¡Papá compró una mamá psicóloga!
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Por: Laurann Kleypas
Capítulo 1 : Huir de mi boda.

Lizbeth

Hoy es mi boda, después de cuatro años por fin, pero me estoy debatiendo entre huir o no de este matrimonio.

Porque, aunque decidí darle otra oportunidad a mi futuro marido David sigo cuestionando si es lo correcto.

Mi corazón late cuando subo los escalones hasta la puerta. Sujeto fuerte el ramo de rosas, mi futuro esposo me mira con su cara dura e intenta sonreírme, como si él no me hubiese…

 —¿Estás bien? El hombre junto a mí parece genuinamente preocupado.

Detengo mi mirada en el broche en su traje, el adorno es tan brillante que pareció cegarme los ojos.

Acerco mi mano hacia el broche colgado en el traje de mi esposo, notando la tensión en su cuerpo cuando mis enguantadas manos se acercan a dicho objeto, pero él simplemente sonríe mientras el cura continúa con sus palabras sobre el matrimonio.

 —Este broche… Es muy bonito — comento sin despegar mis ojos de los suyos —. ¿Quién te lo dio?

 —Fue mi madre — responde el muy malnacido —, dijo que debía lucir bien el día más importante de nuestras vidas.

Qué desvergonzado, actuó de forma impecable, cómo es que nunca me di cuenta de que era tan descarado.

—Ahora, los novios procederán a decir sus votos y sellaremos el feliz enlace ante los ojos de dios — el cura nos mira con una sonrisa en sus labios —. Usted, señor David Erickson ¿está dispuesto a contraer matrimonio con esta mujer, de libre voluntad y de buena fe?

—Sí, lo estoy — responde mi futuro esposo —. Quiero agradecerle todos estos años de compromiso y ayuda en los que me ha hecho un hombre mejor.

—¿Y usted, señorita Lizbeth Smith, está dispuesta a contraer matrimonio con esta mujer, de libre voluntad y de buena fe?

—Si, lo estoy o eso pensaba — miro a mi futuro esposo —. Pero, ahora tengo algo que decir.

Mi suegra en primera fila se pone en pie, sus ojos se abren desmesuradamente mientras la multitud comienza a murmurar.

Resoplo cansado de todo este teatro, arrancando el velo de mi cabello para lanzarlo al suelo.

—¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar David? — intento calmarme —. ¿Cuánto tiempo pensabas tenerme como tu mascota?

—¡Qué estás haciendo! — chilla mi suegra desde su asiento —. Estás arruinando la boda, por favor ustedes están a punto de…

—Como te atreves tú a abrir la boca — sujeto el broche lo arranco con brusquedad para lanzarlo a los pies de mi querida suegra —. ¿Cómo se atreve a llevar esto hoy, su excelente hijo? —le pregunto—, cómo lleva algo que fue un regalo de su prima.

Exacto, he visto este broche, hace dos días, en las fotos que enviaron a mi correo electrónico.

Me dijo que era un regalo de bodas de ella para mi esposo, junto con un montón de fotos de mi esposo durmiendo con ella. Y esta mujer, resulta que es su prima y su ayudante.

—¡Cierra la boca niña! — grita mi suegra—. Deja de decir mentiras sobre mi hijo.

Su madre se descontrola, cundiendo un pánico tras destaparse la mentira, bueno, parece que mi maravillosa suegra lo sabía todo.

—Ubícate, eres una psiquiatra inútil con una mano desperdiciada, ¡y una familia de nuestro calibre está dispuesta a aceptarte! He incluso en eso te ayudamos porque sin nosotros no habrías sido nadie, nunca. —se puso histérica.

Pero realmente me duele, no puedo evitar tocar mi mano, que tiene tiritó

—Eso da igual ahora, no cambia el hecho de que los vi, nadie me dijo una sola palabra y si, tu hijo se revuelca con su primita que después de todo es su asistente solo porque ustedes la pusieron —niego— son tan descarados que lo hacen justo en el departamento que estás pagando pero qué puedo esperar si ustedes son todos unos hipócritas.

