Es un problema para nosotros

Alaia

—¿En qué puedo ayudarle? —digo cruzándome de brazos sin demostrar emoción alguna.

—Bueno, hay muchas cosas que podrían hacer por mí —mira entre mi madre y yo, a lo que ambas levantamos el mentón y nos cruzamos de brazos.

—Pero por ahora, quiero que sepas que estoy enterado de que tú y mi nieto estaban casados y vivían juntos —su semblante es serio y no sé qué lo llevo a descubrirlo, mi madre inhala y puedo ver que le ha sorprendido la noticia mientras el hombre continúa:

—Afortunadamente, pudo rectificar a tiempo, no digo que no hay nada de malo en tener esposa y amante, créeme, lo digo por experiencia —afirma riendo y mira a sus hombres—, cuando me entere de su matrimonio y de que tenía una relación paralela con Bárbara, llegue a entender a mi nieto —ríe de su chiste interno, yo no le veo la gracia. No puedo evitar la desazón en mi pecho al recordar la imagen de él casándose con su amante—; sin embargo, se acercaba el momento para que mi nieto tome las riendas de la compañía, no podía permitir que la situación continuara, entonces… le di dos opciones a Nick: le ofrecí continuar contigo manteniendo su matrimonio y seguir viviendo en ese apartamento en el que vivían, por supuesto perdería los beneficios y el acceso a nuestro dinero —hace una pausa—, o… se decidía por Bárbara y con ella tendría las compañías y seguiría disfrutando de toda nuestra fortuna y ¿Qué crees? El chico listo prefirió el dinero —sonríe, me observa esperando mi reacción y permanezco impasible aunque sus palabras sean como dagas, no le daré el gusto de verme mal y menos por su nieto.

—¿Eso era todo lo que tenía que decir? —cuestiono manteniendo mi gesto.

—No, por supuesto que no, no habría venido hasta aquí para ponerte al tanto de algo de lo cual tarde o temprano ibas a enterarte —sacude su mano—. Vayamos al punto, cómo sabes tengo una boda a la cual volver.

—Adelante, no queremos robarle más de su valioso tiempo —digo con Ironía.

Su risa oscura se vuelve a escuchar.

Su teléfono anuncia una llamada y él la toma, mi estómago se revuelve al escuchar la voz de Nick en altavoz.

—Hijo —habla.

“Abuelo, ¿ya lo resolviste?” Cuestiona y el hombre mayor me mira.

—Estoy en ello, no debes preocuparte, eso se resolverá hoy, podrás irte de luna de miel sin preocupaciones —afirma su abuelo.

No entiendo de lo que hablan, pero mi tolerancia ya está en el límite, escuchar a Nick no es algo que necesito ahora.

“No tardes” Nick ríe de algo que una voz femenina dice.

—Estaré ahí, en menos de lo que piensas —responde el hombre mayor.

“Bien te esperamos” cortan la llamada.

—Creo que lo mejor es que se vaya, señor —ya escuché suficiente y no tengo por qué seguir soportando a una persona como él en mi casa.

—No, no linda espera, no he terminado, el asunto que me ha traído aquí es que casualmente hoy —se camina un poco —me he enterado de que estás embarazada —me fija e intento disimular el impacto que me producen sus palabras —, tengo el resultado de la prueba aquí —dice antes de que pueda negarlo —toma una hoja de su bolsillo y puedo ver el membrete del hospital en un extremo, mi madre camina rápidamente para arrancarlo de la mano del hombre, aprovecho la distracción para tragar el nudo en mi garganta, mi madre lee y me mira asustada, le digo lo siento en silencio y ella vuelve a mi lado, aunque su rostro ha perdido color.

—Tu embarazo es un problema para nosotros, como verás, un hijo fuera del reciente matrimonio pondría nuestra familia en boca de todos y el escándalo nos afectaría en más de una manera, por lo tanto, vengo a “persuadirte”—hace las comillas con sus dedos y mira a sus hombres quienes muestran las armas en sus pantalones —, para que interrumpas tu embarazo —lo dice con tal frialdad que se me revuelve el estómago—, piensa en que esta decisión puede beneficiarte, un hijo a tu edad arruinaría tu futuro, tus planes y para el tiempo que llevas de embarazo el nivel de riesgo es mínimo —asegura y me siento asqueada ahora entiendo a lo que se refería Nick en la llamada, mi madre se tensa, tomo su mano sin dejar de mirar al hombre frente a nosotras.

Un silencio se hace en la sala, estoy segura de que esto es solo el comienzo, si me niego, debo proteger a mis bebés de Nick y de su abuelo, mi madre me mira con una pregunta dibujada en su rostro.

—Sabe… señor Garnett, estoy de acuerdo con usted, un embarazo a mi edad solo interferiría en mis planes y no quiero que nada me una a Nick, mucho menos ahora que sé la verdad —los ojos de mi madre se abren de par en par mientras el hombre asiente satisfecho.

—Imagino que la persona que le proporciono mi resultado de la prueba de embarazo, no le informó que esta mañana fui a practicarme un aborto —hablo con seguridad.

—¡Alaia, hija! ¡¿qué estás diciendo?! —mi madre se lleva las manos a la boca.

—Mamá, lo siento, pero fue mi decisión —muestro una gran convicción, necesito verme creíble, le ayudo a sentarse y busco un vaso con agua, el cual le ayudo a beber, se ve muy impactada con la falsa noticia.

—Bien, después de todo eres una chica lista, también —Killian se ve animado—, entonces no te importara que me asegure de que tus palabras son ciertas —afirma mirándome con sospecha.

—Adelante —le digo segura poniéndome de pie.

