi vida y la de mi familia si no logro estabilizar mis sentimientos y soportar los altibajos que me llevan al limite.

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