Los niños corrían de un lado a otro mientras yo solo observaba al hombre frente a mí, quien camino con confianza, mientras las miradas atentas y los pasos como si fuese una depredadora de Yésica, quien no parecía nada contenta de estar en este lugar, ella podía creer que a mí no me parecía para nada agradable tenerla en este lugar, pues la verdad es que tenía mejores cosas que hacer que verla a ella invadiendo un lugar que para mí era unas de las cosas más agradables que tenía.