—Danna— Danna, que vio a su padre, se levantó lentamente mientras sostenía la mano de la niñera.
Últimamente, Danna ha estado agarrándose a algo, levantándose y caminando unos pasos.
Hoy también, Danna tomó la mano de su niñera y avanzó paso a paso. Los ojos de Damián se llenaron de emoción al ver esa escena. Fue increíble y maravilloso verla dar cada paso con esos pequeños pies.
Danna caminó unos cuatro pasos, luego, tal vez sintiéndose frustrada por el ritmo lento, bajó su cuerpo y comenzó a gatear.
Danna, con las manos en el suelo, se arrastró hacia Damián a una velocidad asombrosa.
Damián extendió su mano y tomó a la niña en sus brazos. Danna, sostenida en sus brazos, miró a su padre y sonrió brillantemente.
—Um… ¡mamá!— Aunque Danna sólo podía balbucear y decir —Mamá— sin entender el significado de las palabras, Damián parecía orgulloso incluso de eso.
—¡Vaya! Mira lo que compró papá.
Damián mostró la bolsa de compras que sostenía en su mano frente a Danna. Cuando apareció l