VERA
—Molly amor, hay panqueques — es la tercera vez que la llamo y no contesta.
Camino hacia la habitación y está sentada en la cama jugando desganada con uno de sus peluches, hace unos días esta así triste, no sé qué hacer, no me atrevo a preguntar el motivo, temo que sea Morris.
—Hola mi amor ¿Quieres panqueques con chocolate? — niega sin mirarme y esto m3 genera demasiada impotencia. — Ven a desayunar Molly, tienes que tener energías y si no desayunas te hará daño — me mira pestañando afligida y deja sus juguetes para bajar de la cama y de manera sistemática va a la cocina.
La sigo sintiendo un gran angustia en mi pecho, porque esta no es mi niña llena de vida, alegre y simpática, se ve apagada y sin ganas de nada.
Se sienta en la mesa y solo juega con su taza dando algunos tragos pero sin ganas y solo porque le pedí que desayune, mira los panqueques pero no da ni un bocado, Molly ama los panqueques.
Me siento a su lado y acaricio su pelo.
—Prin