El hombre mayor le hace una señal a uno de sus guardaespaldas, este asiente tomando su teléfono y lleva sus pasos fuera de la casa, el hombre me observa fijamente y vuelvo a estar pendiente de mi madre.

—Lo siento, mamá —le digo y ella asiente.

—Es verdad, señor —asegura el hombre volviendo a la casa, le muestra algo en su teléfono.

—¡Perfecto! —habla complacido—, es evidente que ya no hay nada que me detenga aquí, seguramente no volveremos a vernos en un futuro, lo que es una lástima —me mira de pies a cabeza.

—¡Usted es un cerdo! —mi madre grita después de abofetearlo, la acción nos toma a todos por sorpresa, el hombre se pone rojo mientras toca su rostro, sus acompañantes se mueven para acercarse a mi madre.

—¡No se atreva a tocarla! —hablo alejándola de ellos, puedo sentirla temblar.

—Tranquilos —Killian los detiene—, déjenlas, me agradan las mujeres con carácter —nos mira durante algunos segundos y ríe—vámonos —se gira y salen de la casa.

—Por Dios, ¿Qué está pasando Alaia? —mi madre toma su frente y camina de un lado a otro.

—Mamá… —digo; sin embargo, escuchamos que llaman a la puerta y voy a abrir, Cedric se apresura a entrar y lo abrazo, apenas la puerta se cierra.

—Gracias —digo, debí pensar rápido, hace un rato cuando lo vi acercándose a la casa justo en el momento en el que le asegure al abuelo de Nick que me deshice de mis bebés, solo esperaba que mi amigo entendiera lo que estaba haciendo.

—¿Estás bien?, espero haber sido de ayuda, apenas escuche lo que le dijiste al abuelo de Nick, llamé a mi padre y le pedí que haga el registro de un aborto realizado hoy en tu health record, le dije que era de vida o muerte —explica.

—No quiero que tu padre tenga problemas por ayudarme y dar información falsa—digo preocupada y lo llevo a la sala, mi madre nos escucha, se ve completamente perdida.

—Puedes estar tranquila, no tendrá problemas, el registro permanecerá durante unos días, después podrá eliminarlo y todo volverá a estar en orden.

—Gracias —tomo sus manos, él besa mi cabeza.

—¿Alguien me puede explicar que es lo que está pasando? —mi madre camina de un lado a otro.

—Mamá, siéntate por favor —comienzo a hablar con sinceridad acerca de mi relación con Nick, puedo ver que se molesta cuando le hablo de que me pidió el divorcio y de que hoy, solo una semana después, está contrayendo matrimonio con otra, también le explico de mi embarazo y de que no aborté, solo mentí para proteger a mis bebés. Su cara de sorpresa cuando le digo que serán dos, no tiene precio.

—Tenía que hacerlo mamá, estoy segura de que ellos no iban a dejarnos en paz, Cedric y su padre me ayudaron para que todo parezca real, mis bebés están a salvo —toco mi abdomen.

—Hija, debes entenderme todo esto, me ha tomado por sorpresa, debo digerir todas estas noticias, Dios mío, seré abuela, soy muy joven —musita cubriendo su rostro, inevitablemente Cedric y yo reímos —, gracias hijo —se dirige a Cedric y él asiente.

—Está bien, puedo entenderte —tomo sus manos.

—Respetaré tus decisiones, hija —se ve pensativa—, tu vida cambiará de ahora en adelante, pero me aseguraré de estar aquí para ti en todo lo que necesites, acabas de enterarte de qué serás madre y ya estás protegiendo a tus hijos, no voy a cuestionarte mi niña —palmea mis manos y me acerco a abrazarla.

—Te quiero mamá.

—Yo a ti, mi niña, no tienes idea de cuanto, esto es… debes hablar con Patrick —da un respingo y me mira, inmediatamente mi respiración se corta, al recordar que debo darle la noticia a mi padre y no sé cómo lo tomará, debo prepararme para hablar con él, vendrá dentro de un par de días.

Mi madre prepara la cena, para nosotros, mientras mi mente da vueltas recordando las palabras de Killian Garnett.

—Gracias, estaba delicioso, Paula, debo irme, solo venía a dejar tu auto Ali, viajaré a San francisco mañana muy temprano, iré a completar los papeles de mi graduación —Cedric se pone de pie para despedirse de mi madre, quien le agradece nuevamente por ayudarnos hoy.

—Gracias por ser tan buen amigo —me acerco a abrazarlo.

—Estaré siempre que lo necesites, Ali —caminamos a la puerta, busca las llaves en su bolsillo y me las entrega, deja un beso en mi frente y se va. 

Voy a la cama y cierro los ojos; sin embargo, no logro dormir, han sucedido muchas cosas en solo una semana y lo único que me preocupa ahora es mi embarazo, Nick tomó decisiones y no le importo nadie más que él, no puedo creer que me haya enamorado de alguien como él, alguien que es capaz de cualquier cosa con tal de que nadie arruine sus planes, debo hacer algo para que Nick y su abuelo no descubran que mentí.

—Hija —mi madre entra a mi habitación.

—Mamá —se sienta a un lado de mi cama.

—No podemos permitir que ellos descubran la verdad, tu embarazo está en peligro —afirma intentando no mostrarse preocupada, pero sé que lo está.

—Ya lo he pensado, pienso que debemos mudarnos, hablaré con mi padre, solo espero que no tome mal lo de mi embarazo y podamos mudarnos a Chicago, claro no viviríamos con él, venderemos esta casa y compraremos una allá —digo y asiente, aunque noto como baja la mirada, lo que me hace preguntarme que encierra la relación de ellos, algo de lo que nunca hablan.

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