El primer beso
—¡Bienvenida a casa, princesa! —expresó Hope con toda la emoción y felicidad. Aunque también tenía preocupación.
Cuando Daphne le había llamado para avisarle que volvía a la ciudad, su corazón se estrujó, pues temía que la gente que se llevó a Isaac aún la tuviera en la mira.
—Gracias, te eché tanto de menos —sollozó Daphne y se acomodó en los brazos de su madre como si fuera una esponjosa y tierna gatita.
—Nunca dejé de extrañarte, hija, nuestra casa y nuestra mesa se sentía tan vacía sin ti —dijo Hope cerrando los ojos y dejando que las lágrimas corrieran libres por sus mejillas.
Entre tanto, Blake y Connor se miraron.
—¿Es seguro volver? —preguntó, estando a una distancia prudente de las mujeres.
—Realmente no lo sé, Blake, pero si puedo asegurarte que no permitiré que a Daphne le suceda algo —aseguró.
—Me parece bien, haré exactamente lo mismo —convino Blake—. Será mejor que volvamos a casa —añadió.
Connor estuvo de acuerdo, aunque estuvieran en un hangar pr