Saco los guantes de mis manos, los dejo caer a un lado ante la mirada estupefacta de todos en la boda y hago la única cosa que me queda por hacer.

Tomo el ramo de novias y se lo estampo en la cabeza a mi estúpido ex prometido.

—Espero que tu vida se vaya al infierno, que te podrás ahí con esa sucia con la que te revuelcas y que no tengas la poca vergüenza de volver a dirigirme la palabra pedazo de basura.

Después de esto y ante la mirada de todos, salgo corriendo de la iglesia, dejando atrás toda la confusión. Escucho a mi suegra y a mi madre discutir, Tambien la furiosa voz de mi primo tratando de detener a David... Pero no quiero preocuparme de nada de eso ahora mismo, solo quiero huir de esta ridícula boda.

*********

Mis fuerzas se deshacen en medio de un pequeño parque para mascotas, me dejo caer en el césped desolada con todo lo que acaba de pasar e intento calmar los sollozos que escapan de mis labios. Oculto mi rostro entre las manos.

Hace dos días lo tenía todo, una relación feliz, una carrera que iniciará mi sueño médico y un futuro junto a un hombre que amaba.

Pero la vida se hace nada en unos segundos y justamente eso acaba de pasar, ahora no soy más que una pobre loca sentada en medio de un parque para mascotas.

—¿Está bien señorita? — La voz tierna que pregunta eso me hace sorber por la nariz antes de mirar en su dirección.

—¿Es usted una princesa? —El niño de cabello rubio que me mira se inclina para tocar mi vestido.

—No, yo solo… — niego —, tuve un mal día.

—Yo también tuve uno así—me responde—. Pero mi papá dice que podemos encontrar cosas buenas incluso en días así.

El niño se sienta a mi lado, me toma de la mano con una pequeña sonrisa y me siento conmovida por sus palabras, el pequeño pasa su manita por mi cabeza.

No sé cómo sentirme realmente, pero sonrío porque después de todo ser consolada por un inocente chico hace que realmente sienta que aún hay bondad y sinceridad en este mundo.

El chico desconocido me ofrece un pañuelo que tomo solo por no hacerlo sentir mal ya que está siendo tan bondadoso conmigo.

—Cuando tengo malos días — dice él con calma — mi hermana llora mucho así que cuando está triste me abraza — aparta la mirada —. ella no puede hablar, pero sé que me quiere a pesar de tener días malos que la hacen llorar…

La dulzura mezclada con tristeza en su voz me hace lloriquear un poco más, el niño rodea cariñoso mi mano con uno de sus brazos sin que pueda decir alguna cosa.

Pasan unos minutos antes de que limpie mis lágrimas. Me doy cuenta de que no hay muchas personas en este lugar. Acaricio ligeramente el cabello del pequeño, ahora preocupada de que deambule solo por un cirio como este.

—No deberías estar aquí solo— le digo —. si te perdiste te puedo ayudar a regresar con…

—¡Que está haciendo usted! — la voz furiosa me hace saltar, me pongo en pie con prisas —. ¡Cómo se atreve a acercarse a mi hijo!

—Yo no… — trato de explicar —, el niño solo se acercó a mí.

El hombre me mira con desagrado, toma al niño en brazos incluso cuando este se resiste y él vuelve a mirarme con soberbia antes de hablar con una voz amenazante.

—No me importa qué tipo de loca sea usted, paseando por el parque con su vestido de novia. Pero, no debería acercarse a un niño desconocido, podría traerle muchos problemas.

Me miró y dijo, oh, dios mío, sí estoy usando un vestido de novia en este momento, es realmente vergonzoso para mí. Pero ¿cómo se atreve este hombre?

—Es usted una persona desagradable — le digo al sujeto frente a mí —. y debería cuestionarse a sí mismo como dejó a un niño solo en medio del parque que también está rodeado de calles muy transitadas— chasqueo mi lengua—alégrese de que no tengo tiempo para decirle cuántas cosas pudieron salir mal.

Miro al niño que intenta zafarse de los brazos de un hombre sin parar, cuestionando la identidad del hombre desagradable frente a mí.

—¿Es tu papá de verdad, cariño?

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