Mi corazón dice sí a gritos, pero mi cabeza tiene miedo.
Justo cuando voy a responder suena mi teléfono. Busco mi cartera y lo reviso. Un mensaje de Sophie.
«Esto merece una explicación y de la buena. La espero el lunes en la oficina. Almorzamos juntas SÍ O SÍ.»
No tengo idea si está así de broma o no, pero no es necesario que le responda para saber qué debo hacerlo de todas formas. Por lo que dejo mi celular nuevamente en la cartera y me giro para mirar a Christopher.
Suspiro brevemente y tomo valor para lo que haré.
Me acerco a él hasta quedar pegados y le rodeo otra vez el cuello con los brazos y él, a su vez, me abraza por la cintura. Acerco mi rostro al suyo, y cuando nuestras respiraciones se mezclan, unimos finalmente nuestros labios, sellándolos en un beso suave y apasionado, con entrega real de sentimientos, como no lo hemos hecho antes.