Capitulo 3

Gabe Russo

¿Papá? Eso quiere decir que Nicolav está aquí, no solo eso por el grito de Gariel deduzco que está en la cocina ¡Jake también está en la cocina! No puedo creer que esté aquí, se supone que no vendría hasta el fin de semana. 

Calma tus nervios Gabe, actúa con normalidad. No estás haciendo nada malo y Jake es solo tu niñero, no es como si estuviera pasando algo más entre ustedes, además no tienes que darle ninguna explicación a Nicolav.

Termino de cerrar mi maletín y bajo las escaleras en dirección a dónde aún se escuchan las voces, estoy a unos cuantos pasos de distancia cuando escucho con claridad los gritos emocionados de Gariel mientras le cuenta que ahora podrá ir al parque con Jake y Max.

Respiro profundamente llenándome de valor y entro a la cocina.

Soy recibida por el ambiente tenso e incómodo que se aprecia entre los dos hombre adultos en la habitación.

—Nicolav ¿Que haces aquí? —pregunto un poco nerviosa, no quisiera que haga una escena frente a mi nuevo empleado el cual pasara bastante tiempo con nuestros hijos.

El padre de mis hijos me mira y en su mirada puedo ver claramente la pregunta que tiene mucho antes de que pueda formularla, avanzo adentrándome aún más hacia donde se encuentran y extiendo una mano al aire señalando a Jake.

—El es Jake, es el nuevo niñero que contraté para los niños. Jake —el nombrado me mira y no sé cómo lo hace pero puedo jurar que mis piernas tiemblan ante su mirada, por suerte nadie lo nota y puedo continuar como si nada—, el es Nicolav, es el padre de Gariel y Maximilian. 

—Mucho gusto —responde cortésmente Jake, recibiendo la mirada fría y penetrante de Nicolav como respuesta.

—El gusto es mío, Jake —pronuncia con un tono diferente su nombre a lo que el niñero levanta una ceja sin dejarse intimidar, internamente me sorprendo un poco y a la vez tengo un poco de miedo de lo que pueda pasar, externamente mi cara está en blanco lo único que puedo dar a demostrar es mi insatisfacción por el comportamiento de Nicolav.

Max se retuerce entre los brazos de Jake un poco en los brazos de Jake mientras que Gariel solo sostiene la tela del pantalón de su padre sin que esté siquiera lo noté, la mano de Nicolav me quita el maletín para luego agitar el cabello de Gariel con la otra mano en forma de despedida.

—Nos vemos amigo, se un buen chico mientras no estamos —se claramente lo que está haciendo y lo confirmo cuando Jake se remueve un poco mirándome fijamente a la cara pero yo lo evitó con algo de verguenza recorriendo mi sistema, presto atención a Nicolav que ahora se acerca a paso lento hacia Jake acariciando la pequeña cabeza de Max—. Y tu campeón no causes tantos problemas, nos vemos el fin de semana —hablo dirigiéndose esta vez a ambos haciendo que los ojos de Gariel brillarán de la emoción.

—¡Genial! Adiós papá —exclama mi dulce hijo antes de abrazar a su padre por las piernas debido a su altura.

—Adios niños, Gabe —me mira y yo le doy un asentimiento de cabeza para que se adelante al auto—. Nos vemos Jake, espero verte pronto.

Jake solo le dedica una mirada y lo que seguramente sería una sonrisa pero que le salió como una mueca, eso sin saber porque me saca una pequeña sonrisa que borro instantáneamente.

—Bien Jake, espero que tengas todo en orden y si tienes algún problema dentro de poco llegará Olivia, ella es la nana y ama de llaves de esta casa —me aseguró de no olvidar mencionar alguna cosa pero todo ya está dicho, les dedico una pequeña sonrisa a mis dulces bebés—. Pórtense bien y hagan caso a Jake, los amo príncipes de mami.

