Eduardo invitó a Mafer y Malú a cenar.
María Fernanda cruzaba los dedos para que dijera que no y así ella y su novio charlar con Abel con calma, entonces el deseo de Mafer, se hizo realidad, María Luisa no aceptó la propuesta, no deseaba hacer mal tercio.
—¿Sí vas a cenar? —indagó Mafer—, o Eduardo y yo nos quedamos a cerciorarnos que lo hagas. —La miró a los ojos.
Malú abrió sus ojos de par en par, observó a su hermana de manera inquisidora, negó con la cabeza.
—Voy a pedir a delivery —indicó con seriedad.
—Hazlo en este momento —ordenó Mafer, y se cruzó de brazos.
Malú resopló. Eduardo apretaba los labios para evitar reír, su novia también tenía un carácter fuerte.
Enseguida María Luisa se puso a mirar en los diferentes restaurantes, solicitó su pedido, comida china, le fascinaba.
—Ya jefa, ¿algo más? —cuestionó observando a su hermana.
—Yo veré las tarrinas vacías. —Advirtió con su dedo Mafer, y salió con Eduardo de la casa.
—Siempre son así ustedes dos —indagó él