Me acerco primero hacia Gariel quién me recibe con un gran abrazo y antes de soltarme me da un tierno beso en la mejilla que hace que mi corazón se derrita.

—Te amo mamá, cuídate —con un poco de torpeza me acerco en dirección a Jake dejando un beso en la cabeza de mi príncipe más pequeño. Cuando me aparto con un poco de disimulo detallo con mas atención los rasgos de mi nuevo niñero.

—Nos vemos en la tarde, llegaré temprano hoy asi podremos ver alguna película juntos o...

El grito emocionado de mi hijo me hace callar casi de inmediato.

—¡Una película! Quiero ver esa película de la que hablan mis amigos de la escuela —le sonrío y asiento acariciando su suave cabello.

Escucho la bocina de un auto afuera y no me hace falta pesar mucho para saber que se trata de el impaciente de Nicolav, suspiro con cansancio y me alejo de ellos caminando a la salida.

Al subir al auto lo primero que me encuentro es con la mala cara de Nicolav el cual de inmediato arranca el auto haciéndome soltar un resoplido, lo nota y su ceño se frunce de tal manera que solo faltan unas milésimas de segundos para que su voz corte el silencio.

—¿Y a ti que te pasa? —suelta de golpe yendo directo a lo que le molesta.

Medito si contestar o no pero a la final termino haciéndolo, una pequeña parte de mi aún sigue correspondiendo a sus provocaciones.

—¿Que me pasa de que? —replico con molestia.

—¿Acaso debo preocuparme por el niñero? Apenas entraste tu cara se puso pálida, además de eso parecías muy pendiente de lo que pensara de...

—¿De que? 

—De nosotros —completa finalmente sacándome una sonrisa divertida.

—No hay un nosotros Nicolav, tu te encargaste de eso. 

—Sigues sin responder a mi pregunta —frunce su ceño cuando sigo sin responder.

Sinceramente ni yo sé si hay que preocuparse por el niñero, su presencia me tiene un tanto desconcertada y solo han sido unas cuantas horas desde que lo vi.

Pero da igual si ese chico me resulta interesante o no, para Nicolav sigue siendo una amenaza. Mejor dicho cualquier cosa de género masculino resulta una amenaza para el según su instinto de hombre, cosa que me tiene harta desde hace mucho. 

Me controlo antes de soltar alguna cosa de la que pueda arrepentirme y hablo con la misma frialdad y desinterés con la que le hablo siempre.

—No, no hay de que preocuparse. Pero de igual manera eso no te incumbe a ti, te recuerdo muy bien que ya te lo he dicho en muchas ocasiones. No quiero hablar más del tema del niñero, solo deja el tema Nicolav —corto la conversación de inmediato o eso pensaba yo ya que sin dudarlo el vuelve abrir su boca.

—Solo te advierto una cosa Gabe, no quiero tener que volver a alejar a otro imbécil que te persiga. Suficiente tuve con...

—Para ya, no eres nadie para estar metiéndote en mis asuntos. Solo ocupate de estar pendiente de nuestros hijos, es lo único que nos une en estos momentos —me volteo mirando hacia la ventana dando a entender que no quiero hablar más del tema, cierro mis ojos luego de un rato pensando en si hice bien al contratar a Jake.

No te puedes arrepentir ahora me repito varias veces, si tan solo las cosas fueran más fáciles no tendría este tipo de problemas.

Solo resiste Gabe, me digo a mi misma como en cada ocasión que siento mis pensamientos caer como una bomba sobre el puente de estabilidad que me cuesta tanto reconstruir una y otra vez.

Desde que nació Gariel mi pecho sintió un alivio inmediato que la instante fue plagado de nuevas preocupaciones, preocupaciones que guarde para mí misma. Resistiendo al mundo real por las únicas gotas de luz en medio de tanta oscuridad, la única cosa mágica que ha perdurado durante los años. Y la única que deseo mantener sin importar el costo.

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